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Un suave roce en su nariz le provocó cosquilleos, abrió los ojos y se dio cuenta de que las orejitas de Yoongi eran las que estaban moviéndose en su cara. Se separó un poco de él y notó como los brazos del chico que tenía un color más pálido del normal, le envolvían el torso y como por ratos sus manos se aferraban en su remera en puños. El sudor en su frente se hizo notar junto a las expresiones de disgusto en su cara.

Jimin empezó a moverlo para despertarlo pero el otro no lo escuchaba. Estaba sumido en un profundo sueño.

— ¡Yoongi! —Le gritó y las orejitas se movieron. El rubio abrió sus ojos con dificultad y lo miró un rato, sus facciones se aflojaron y la respiración era suave.

Jimin se preocupó por el débil estado del mundano, le pasó una mano por la cara quitando su sudor y Yoongi reaccionó más lento de lo normal, cuando se dio cuenta que aún sostenía al pelirrojo, se separó rápidamente.

—L-lo... —Yoongi sentía que no podía contestar correctamente.

—No podrás hablar algunas horas. Es por la pócima.

El rubio quiso preguntar qué pócima pero recordó lo sucedido antes. Se había comenzado a sentir asfixiado y se desmayó luego de que todo su cuerpo, hubiese reconocido la zanahoria que consumió en la mañana por impulso.

—No sabía que tenías alergia a las zanahorias. Lo siento, de nuevo te puse en peligro. —Jimin frustrado pasó sus pequeñas manos por su cara, inhalando y exhalando profundamente.

A Yoongi le dio igual. Era inútil culpar al hechicero por haberle dado el vegetal. Después de todo, no había pasado a mayores. Quiso decirle que lo olvidara pero no podía hablar. Buscó con su mirada algo en la habitación... En algún momento habían regresado a la de Jimin, evitó preguntarse como había logrado transportarlo y estiró su brazo para alcanzar el anotador de la repisa. Jimin siguió con sus ojos la indicación del rubio y confundido señaló el bloc de hojas y Yoongi asintió, lo agarró y se lo pasó. El rubio le indicó que le diese un bolígrafo, haciendo una seña de escribir y Jimin comprendió. Le pasó una pluma y el rubio empezó a escribir en unas letras algo desordenadas:

"No importa respecto a las zanahorias, ¿dónde me llevaste para que me diesen medicamento?, ¿cuál me dieron?, ¿no me hicieron nada más?"

Yoongi le pasó el bloc y Jimin comenzó a leer frunciendo su ceño.

—Sólo te traje a casa... —Dijo con simpeza—. No te di ningún medicamento y tampoco te hice nada. -Le contestó. Yoongi le quitó el bloc y siguió escribiendo.

"¿No me has llevado a un hospital?"

—Están muy caros, y no son necesarios para nosotros. —Jimin le sonrió ampliamente.

Yoongi incrédulo continuó.

"¿Cómo me has curado entonces?"

—Con una pócima secreta que mi padre suele darme si me pasa algo grave. —El pelirrojo lo dijo en un susurro—. Es de rápida acción pero te hace dormir mucho. —Rió tiernamente luego de ver la expresión seria del rubio.

Yoongi ya comprendía porque se sentía perdido y con pesadez luego de despertar. Se rascó la frente y suspiró. Dio vuelta la hoja completamente escrita ignorando las palabras del hechicero.

"¿No tiene efectos contraproducentes?"

— ¿Qué significa contraproducentes? —Odiaba leer sinónimos de palabras simples, "¿para qué complicarse tanto?" siempre pensaba. Yoongi suspiró profundamente.

"Que se contradice. Con efectos contraproducentes me refiero a que si tu pócima no tiene un efecto contrario que sea malo para mi salud."

El ruido de la pluma en el papel se detuvo y Jimin leyó la explicación del rubio y comprendió.

—Oooh... Pues si te preocupa eso, no, no tiene efectos "contraproducentes" —Le aseguró.

Yoongi asintió sin convencerse del todo en las palabras del pelirrojo, se trataba de Jimin, un chico bastante torpe. Se removió en la cama, tenía inmensas ganas de ir al baño, ducharse y almorzar o cenar; ni siquiera tenía hora, ni tenía idea del día que era.

— ¿Qué ocurre Yoongi? —Jimin notó la inquietud del chico conejo y este volvió a escribir en el papel.

"Necesito un baño, ¿tienes uno aquí?"

—La puerta de allí, tienes todo lo que quieras, usa lo que sea. Hay toallas y demás, si necesitas algo me llamas. —Le indicó el pelirrojo, cruzando sus piernas en la cama sin cambiar de posición.

El rubio asintió y con lentitud salió de la cama y se acercó a la puerta, la abrió y una vez dentro la cerró a sus espaldas con pestillo sólo por si acaso.

Prendió la luz y visualizó la bañera, abrió el agua para que se juntase y revisó los estantes con muchos productos, desde shampoos hasta sales para baños, ¿en serio era todo de él?, estaba asombrado de que se cuidase mucho. Antes de ducharse hizo todas sus necesidades humanas y cuando acabó de lavarse los dientes con un cepillo nuevo que había encontrado, eligió un shampoo al azar con su acondicionador correspondiente, ambos de una rara mezcla de naranja y coco. Ya que vio las sales y jabones extraños no pudo resistirse a su curiosidad y agarró un frasquito: ¿"algodón de azúcar"?, bueno... le daba igual, sólo quería un baño decente.

Cerró la canilla para que dejase de caer agua a la bañera que estaba considerablemente llena. Roció gran parte de la sal en ella y el olor que desprendió le gustaba, no se podía explicar como o de qué era pero sí que muy suave. Guardó el frasco nuevamente y buscó una toalla,cuando la encontró la acercó y la colgó a una barra. Sin prisa empezó a quitarse sus prendas; primero la remera negra, luego los jeans algo rotos, las zapatillas desgastadas y la ropa interior.

Sumergió su cuerpo poco a poco, el agua tibia empezó a relajar sus tensiones y suspiró. Nunca estuvo tan agradecido de que le hubiesen ofrecido un baño. Empezó a ducharse normalmente, se lavó el cabello y con cuidado sus orejitas y su cola de conejo. Luego de acabar, aunque no quería salir de allí, lo hizo. Envolvió la toalla a su cintura y otra la puso en sus hombros para secar su pelo y orejas que goteaban aún hasta su pecho desnudo. Vació la bañera y dejó todo en su lugar.

Abrió la puerta y se asomó, buscando a Jimin con la mirada, lo encontró leyendo un libro con extraña portada y recordó que no podía hablar, se maldijo y se acercó al pelirrojo, quedándose muy cerca. El hechicero notó la presencia y se volteó rápidamente, una gota de agua le cayó en la mejilla, Yoongi envuelto en una toalla le miraba señalándose el torso desnudo. Lo examinó y se sonrojó,alejando rápidamente su vista.

—Lo siento, yo no vi nada, lo juro. —Dijo, antes de saber la razón del porqué Yoongi le estaba mostrando su cuerpo.

El rubio suspiró y se acercó rápidamente a Jimin quien se puso nervioso, estaba demasiado cerca de su rostro, demasiado.

"¿Por qué lo miraba así, qué le ocurría al rubio, no serían esos los efectos "contraproducentes" de su pócima o si?" Se preguntó sin poder hacer nada más que quedarse estático en su lugar e inhalar su suave aroma.

Potion ×Yoonmin×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora