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El suave beso en sus labios le hizo sonreír, escuchó la armoniosa risita de su Hyung y abrió los ojos.

- ¿Qué haces Yoongi? -Le preguntó sonrojado y con inocencia, mientras se daba cuenta que estaban en un gran campo, bajo los cálidos rayos del sol y las esponjosas nubes blancas.

La brisa sopló, despeinando levemente los rubios cabellos del chico mundano que se limitó a alejarse de él sin una palabra y correr lentamente intentando escapar. Jimin se incorporó y sintió el delicado roce de la camisa, color crema y de seda, en su piel. Sus pies descalzos disfrutaron el contacto con el fresco césped y algunas pequeñas flores multicolores con un hermoso tono en contraste con los verdes del lugar.

- ¡Espérame Hyung! -Le gritó empezando a correr hasta él. El rubio aceleró el pasó, perdiéndose detrás de grandes y altos pinos que parecían llegar más allá del cielo y perderse en su celeste pastel.

El castaño visualizó como Yoongi se escondía detrás de uno de los árboles, aunque lo intentase, él podía darse cuenta de su ubicación sin necesitar más que su energía cerca. Se acercó a rápidos y sigilosos pasos, retuvo su respiración y al llegar se detuvo a un lado. Viendo la pequeña espalda del chico en una posición de espionaje hacia el fondo al campo, Jimin sonrió, el mundano no se había dado cuenta que se encontraba detrás de él.

-Te tengo. -Le susurró al oído cuando atrapó su abdomen con sus brazos. Yoongi giró un poco sorprendido.

-Maldita sea, eso es trampa Jimin. -Dijo negando y entrecerrando sus felinos ojos, esos que a Jimin le volvían loco porque le encantaban demasiado, más bien le enloquecía todo de su Hyung pero cuando lo miraba con sus pequeños ojos, no resistía.

-No hice trampa. -Se defendió el hechicero, haciendo un falso mohín con sus labios.

-Te gusta torturarme con tu dulzura Park Jimin. -Dijo girando, para posicionarse frente al menor-. El día en que tu ternura muera, yo tendré poderes mágicos. -Le agarró el rostro presionando sus gorditas mejillas-. Eso significa que es imposible. Por lo tanto, estaré a tus pies con solo verte ser quién eres.

- ¿Quién soy Hyung?

-El inocente, tierno y dulce chico que se robó mi corazón para que esté a su total disposición. -Le susurró y presionó sus labios a los del menor con amor, Jimin cerró sus brazos fuertemente a la estrecha cintura de su chico y sintió que sus piernas fallarían y lo dejarían caer. La única fortaleza que lo mantenía en pie estaba por traicionarlo, todo por unas simples pero muy significantes palabras que le derritieron completa y absolutamente.

Sus ojos picaron, estaba demasiado emocionado, tanto así que las lágrimas de felicidad no las podía evitar detener en tal instante. Yoongi se alejó y le miró con un cariñoso reproche, frunció el ceño y limpió con sus pulgares su rostro, mantuvo su vista fija a los ojos cafés aun brillosos. Jimin le dio un rápido beso sin resistirse, el rubio sonrió y besó su frente negando. Tomó sus manos, jugó con sus cortos y anchitos dedos adornado de anillos brillantes, entrelazándolos a los suyos y luego de varios minutos en el que el tiempo parecía ir a un ritmo mucho más lento y relajante, el mundano habló:

-Jimin... necesito hacerte una pregunta. -Dijo con seguridad y mirándole fijamente.

-Lo que sea Hyung. -Susurró, intentando no distraerse con la belleza que desprendía el chico frente a sus ojos.

-Jimin... ¿quieres ser mi novio? -Le preguntó con timidez.

El castaño, pasmado intentó descubrir si eso era una broma o no.

-Es en serio. -El mundano pareció leerle los pensamientos.

Jimin sonrió y acercó el cuerpo del mayor al suyo, apegándose a él en un profundo abrazo.

-No debes preguntar. -Susurró-. Yoongi, te quiero mucho. Lo sabes...

-También te quiero, eres muy importante para mi, no tienes idea cuánto Jimin...

-Hyung, por favor... -Rogó con súplica.

- ¿Qué te sucede Jimin? ¿Estás bien? -Preguntó alejándose un poco al recibir ese tono de voz algo lastimadero.

-Yo no podría estar mejor. Estoy muy feliz-Le afirmó, cortando tales preguntas mientras besaba con todas sus fuerzas y sentimientos al mayor. Intentando transmitirle lo que sentía en aquel momento, en su momento.

Jimin abrió sus ojos que se habían cerrado durando el beso, al no sentir más los labios del mayor con los suyos... Todo pareció empezar a desaparecer a su alrededor y su sonrisa murió. Empezó a girar en círculos cada vez más rápidos que lograron marearlo. Corrió, buscando algún rastro del rubio, pero era como si la tierra se lo hubiera tragado. Sus ojos aguaron y con más desesperación corrió de regreso al campo floral que ahora era un terrible lugar obscuro, de hojas y flores muertas y marchitas, nubes grises con severa advertencia de querer desatar uno terrible caos y el asfixiante, seco y fuerte viento que intentaba enredarlo con sus propios pasos. Cayó rendido sobre las plantas sin vida y visualizó una luz que se acercaba velozmente a él, colocó sus brazos como única protección a lo que aquello fuera y sintió el impacto en su cuerpo...

Potion ×Yoonmin×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora