Capítulo 22

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Me voy a la cama y me saco la bata que tenía sobre el pijama, luego me recuesto junto al pequeño cuerpo de Leo, le doy un vistazo y beso su cabello. Cierro los ojos, con la intención de dormir, pero el sueño no viene a mí. Me doy bastantes vueltas en la cama, pero simplemente no puedo conciliar el sueño, mi mente no deja de dar vueltas en los mismos temas de siempre, resignada a no dormir, las primeras lágrimas comienzan a caer, porque realmente me siento como una tonta.

Así es como el cansancio llega a mí, y así es como me duermo, profundamente, aunque cuando abro los ojos en la mañana parece que me he dormido recién, pero puedo ver la luz entrando por la ventana, y también veo que Leo se ha despertado y estaba jugando encima de la cama.

"¿Qué haces peque?" Le digo sentándome junto a él y beso su mejilla tomándolo en brazos. Y aunque me contestó con un reclamo ya que quería seguir jugando, igualmente me reí y lo dejé ir de vuelta a sus juguetes.

"Mama" me dice apuntando a sus juguetes y acercándolos a mi para que jugara con él, así que no tuve otra opción más que simplemente hacerlo.

"Buenos días pequeño" digo sonriendo, y el besa mi mejilla mientras juego junto a él, parece que amaneció de bueno humor.

Luego de jugar un rato con él, finalmente decido ponerme de pie, y aunque Leo no está muy contento con la idea, igualmente me deja tomarlo en mis brazos, y llevarlo a la cocina.

"Estás de buen humor hoy" Digo besando su rosada mejilla, mientras lo siento en su sillita "Más tarde iremos a ver a un amigo de mami" Le digo aunque sé que quizás no entienda una mierda de lo que le estoy diciendo, pero me gusta hablar con él.

Me pongo a preparar el desayuno, y no oigo ruidos de la habitación de Anna, así que supongo que ninguno de los dos ha despertado, y sé que se levantarán con hambre cuando lo hagan así que hago desayuno para los cuatro.

Para que Leo no se aburra le paso un pote con fruta picada, porque siempre que está comiendo está feliz, creo que todo el mundo es feliz comiendo. De pronto la tranquilidad es interrumpida por murmullos que supongo que vienen de la habitación de Anna.

Supuse que lo que sea que estaban hablando les tomaría poco tiempo, así que comencé a hacer los panqueques y me puse a cocinarlos. Pero pasaron un par de minutos, y no había movimiento de parte de ellos, pero podía aun escuchar sus murmullos, así que se me hizo la imagen de lo que podrían de estar hablando.

Le paso el biberón con leche a Leo, y tengo la intención de subir las escaleras, y escuchar, simplemente porque quiero intervenir si la cosa se pone fea, pero no alcanzo a subir.

Ya que después de un corto espacio de silencio, escucho un grito, y no uno cualquiera, uno llego de rabia, y sé que viene de parte de mi amiga, que poco a poco se alarga, y se llena de insultos.

Supongo que Saúl de una vez le había lanzado la bomba, ya que mi amiga no era de soltar tanta cantidad de groserías de la nada, no podía pensar en una manera en la que podía intervenir en estos momentos, ya que igual me caía bien el chico, así que contrario a lo que iba a hacer en un primer instante me quedo en la cocina terminando el desayuno.

Siento unos pasos en la escalera y me vuelvo a mirar. Veo que es Saúl, pero este no me mira, ya que tiene la mirada fija en el piso, camina directamente a la puerta principal y da un portazo, como si la culpa fuera de la puerta.

Tan pronto sale, tomo a Leo en brazos y subo las escaleras en dirección a la habitación de Anna, llego y está con la puerta cerrada, la toco un par de veces y como no me contesta entro de todos modos.

Está tirada sobre la cama, con la misma ropa que llegó la noche anterior, camino a ella y me siento a su lado. Ésta levanta la cabeza y me mira.

"¿Vienes a decirme te lo dije?" me pregunta y noto que se está aguantando las lágrimas, yo sacudo la cabeza.

"Lo que menos necesitas ahora es que te digan eso, además ¿quién soy yo para juzgar?" Le digo y le doy una pequeña sonrisa "Ven vamos, hice panqueques. Un poco de azúcar te levantará el ánimo, Saúl ni ningún hombre merece nuestras lágrimas" ¿no es gracioso que yo diga eso, luego de haber llorado hasta dormir? Soy la persona más consecuente del mundo.

"La verdad que no tengo ánimos de levantarme ni de ver el sol, me duele la cabeza" Me dice escondiendo su rostro en su almohada.

"Vamos, es un día hermoso, no dejes que Saúl y su supuesto hijo te lo arruinen" Le digo suavemente "Además tú no eres la que tiene que pasar la tarde con Durm" digo sabiendo que eso la hará despertar.

"¿Cómo es eso?" Me dice frunciendo el ceño.

"Si te levantas te cuento" Le digo y me pongo de pie con Leo. "Vamos, que se enfría"

Se pone de pie a regañadientes, y aún puedo notar un atisbo de tristeza en sus ojos. Pero no le digo nada, simplemente me sigue a la cocina y una vez allí nos sirvo el desayuno.

"Explícame, como es eso de que tiene que pasar la tarde con Erik, creí que no lo veríamos más hasta el juicio" Me dice y yo me encojo de hombros.

"Bueno, la cosa es que anoche vino, y llegamos a un acuerdo" Después de que tuvimos sexo, no quise añadir esa última parte "Y él no seguirá con nada del juicio si lo dejo ver a Leo, y eso" Digo mientras comienzo a comer.

"¿Así que lo puedes dejar con Erik y salir de fiesta?" Me dice, si la manera en la que Ann tenía de pasar las penas era saliendo de fiesta.

"No estoy segura de si las cosas funcionan así..."

"Vamos Tam, hace años que no sales de fiesta, además tienes que acompañarme. Me servirá para despejar la cabeza de toda esta mierda, y a ti para que puedas dejar de pensar en el alemán e incluso puedes ligarte a alguien si quieres" Me dice y la verdad es que por primera vez en mucho tiempo le encontraba algo de razón.

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Holi,

mucho tiempo desde la última vez que me digne a actualizar (Y la verdad no iba a actualizar hasta octubre) Pero mi escusa es que no había tenido tiempo para sentarme y editar el cap.

Espero que les guste :)

Saludos y besos

Tam

Klein Durm // Erik Durm (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora