30

2.8K 419 19
                                    

— ¿Qué? ¡No! —El rubio negó con el ceño fruncido pero al no recibir respuesta, apreció como la hechicera perdía rápidamente color y caía en su celda— ¿Gia? ¡Gia! —Gritó mientras presionaba con ambas manos las barras. Ya sospechaba que algo raro le sucedía.

"Gia, ayúdame por favor, debes hacerlo. No quiero morir, tengo miedo" La verdadera voz de Dominik se hizo presente, acechando su mente, su fuerza era tan poca que le hizo perder equilibrio. Se agarró la frente fuertemente y asintió repetidamente.

— ¡Gia! ¡No puedes desvanecerte ahora! ¡Por favor, no quiero morir, tengo miedo! —La voz de Yoongi le hizo cortar contacto con Dominik y abrió sus ojos que anteriormente había cerrado fuertemente, las lágrimas cayeron velozmente y alzó su cabeza. El rostro de preocupación del rubio quiso hacerle ir hasta él y decirle que todo estaba bien mientras lo abrazaba, pero realmente no era amante de las mentiras.

— ¿¡Por qué hacen tanto ruido mocosos!? —Una voz desagradable les erizó la piel a ambos. 

Ambos sintieron su corazón palpitar intensamente cuando los pasos pesados y ruidosos hicieron presencia frente a sus celdas. Un brujo adulto, corpulento, con una sonrisa perfectamente asquerosa y falsa, se acercó con pasos más lentos y con muecas burlescas se detuvo frente a la celda del rubio.

— ¿Qué pasó niño? ¿Tanto miedo tienes de morir? —Le preguntó de una forma despectiva. Yoongi no contestó. Gruñó y sin parpadear, no alejó ni un momento su mirada. El otro carcajeó y le dio la espalda rompiendo el venenoso contacto visual, mientras apreciaba a la belleza que era aquella castaña, sus ojos hicieron una examinación lenta y detallada de la blanquecina piel de la pequeña que estaba a la vista.

Yoongi lo despreció con todo su ser y como si alguna fuerza de esperanza le indicara, escuchó el chocar de llaves y vio el mínimo brillo de estas al ser iluminadas con la luz de una de las antorchas chocar con su cara. Extendió su mano y lentamente las quitó del cinturón del guardia, que le daba la espalda por completo. Sin hacer ruido, lo logró y quiso llorar de la felicidad. Rápidamente lo escondió debajo de su muslo cuando el tipo se giró en un segundo solo para seguir con sus estúpidos comentarios y fuertes risas.

—Mira, has hecho llorar a una bella dama. No estaría mal si la cuido yo, que soy el más indicado. —Dijo y se giró, sin concentrarse en que un peso en su cintura faltaba. El encanto y la belleza de la bruja, le parecía hipnotizante, se acercó a su celda y se apoyó en esta. 

Gia se secó bruscamente el rostro húmedo y buscó los ojos de Yoongi, este le mostró el juego de llaves, luego le indicó distraerlo y eso hizo.

— ¿Tu nombre...? —Preguntó el pelinegro. Se agachó un poco, intentando intimidar a la bruja que con unos ojos brillantes le retuvieron la mirada, eso le gustó más.

—Gia. —Le contestó de la forma más suave que pudo fingir.

—Gia... como aquella flor.

La castaña enterró sus cortas uñas a la palma de su mano mientras asentía con lentitud, esperando que el mundano se apresurara a abrir su celda. Hacía tanto que alguien no recordaba que su nombre era como la de una flor en particular, estaba tan feliz hasta que aquel asqueroso guardia quería creerse el casanovas que no era, trayéndoles vagos y odiosos recuerdos.

—Sí. —Afirmó, y aprovechó que el pelinegro cerró sus ojos unos instantes, acomodando su cabellera. Miró y asintió a Yoongi cuando estaba por girar las llaves—. ¡Ah! —Gritó unos segundos y con su sentido más agudo notó que el rubio logró abrir la celda sin ser escuchado por el tipo.

— ¿Qué sucede? ¿Estás bien preciosa? —Le interrogó y la hechicera negó. Hizo un puchero y extendió su mano por las barras. El guardia la tomó delicadamente y la miró con dudas.

Potion ×Yoonmin×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora