III. Capítulo 10

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Sentado sobre el escritorio de Izuku, Katsuki observa el paisaje oscuro que enmarca la ventana a mitad de la noche. Desde su última conversación, ha intentado acercarse más a él, haciendo de una rutina esas visitas antes de irse a dormir. Admite que valora mucho esos momentos tranquilos, incluso si no siempre se traducen en conversaciones profundas. A veces, simplemente estar cerca de Izuku observándolo en silencio es suficiente. Otras veces, se aventuran a acercamientos más íntimos que no lo enorgullecen del todo. Un beso o un abrazo es capaz de empujar al límite su autocontrol. El aroma de Izuku es tan estimulante que siente que su voluntad quiere flaquear.

Y, si es sincero, a veces se ve tentado a permitírselo.

Un pensamiento que le asusta.

Sabe que hay algo más que el simple aprecio en juego, una atracción que va más allá de la mera curiosidad, y teme poder consensuar algo movido solo por el deseo que le lleve a un momento de arrepentimiento después.

Teme caer en cuenta que lo que siente no es más que instinto o simple imposición por su condición de omega que le pertenece a un alfa.

Suspira.

—¿Todo bien? —pregunta Izuku, desde el otro lado de la habitación mientras toma un libro del largo estante que cubre la pared.

Katsuki gira a verlo. La luz derramándose sobre su perfil mientras sostiene ese libro le da una visión bastante calma del alfa. Su rostro apacible de facciones maduras y suaves hacen que se pierda en él. No puede evitar pensar en cuán atractivo es de una manera que incluso va mucho más allá de lo físico.

Entonces, Izuku eleva las cejas. Espera una respuesta.

Katsuki parpadea, en lo que pone en claro sus ideas. No quiere sobre pensar las cosas y que todo termine desbordándose en una vorágine de confusión como sucedió tiempo atrás con el tema del compromiso.

—Sí, todo está bien —responde, devolviendo la mirada a la ventana.

Pero incluso si no quiere confusión, es incapaz de liberar todo lo que surca su mente, no encuentra el coraje para expresarlas. Hay cierto tinte de vergüenza que aparece cuando de sentimientos relacionados a Izuku se trata y simplemente, prefiere ocultarlos.

—Es tarde —el alfa continúa hablando en tanto continua en lo suyo—, mañana inician tus clases.

Katsuki exhala aburrido, rodando los ojos.

Había olvidado completamente que un nuevo año escolar estaba a punto de comenzar.

Y es cierto que la idea de retomar clases no le anima en absoluto; sin embargo, lo ve como una pequeña victoria sobre las reglas impuestas para omegas. Da igual lo tedioso que le resulte estudiar o el gran lio que sea despertarse temprano, la escuela no es algo que vaya a dejar solo porque le incomoda un poco.

Incluso si ese año se pinta como el más aburrido y desolado de su vida.

El duelo por la pérdida gradual de sus amigos ha sido devastador, aunque cueste admitir. Comenzó con el distanciamiento gradual de su grupo de omegas, una fisura que se amplió con la partida de Sero y Kyoka. Aquello le había llevado a afianzar lazos con Denki, y su posterior definición como omega lo acercó a Yuga.

Ahora solo le queda Kirishima.

¿Hasta cuándo?

Seguramente, hasta dentro de muy poco.

—Kacchan —La voz de Izuku, preocupada y cercana, lo saca de sus pensamientos melancólicos— ¿Estás bien? ¿De verdad?

La cercanía del alfa, su rostro lleno de inquietud y su aroma reconfortante, solo sirven para recordarle cuán solitario se siente.

The ChainWhere stories live. Discover now