Capítulo veintinueve

Start from the beginning
                                    

—Dice que quiere esperar.

—¿A ...?

—A que tengamos más tiempo juntos.

—Y ¿tú qué piensas de ello?

—No me gusta. Ni siquiera quiere conocer a los míos, por lo mismo, porque quiere esperar a que salgamos más. Mamá sabe que estoy en una relación y quiere que vaya a verla. Me pide que lleve a Matt. No sé qué decirle cada vez que me pregunta sobre cuándo iré, me da vergüenza contarle por qué no puedo ir con él. Además, sé lo que va a decir.

—Eso es raro... Ambos ya están grandes... Yo conocí a la mamá de Liam después de la primera cita...

Stef se da la vuelta interrumpiéndome.

—¡No me refriegues a tu perfecto novio en la cara! —me recrimina evidentemente afectada.

—¡No lo hago! —contesto disculpándome.

—Espero que Matthew no sea ningún interesado. —musita con un dejo de dolor.

Me levanto de la cama y camino hacia ella. Le acaricio los brazos para tranquilizarla. No quiero que se desanime ahora. Estaba muy contenta hace rato cuando hablaba de que quería que me la pasara superbién en mi cumple. En cuestión de unos minutos me pide que no hablemos más del tema y asiento para que no se preocupe.

¿Debería hablar con Matt para que se dé cuenta de que ciertas acciones están haciendo a su novia sospechar? Soy la mejor amiga de ambos, así que puedo meterme para dar consejos. Me siento entre la espada y la pared, porque sé que a Stef no le agradaría que le confesara a su novio lo que habló conmigo, pero no quiero que ande con una maraña de pensamientos en su cabeza.

Stef pone un poco de música y continuamos preparándonos.

—¿No te parece raro que los chicos decidieran irse solos al restaurante a esperarnos allí? —Me coloco un arito y agarro mi celular para ver quién me acaba de mandar un mensaje—. Porque es muy raro. Ya veo que están haciéndome una fiesta sorpresa —bromeo.

Stef suelta una carcajada exagerada y la miro con extrañeza. Lo nota.

—Querida amiga, no eres tan importante —bromea mientras me da unas palmaditas en la espalda. Sonrío—. No, mentira, sí lo eres, pero no, no están haciendo una fiesta sorpresa.

—¿Y tú qué sabes?

—Me lo habrían comentado —responde, meneando las caderas como una borracha.

Abro el mensaje sin ver quién es. Se me escapa una sonrisa al ver la foto que me ha enviado. Se puede ver una parte de su mano en ella. Sostiene una fotografía en la que estamos sentados juntos, él aplaudiendo y yo soplando las velitas. Fue para mi cumpleaños número nueve. No sabía que la guardaba... Parece que el papel de foto está muy cuidado y eso habla muy bien de él.

No sé por qué, pero se me forma un nudito en la garganta. Bueno, en realidad, sí sé que es por los recuerdos, pero hay algo más... algo en mí que no logro descifrar bien.

Stef mira la pantalla cuando se sienta a mi lado.

—¿Y esa foto? ¡Qué hermosa estabas!

—Me la mandó Gastón. Y gracias.

—¿Te pasa algo? —dice, acomodando mi cabello. Niego.

Se me pasa por la cabeza el auto que Gastón me compró. Todavía me cuesta creer, se ha pasado totalmente con lo que ha hecho por mí. Fue realmente atento, demasiado, en realidad. No creí que recordara lo del escarabajo. Era algo de lo que hablé cuando el tema salió. A Stef casi se le cae la mandíbula cuando se lo conté y cuando lo vio. No se lo pudo creer.

Destinados #D1 (Completa)Where stories live. Discover now