17.1

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Un sonido sordo le hizo abrir los ojos, seguido el golpecito en la ventana del taxi le hizo fijarse que Gia abría la puerta. No sentía sus piernas y la razón era Jimin, lo levantó rápidamente, este perdido miró a todas direcciones y al ver la cara del conductor por el retrovisor se despertó por completo saliendo del auto, seguido de Yoongi. El rubio sentía que sus piernas fallaban y se tambaleó un poco. Jimin sostuvo la muñeca de su Hyung para que no se tropezara. El chico conejo se tensó, el agarre del menor le empezaba a provocar nuevas reacciones y más ahora que se daba cuenta de qué estaba sucediendo, se soltó de él y se acercó a Gia.

—Gracias por, despertarnos. —Le agradeció, la castaña sonrió ampliamente y rodó los ojos.

—Sí, sí. Si no los hubiese despertado no sé qué sería de ambos. —El rubio hizo una mueca y suspiró mientras se arreglaba el gorrito de lana y seguía junto a la bruja a Jimin hasta la taberna.

Cuando todos estuvieron dentro, se sentaron en una mesa al fondo del local y se dispusieron a observar la extraña y llamativa caja que contenía la joya.

— ¿Cómo se supone que la abramos? —Se preguntó Jimin, mientras miraba de cerca los detalles de color oro.

—Bueno... no lo sé, ¿deberías de decir alguna frase? —Gia confundida, también observó la caja.

Todos suspiraron cuando acabaron sin nada en mente. Entonces Jimin agarró la caja y empezó a voltearla intentando buscar algún botón u algo oculto, Yoongi asustado de que esta se le cayese de las manos, se acercó y la agarró también.

—Se caerá, dámela. —Le dijo, pero Jimin forcejeó concentrado en encontrar por sí mismo, la forma de abrirla.

«"Son unos tontos, ¿no crees?"» Gia se agarró la cabeza y la sacudió, la continúa risa conocida le molestó y decidió usar un bloqueo, que aunque la agotaría mucho, serviría un poco. Realmente, estaba disimulando estar tranquila pero no podía del todo, ahora debía proteger a Jimin y al mundano de nadie más ni menos que Dominik. Estaba aterrada y asustada, desesperada sin saber qué hacer, no les podía decir o estarían aún más expuestos al peligro.

"Desde que vio el constante cambio en los ojos del chico, se alertó y decidió distraerlo. Cuando fingió que algo le molestaba en los ojos, eran una excusa para llevarlo fuera de la sala y descubrir que planeaba. Cuando Jimin la miró con duda, ella le dijo rápidamente con un movimiento de labios "ten cuidado, volveré pronto" aunque no creía que el pelirrojo le hubiese entendido, conociéndolo seguro no lo hizo pero no podía hacer otra cosa. En otra sala donde la única luz era la de los rayos del sol que iban descendiendo rápidamente, se quedó parada un rato en su lugar, Dominik se giró con esa actitud de fastidio y le agarró la muñeca, arrastrándola a un sofá y obligándola a sentarse.

 ¿Qué tienes allí? Le preguntó. El alemán le agarró la mano, examinando el corte aun abierto de su dedo. La castaña alejó su mano.

No importa. Dijo seca.

El rubio sonrió y seguido soltó una risa, molesta muy molesta para sus oídos. Guió su mirada a la salida, deseando regresar donde el pelirrojo y el mundano.

El mundano quiso creerse mucho y no lo hizo bien. Déjame curar eso correctamente. Dijo al rato Dominik, dejando un beso en la herida y poniéndole una curita.

Gracias. Dijo cortante y se cruzó de brazos. Yoongi al menos le había limpiado y hecho parar la sangre de la herida, este sólo le había dado un asqueroso beso y le había puesto una curita, eso no aceleraría en nada la sanación del corte. ¿Qué estás planeando? Preguntó repentinamente. Eso llamó rápidamente la atención de Dominik que fascinado se acercó a Gia.

Intentó mostrar serenidad y seguridad quedándose estática en su lugar, mirando como los ojos del alemán se aclaraban... de algo estaba segura y es que estaba siendo controlado. Sí, el chico realmente no era así, porque podía oírlo muy al fondo si se concentraba, podía escuchar los entrecortados gritos de auxilio.

Vaya, tienes el poder del pensamiento, pero no el de la visión ni la comunicación mental. Youra Gia, ¿piensas que puedes salvar tu misma y sola a los dos débiles de tus amiguitos? El chico empezó a reír descontroladamente y luego se calmó, sin dejar de mirar los labios de la castaña y luego a sus ojos. Escucha y piénsalo, bien y claro. Susurró. Desprevenidamente, el rubio con su mano izquierda sostuvo su cuello y con la derecha presionó las mejillas de Gia, que intentó no decir que la soltara porque le dolía la presión que le estaba ejerciendo. Tú serás mi novia y me ayudarás a convencer al padre de Park Jimin para que sea parte oficial de los Superiores. Le dijo, susurrando en sus labios, a centímetros de rozarlos. Gia contuvo las lágrimas intentando planear como alejarse.

"¿Ser novia de ese loco y ayudarlo a que el padre de Jimin fuese parte de eso?" No, jamás de los jamases.

 ¿Lo harás? ¿Serás buena chica, Gia? Preguntó con voz dulce.

A Gia se le bajó una lágrima cuando el chico alcanzaba a rozar un poco sus labios y entonces giró su rostro para que los labios del alemán se estamparan sólo en sus mejillas. Este soltó una carcajada cuando se dio cuenta que la castaña había clavado con todas sus fuerzas, sus manos a sus muslos, para alejarlo. Con su brazo izquierdo, soltando el cuello de la chica, alejó una de las pequeñas manos fuertemente, lo que ocasionó que esta sintiese dolor y también soltase su otra mano. Fue hacia un estante y rebuscó algo entre los cajones. Gia lo observó atentamente mientras se limpiaba el rostro bruscamente, sus mejillas habían quedado rojas y sus ojos algo brillosos. Cuando el rubio encontró lo que buscaba, se acercó a ella de nuevo y la castaña se alejó instintivamente.

Siempre estaré recordándote mi propuesta pequeña. Le dijo, mientras le extendía un anillo, muy al parecer de su medida. Le recordaba a uno que tenía guardado en una de sus cajas con regalos y objetos preciados. Tienes cinco días, en estos cinco días harás lo que te diga y si no es así, ya verás de lo que serán capaces de pagar tus preciados amigos. Le siguió diciendo, rompiendo cualquier pensamiento ajeno. Apretó sus dientes fuertemente. Primero, acepta ser mi novia.

Bien, lo haré. No te atrevas a ponerles un dedo encima, si haces trampa no sabes de lo que soy capaz.

Claro, yo soy justo pequeña, aunque me pondría ansioso saber de qué serías capaz de hacer conmigo. Le desafió. Gia le quitó el anillo plateado de los dedos y este sonrió.

Sabía que el anillo tenía algo, pero el chico no sabía que eso no iba a funcionar con ella, así que la castaña sólo espero para ponérselo luego y disimular que caía en la primera trampa. Tenía un plan en mente, del que Dominik no estaba enterado. Aún conservaba la capacidad de bloquear la invasión de videntes a sus pensamientos o que supiesen de aquel raro poder que sólo los que lo poseían tenían idea. Pero sobretodo, fingir otras ideas que darles a los que contrarios para que fuesen totalmente engañados en su propio juego.

Con permiso. Dijo regresándose a la sala a paso rápido, aunque era consciente de que el chico la seguía metros atrás tranquilamente."

Potion ×Yoonmin×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora