Capítulo dieciocho

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Luego me la paso mirando el techo, sin muchas ganas de dormir. Los pensamientos negativos se pasean por mi mente y me atormentan y con esto me refiero a Sofía y lo que ella le hace a mi carrera. Y a las preguntas que siempre me he hecho después de enterarme que me engañó: ¿por qué tanta maldad hacia mí?, ¿por qué ser tan egoísta cuando yo moví cielo y tierra para darle todo lo que quería?

Quizá en eso me equivoqué: en darle todo. No voy a decir que está destrozando toda mi carrera, puede que pronto ya nadie se acuerde de que me tacharon de golpeador, pero es una mancha en mi trabajo, difícil de remover. Perdí muchos seguidores por ese tema y a veces no me dan ni la oportunidad de audicionar para un papel porque no quieren tener a alguien con mala reputación.

Días más tarde, estoy con el elenco de mi nueva película organizando una fiesta de celebración por el estreno del largometraje. Al principio, la idea era festejar en un salón, pero propuse mi casa y a todos les pareció genial. Celebraremos un día después del estreno y, como no queda mucho, estamos intentando apresurarnos para organizar la fiesta de la mejor manera. Será un encuentro normal, nada formal ni muy caro, solo una fiesta, una en la que haya para beber y música alta para disfrutar.

Planeo invitar a Brisa y a su novio, él quiere conocerme, así que esta es una buena oportunidad. Quizá no sea el mejor lugar, pero no vendría nada mal. Espero acepte venir, también estaría bueno vernos más para fortalecer la amistad que estamos intentando reconstruir.

Hoy no he hablado con ella, supongo que ahora debe estar en la universidad y no planeo molestarla. Luego le mandaré un mensaje o esperaré a que ella me envíe uno.

Brisa

—¡Liam! —llamo su atención.

No tarda en aparecer en la sala.

—¡Ven! —le digo antes de que diga algo—. Gastón nos ha invitado a una fiesta —comento cuando toma asiento a mi lado y me rodea con su brazo para atraerme a él. Besa mi cabeza.

A veces, cuando me escribo con Gastón, Liam parece ponerse un poco inquieto, como si le molestara, pero siempre que le pregunto dice que «nada que ver», que no tiene nada y que no le molesta en absoluto que me hable con un viejo amigo. Puede ser cosa mía, pero también está la probabilidad de que sí le incomode, pero quiera aparentar que no. A veces, un no significa que , y otras veces, un significa que no.

—Te dije que él hizo una nueva peli.

Asiente y me acomoda el cabello.

—Hará una celebración en su casa y me quiere invitar. A los dos —me apresuro a decir.

—¿Y quieres ir?

¡Claro, que sí!

Por más que me dé nervios imaginarme el momento, tengo ganas de ver nuevamente a Gastón. Después del otro día me he dado cuenta de que aún lo quiero mucho, que tengo esas ansias de verlo y darle un abrazo. Sin duda, los años pasaron, pero el amor sigue intacto. El amor de una bonita amistad. No el amor de un enamoramiento. Ese sigue enterrado y seguirá así, por siempre. Lo extraño más de lo que quiero admitir. Realmente, es como si los sentimientos hubieran vuelto de golpe. Aunque no todos. No los que me gritaban que Gastón me gustaba.

—Sería lindo asistir. Dijo que puedo invitar a unos amigos, así que le diré a Stef y a Matt. Sé que ella estará encantada. Si vamos lo conocerás a él.

Sonríe divertido y me toca la nariz. Siempre amé que me hiciera eso. Se me hace adorable que me toque la nariz, más si sonríe de esa forma que me gusta.

—Siento como si intentases convencerme de ir.

Me encojo de hombros.

—Es que me parece que él no te cae bien.

Ríe desenfadadamente y niega mis percepciones.

—Estás obsesionándote con ello, te he dicho muchas veces que no.

—¿Seguro que no te molesta que nos hablemos?

—¿Cuántas veces te lo voy a tener que decir?

—Perdón, no quiero parecerte pesada, pero a veces me pongo a pensar mucho y analizo tus expresiones en mi mente y llego a la conclusión de que Gastón no te agrada ni un pelo.

—No conozco a Gastón como para dar una opinión de él, solo lo he visto en películas y en algún reportaje de la tele.

—Y ¿qué imagen de él tienes?, ¿te parece buena persona?

—No puedo saberlo a través de una pantalla, ¿no te parece? —me sonríe y lleva la taza de café a sus labios.

Me comparte un poquito y tomo varios tragos.

—Por eso te pregunté qué imagen te da.

—No sé, dicen muchas cosas malas de él. Hace un tiempo atrás, creo que fue hace ya tres años o menos, vi que su exmujer, una rubia de la cual no me acuerdo el nombre, dijo que él la golpeaba y que es un borracho.

La rabia acude a mi cuerpo. ¡Maldita Sofía! Por más que Liam se refiera a algo que ya ha pasado hace bastante, la sangre me hierve por esa mentira. Es como si tuviera la necesidad de defender a Gastón de las falsedades que han dicho de él y que la gente se cree. Me decepciona que Liam tenga ese brillo de desconfianza en los ojos, creo que una parte de él piensa que es verdad lo que dijo Sofía, pero no lo culpo porque él no conoce a Gastón como yo. No crecieron juntos. No hubo cariño entre ellos. No fueron mejores amigos. Es entendible.

—Lo que diga esa harpía, no te lo creas, ¿de acuerdo?

Agranda un poco los ojos.

—Yo la conozco desde hace muchos años, siempre sentí lo falsa que era. Nunca me gustó para Gastón.

Me mira divertido.

—¡Ah!, ¿no?

—No —le robo la taza.

—¿Sabes por qué terminaron su matrimonio? —me pregunta.

—Él la encontró en la cama con otro. Llegó de sorpresa de un viaje y cuando entró a la casa empezó a oír gemidos. Cuando abrió la puerta de su habitación, ahí estaba Sofía y otro tipo. Gastón casi lo mata. Con ella no fue abusivo, no podía ni mirarla de lo decepcionado y destrozado que estaba, pero con el hombre sí se desquitó.

—¿Él te lo contó?

Afirmo.

—Cuando salimos el domingo, sí. Yo le creo.

—Y ¿tú no habrás estado enamorada de él y por eso ella te caía mal?

El calor sube a mis mejillas de forma inmediata. Trago saliva y tomo otro trago de café para fingir normalidad. Le paso la taza.

—No, para nada —le miento en la cara.

—Bueno —dice y se lo agradezco por no indagar más—. Entonces, ¿por qué piensas que Gastón nunca le ha levantado la mano a la chica?

Lo miro fijamente.

—Porque confío en él.


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Destinados #D1 (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora