Potion ×Yoonmin×

Final (Pt.1)

—Él no lo sabe Samira, suéltalo.

— ¿Crees que haré lo que me digas Park? —La hechicera comenzó a reír—. Dalia. —Llamó a alguien más. Cuando Jimin visualizó a la joven de ojos jade y cabellos negros, sintió rechazo. 

Desde el otro lado Yoongi la observó y se mordió el labio para retener insultos. Esa maldita...

—Sí, madre. —La muñeca andante parecía haber nacido solo para obedecer a las órdenes de su progenitora.

— ¿Ves a ese pelirrojo de allí? —Le preguntó su madre, mientras le acomodaba un mechón de cabello.

—Así es.—Afirmó gustosa cuando lo visualizó. Estaba en competencia del otro rubio, que ahora se encontraba retenido y podía sentir arder su mirada sobre ella.

—Haz lo que sabes. —Delia asintió como siempre.

La hija de la hechicera se acercó velozmente a Jimin que no se inmutó. 

—¡Detente ahora mismo! —La voz del señor Park resonó y el paso de Dalia se detuvo, la joven sonrió y dio una rápida mirada a su madre que asintió. Se fue alejando con pasos hacia atrás lentamente de nuevo. 

—Tú querías mi poder, ¿no es así? Pues, déjame decirte que... Estuvo frente a ti todo este tiempo. —El padre del hechicero le dijo.

El pelirrojo no comprendía bien las palabras de su padre pero no perdió el tiempo.

—Ahora. —Le susurró a Taehyung, quien alejó el cuchillo de su cuello para abrir una herida en la palma de su mano izquierda rápidamente. 

Salpicó con su sangre a la mayoría de los cuerpos de los guardias mágicos mientras corría hasta alcanzar a los que más podía. Rápidamente se fueron minimizando hasta ser animales de bosques con un color de pelaje claro. A sus órdenes, dejaron sin salida a Dalia quien cayó al piso. 

—No funciona, mis energías...

—No lo harán, porque estás rodeada de mi aura. —Taehyung le sonrió de una forma que lograba darle escalofríos.

Jimin sin perder el tiempo, corrió hacia Samira y la tomó de las muñecas, forcejearon hasta que se encontraron al borde de las ruinas del lugar. Continuaron balanceándose y aun así su padre, cautivo por los hombres de blanco, que al ser pocos no podían ir a por ayuda, siguió hablando.

—Todos ustedes, creyeron que se trataba de algún objeto, alguna especie, alguna pócima ¿No es así? —Gritó—. Pensé que para montar semejante plan, serían más inteligentes que esto.

—Cállate. —Gritó Samira—. Sáquenlo de mí. —Ordenó y unos hombres de blanco liberaron al señor Park, corriendo para acercarse a Jimin.

Afortunadamente unas flechas con un líquido que los inmovilizó en el piso fueron dadas en el blanco de sus espaldas por nada más ni nada menos que Hoseok.

—Malditos...

—Maldita tú, ahora lo pagarás Samira. Querías el máximo poder, pues te lo diré.

—Eso, vamos. Dímelo. —Insistió la bruja a pesar de estar al borde del abismo.

—Mi máximo poder esta frente a ti. Jimin, es quien lo tiene, mi hijo es quien porta la sanación y si no fuera por nuestro lazo sanguíneo yo no tendría este poder. —Si bien el señor Park podía intervenir, confiaba en su hijo más que en sí mismo, sabía que era capaz él solo.

¿Qué? Jimin quedó pasmado y la bruja incrédula logró zafarse y arañarle con una de sus filosas uñas.

— ¿Este inútil? Invéntate una excusa más convincente para mí, Park. —Dijo, soltando una carcajada maniática.