Capítulo 32

7.1K 477 312
                                    

PDV: Momo

—Momo... -llamó acariciando mi brazo

—Dime. -dije abriendo los ojos y mirándola, no estaba durmiendo pero igual me gustaba sentir su mirada pegada en mi.

—Te estabas haciendo la dormida, tramposa. -hizo puchero y no pude evitar morir por dentro, formar una sonrisa en mi boca y llevar mis dedos a su puchero.

—No no.

—Si, hiciste que dudara en venir a decirte que si nos bañamos juntas. -oh si.

—Ni aunque esté despierta dudes en pedírmelo. -dije apretando su mejilla y acomodándome en la cama.

—Pervertida.

—Si, si. Ya vete al baño.

—Oye, ¿no sería mejor que te bañes sola? Digo... -señaló mi entre pierna, no sabía si reír o morir de la vergüenza. Ah pero por qué vergüenza si ayer bien que lo disfrutó? Ni quien te entienda Momito.

—Mejor nos bañamos y de paso me ayudas. -al instante volví a ser Momo.

—Me duele todo, Momo.

—Solo tienes que mover tu mano, nada más.

Dahyun me siguió hasta el baño y se recargó en la puerta. La miré esperando que pasara a bañarse conmigo pero en cambio solo sonrió.

—¿No vienes?

—Mejor te espero. -tenía formada una sonrisa juguetona.

Tomé su cintura y junté nuestras narices, por alguna extraña razón me gusta hacer eso. Sus ojos estaban torcidos y daba la impresión de que no me miraba a mi, eso daba gracia y a la vez era raro. Pero me gustaba su rareza.

—Espero tu beso. -murmuró mordiendo su labio.

Le di un beso suave y sin apuros. Me encanta jugar con su lengua y chupar su labio ligeramente. Tal vez ella no sea la mejor besadora pero tiene los mejores labios y la mejor lengua.

—Espero a que te metas conmigo en esa ducha. -dije tomando sus manos.

—Sería un poco incómodo, más porque tienes paquetote de hombre.

—Que chistosa.

—Vamos, ven.

Apartó la toalla que cubría su cuerpo, dejandola caer en el suelo. Luego tomó mi mano y me guió a la tina.

Automáticamente puse el agua fría y esperé a Dahyun.  A los segundos ella estaba ayudando a bajar mi erección.

—¿No te da vergüenza hacer esto? -pregunto jadeando.

—Al principio, pero luego pensé que no tengo por qué tener vergüenza. Ahora eres mi novia, debo complacerte.

—No tienes que hacerlo.

—Me gusta hacerlo, porque eres tú.

—¿Qué hay de Jackson?

—Su pija era insuficiente para llamar mi atención.

Eso si que no me lo esperaba.

—Quiero hacerte una marca. -habló luego de un rato. Respondí con un "¿hm?", no entendía.

—Una marca en el cuello, para que todos sepan que eres mía.

[....]

Miré la marca que tenía en el cuello, y sonreí. Llega ahí tres días, había dolido un poco porque era su primera vez haciendo chupetones, pero igual quedó bastante linda. Es un buen adorno.

Maldita Pervertida [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora