The way i loved you - Regulus Black

63. Marcada para siempre

Maratón 3/?

—Tu sabes de eso —Albus la miro, totalmente serio—, sabes que no puedes decirle a nadie.

—Han pasado casi veinte años y no he dicho nada —lo miro de mala gana Jazmine, sintiéndose acusada.

—¿Sabes donde esta, verdad?

—Guardado en mi memoria como si se me fuera a escapar en algún momento—murmuró, antes de tomar la taza de té—. Profesor, se que no confía en mi porque tome decisiones en base a mi amor hacia Regulus, pero le aseguro que no volverá a pasar.

—Estoy tan seguro que así será, señora Black —la miro por arriba de sus gafas—, solo me temo que cuando la verdad se sepa, usted tome la decisión correcta y pueda destruirlo.

—Yo sabré cuando buscarlo —rodó los ojos, cansada—. Profesor, no le dirá a Harry ¿cierto?

El silencio inundó la sala y molesta, ella se puso de pie.

Su vestido rojo vino voló por los aires, cuando entro por fin al gran salón donde se llevaría acabo la fiesta de Navidad del profesor Slughorn, quien al enterarse que seguía con vida la invitó sabiendo que eso llamaría la atención del periódico.

Al profesor siempre le gustó la atención y que mejor que dar en exclusiva la primera foto del regreso de la única Potter sangre pura que quedaba, aunque ahora fuera una Black.

—Jazmine, querida —el abrazo del profesor la hizo sonreír, apretándolo de la misma forma cordial que él—, tanto tiempo sin verte.

—Lo sé profesor, ha sido una larga vida ocultándome —trato de bromear, y lo logro cuando este río.

—¡Una foto!

Ella sonrió grande, pasando su brazo detrás del viejecillo que igual sonreía.

Merodeo, comiendo lo qué más podía hasta que choco con Snape quien la miro como siempre, con esa mirada sin expresión y su manera tan lenta y sarcástica de hablar.

—¿Lo encontraste?

—No ¿Y tú? —contestó igual de seca que él.

—¿Entonces que haces aquí? —alzó una ceja interrogante y ella rio por eso, porque le recordaba a una caricatura.

—Oh, ¿hablas del profesor? Sí, terminé de hablar con él antes de venir aquí, ya puedes decirle a Harry que se ha ido —explicó— ¿De que estarán hecho estos deliciosos postres?

—Dragón tártaro. Que bueno que Regulus no está aquí, te hubiera vomitado encima —la miro con asco cuando la vio masticar el segundo bocadillo.

Ella solo lo burlo, para luego rodar los ojos y alejarse de Snape quien fue hasta su sobrino.

Harry la miro desde antes de que ella se diera cuenta y desde atrás de la cortina, pudo darse cuenta de muchas cosas. Se sentía un poco tonto por no haberse dado cuenta antes.

Eran tan similares que asustaba, lo único que cambiaba es que ahora ella era adulta aunque su rostro parecía más joven de lo que aparentaba y que su cabello había vuelto a crecer.

—Harry —lo llamó su amiga Luna tan pronto Severus se alejó—, ¿Esa es tu tía? —él asintió de mala gana—, es muy bonita ¿Por qué no bailas con ella?

—Estamos... enojados.

—El enojo puede esperar una noche. No lo sé, si yo tuviera la oportunidad de bailar con mi padre esta noche, lo haría, en estos tiempos no sabe cuando se irán —le dió una sonrisa tierna que hicieron morderse los labios a Harry ante la razón que tenía.