II. Capítulo 5

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Eijiro estornuda por milésima vez.

Coge un pañuelo con el que limpia la tierra muerta de su nariz y otro para el sudor. El calor en esa zona es más del que imaginaria estando solo a una hora de distancia de la ciudad.

—Siguiente —avisa, dándole paso a una anciana beta— ¿nombre?

Toma nota de los datos de la mujer, llenando el formulario de atención.

Sus vacaciones nunca más volverán a ser lo divertidas que eran con Sero y Kyoka. Por momentos, la nostalgia le sobrecoge, pensando que no aprovechó cuanto pudo las últimas vacaciones junto a ellos, ya que su instinto se activó y se distanció por el bien de su amiga omega.

Ahora habia aceptado apoyar a su padre en esa atención medica como parte de la ayuda social que el estado prestaba a la ciudad satélite-1 de Mufutasu.

Conocida tambien como ciudad libre beta.

El esquema territorial del país se forma por prefecturas. Como un rompecabezas, estas ocupan el territorio completo. Dentro de cada una, se encuentran distintas ciudades, la suya es Mufutasu. Aquí la división continua, siendo el corazón, las llamadas Ciudades centrales; ya que son únicamente pobladas por alfas y omegas convirtiéndola en el motor social y económico.

Luego, venían las ciudades satélites. Alejadas del centro, habitadas solo por betas. De ahí su nombre común de "ciudades libres betas".

A causa del gran incremento de población Beta, Mufutasu contaba en la actualidad con dos de estas ciudades exclusivas para ellos. La más reciente se encontraba a dos horas de esa. Para mala suerte suya, fue a esa a la que enviaron a Sero.

Habría sido agradable verlo una vez más.

—Siguiente, ¿nombre?

El ingreso a cualquier persona es supervisado por el estado. Ni los betas pueden ingresar libremente a ciudad central. Ni alfas u omegas lo hacen a las ciudades satélite.

Ciudad central no tenía problemas en contener a su gente. Un canal de agua bordea todo el perímetro y este es redirigido cada que se necesitaba una expansión. Cuenta con casetas de seguridad en las cuatro vías de salida principales. Esto no solo para los visitantes de otras prefecturas, sino porque fuera del canal, habitan los dueños de haciendas como los Todoroki. También es donde se instalan las grandes fábricas.

Los betas que andan por estás áreas —tanto dentro como fuera de la ciudad—, son aquellos que le pertenecen a un alfa.

La situación es un poco distinta con las ciudades satélites. Bordeadas por un gran muro, eran vigiladas dia y noche por militares armados. La única ley impuesta ahí dentro es que nadie sale ni nadie entra por fuera del único acceso que tienen.

—Siguiente, ¿nombre?

Ciertas palabras para Kirishima son solo letra es papel con definiciones. Tugurio, mendicidad, hacinamiento. De donde el viene, esas cosas no se ven. Incluso el alfa más pobre tiene donde vivir, que comer y todas las condiciones de vida digna.

En cambio, dentro de esa ciudad, las palabras empezaban a cobrar sentido. Era tan horrible como se puede imaginar. Tan solo a su llegada, las calles de tierra le dieron la bienvenida con cientos de personas pidiendo ayuda o algo para comer. Gente sucia, mal oliente, vestida con harapos. Ahora mismo estaban instalados en una losa firme construida por el estado para esos actos de caridad y se tentaría decir que era la única parte bonita del lugar.

El trayecto desde el ingreso hasta ese sitio había sido corto, pero suficiente para ver las calles estrechas que aparecían por todos lados. Las viviendas parecían torres de cubos puestos unos sobre otros sin ningún tipo de regla que asegure su estabilidad.

The ChainWhere stories live. Discover now