Capítulo 7

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Katsuki considera que el trato diferente entre alfas y omegas es bastante tonto a veces. Lo pensaba cuando Tenya le imponía como regla el no mirar directo a los ojos a los alfas, a menos que este se lo permitiera, o cuando mencionaba que las características primordiales de un omega eran la lealtad, sumisión y obediencia.

Estupideces.

En la escuela existe un trato más absurdo aún. Dentro de la misma aula, alfas y omegas son separados, unos a la izquierda, otros a la derecha. Ha visto en años superiores que incluso llevan cursos por separado. Más allá de solo el aula, si un maestro ve una cercanía excesiva entre alfa y omega, de inmediato obtienen un llamado de atención. Razón por la que muchos optan agruparse únicamente con los de su mismo género.

Agradece no haber terminado en un grupo de esos.

Sin embargo, no termina ahí. Se les instruye a que los omegas son tranquilos, calmados y a la hora de jugar, deben divertirse de igual manera. Loa alfas corren, los omegas se sientan. Situación que se repite en el gimnasio. Los alfas hacen ejercicios fuertes, los omegas apenas hacen estiramiento y corren un par de vueltas. Durante la actividad libre, los alfas aprenden un deporte nuevo, los omegas observan de las graderías dándoles ánimos.

Según Tenya, el cuerpo de un omega no debe generar mucho musculo, porque debe prepararse para tener bebés. Crecer de más tampoco es bien visto y esto lo comprobó en su cumpleaños, cuando el resto de omegas vio a Inasa.

Ciertamente, él quisiera ser tan alto como ya lo es su amigo.

—Katsuki —las manos de Yuga caen sobre sus hombros. Sentados en el gimnasio, viendo como los alfas juegan basquetbol, desciende de una gradería hacia su lado— ¿Cómo es tener un alfa? —susurra.

Frunce el ceño, fastidiado de que vaya a empezar otra vez con las burlas del primer día.

Yuga parece notarlo. Ríe.

—Va en serio —anticipa—. Je veux savoir cómo es él contigo —habla por los otros dos omegas de su grupo.

Katsuki relaja el gesto. Encoge hombros desinteresado.

—Igual que tú o que Sero. Igual que cualquiera.

—Pero es tu pareja —se une Denki— ¿No debería tratarte diferente?

—No es mi pareja —aclara de inmediato y tan rápido como lo dice, sabe que es mentira—. No aún.

Mais... ¿no hacen nada de pareja?

La insinuación es tacita. Yuga no se refiere a tomarse de las manos o abrazarse y esa connotación trae de regreso el fastidio en Katsuki. Incluso si sabe que esta vez no es burla, sino curiosidad pura. Sin embargo, antes que pueda decir nada, Denki se anticipa.

—Es una pregunta que debiste de hacerle a Inasa.

—¿El niño grande del cumpleaños? ¿También tiene un alfa?

—¿Cómo sabes eso? —ignora a Yuga y pregunta directo al otro omega.

Conoce a Inasa y la educación que su tutora ejerce, es reservado en varios temas incluso con él y duda que haya hablado algo acerca de su alfa o la crianza que lleva en casa.

—Porque Denki es un omega de los Todoroki —suelta Kyoka, que se ha mantenido en silencio.

—Siempre lo veo cuando vengo a la escuela, parado en su balcón —bufa, resentido—. Mira a todos con desprecio.

—Inasa no haría eso —contradice al instante.

—Claro que lo hace, todos los betas lo notan —pero Denki no se rectifica ni toma un tiempo de pensarlo—. Omega mimado, yo soy más bonito que él —reniega—. Qué habrá hecho para que sea él a quien comprometan al final, si fue a mí a quien le presentaron primero al menor de los Todoroki.

The ChainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora