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Respiró con jadeos mientras aguantaba el ardor que las heridas en sus pies descalzos le causaban. Se detuvo abruptamente detrás de una pared y se fijó bien.
Sus ojos no fallaban, Jimin y quien parecía ser Taehyung junto a otro chico estaban siendo cargados a la fuerza por un grupo de hechiceros.
Se sintió angustiada, quería pensar que estaban bien pero con toda aquella realidad se le dificultaba tanto como el mantenerse en pie.
Se sobresaltó cuando una mano se cerró a su tobillo, haciéndole perder el equilibrio. Más dolor recorrió toda su espina dorsal y se mordió los labios.

Abrió sus ojos cuando no sintió ningún impacto más. Esos ojos azules que antes se veían vacíos y fríos ahora lucían apagados y transparentes, cristalinos...

—Dominik. —Lo llamó mientras se sentaba, intentando no caer de nuevo.

—Gia, ¿verdad? —La voz que le habló sonó distinta a la otra. Era esa que en su cabeza bramó por insistente ayuda.

— ¿Cómo...?

—M-me estoy muriendo... Un cuerpo, muerto... no... Le sirve... Yo gano. —Susurró sin fuerzas y con una pequeña sonrisa.

La bruja, se acercó al cuerpo casi sin vida del chico; quien lo había poseído le había quitado tanto... No sabía mucho de posesiones porque no era lo suyo, pero su abuelo una vez le contó que las personas con un corazón débil eran las más manipulables y la única forma de quitar al intruso del cuerpo era cuando la misma lograba hacerse una herida tan profunda, que hiciera su cuerpo lo más inservible.

Apoyó lo más cuidadosa la cabeza del chico en su falda, la sangre se deslizó por su frente y terminó por empapar de carmesí su vestido de seda; arruinado en su totalidad. El chico sollozó e intentó formular disculpas mientras con temblor tomaba una mano de la castaña, que consternada observó sus acciones. Dominik intentó envolver con sus palmas las pequeñas manos de Gia.

—Lo siento mucho, siento haber causado tantas heridas en ti.

—El que se está muriendo eres tú. —Dijo con dolor.

No podía evitar sentir esa tristeza que se hacía presente por el chico moribundo, era inocente, era solo un humano, así como Yoongi.

Yoongi... ¿habría logrado escapar? ¿Nadie lo atrapó? Rogaba que estuviera bien, no soportaría que le hicieran algo por escapar. Jimin no se lo perdonaría y ella misma tampoco.

Negó, la cabeza le palpitaba insoportablemente.

Ella no pertenecía al clan de sanadores, ahora no tenía ninguna pócima a mano siquiera y el quedarse quieta no era lo suyo pero se sentía demasiado cansada que al par de Dominik comenzó a cerrar sus ojos lentamente, sentía frío y el calor parecía drenarse rápidamente, tembló.

~

Qué bien se sentía aquel sueño donde todo el dolor se liberaba de su cuerpo y luces de distintos colores la envolvían, se sentía cálido y acogedor. Parecía flotar como una hoja, mientras sentía ir a una velocidad lenta a la profundidad de una misma nada que le daba la bienvenida a una deseada paz.

*

—Suéltenme. —Jimin se sacudió pero ya no tenía casi fuerzas. El tipo que le sostenía los brazos cruzados en su espalda le dio un golpe con su pie a sus piernas, logrando que cayera al piso sobre sus rodillas. Con la vista en la tierra con hojas secas intentó recuperar su respiración.

—Deja de pedir tanto niño mimado. Ya lo trajimos.

—Pueden irse. —Una voz que no sabían de dónde provenía hizo eco en el desolado lugar. Las nubes amenazaban con recrear una tormenta más furiosa de cerca...

Potion ×Yoonmin×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora