17. San Valentín

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James, Sirius, Remus y Peter escoltan a Jazmine toda la mañana del 14 de febrero, San Valentín.

Por un momento ella le parece cómico pero a la tercera clase, se siente muy incómoda por lo que ella golpea a cada uno con su libro, de cuidado de criaturas. Sirius fue el único que corrió antes de que lo alcanzara, pero con un movimiento de varita lo hizo caer al suelo.

—Jodido duende —se quejó con fuerza mientras se paraba del suelo, avergonzado por las risas de las personas que pasaban a su lado—, ¿Qué? ¿Acaso no han visto caer a un ángel o qué?

—Mucho ego a la vista —se burló Jazmine, mientras Remus se tapaba la cabeza de nuevo cuando trato de ponerse a su lado para llevarla a su siguiente clase—, ya en serio chicos, ¿Qué les sucede?

—Es San Valentín, es obvio que los perritos falderos te mandaran los mejores regalos ¡Es que ya estás en la edad! —esta vez la voz de James fue de desesperación mientras hacía una mueca dramática—, juro que si veo a Travis de nuevo tratando de acercarse a ti, mandaré a Peter a morder su bella cara.

—¡James!

—¡Jazmine! —la burló, antes de tomarla por el cuello con su brazo metiéndola debajo de su ala, arrastrándola consigo.

—Me estás asfixiado, imbecil —jadeo, tratando de soltarse—, no me daría remordimiento poner un poco de poción de cabeza de calabaza en tu jugo, así que suéltame.

—Estoy seguro que aún así sería guapo —con una sonrisa ladina, miró hacia atrás y cuando volvió a mirarla su rostro se mostraba un tanto asustado— ¿Qué debería de regalarle a Lily? No sé nada de lo que le gusta.

Jazmine dió una sonrisa burlona a su hermano entrecerrando los ojos complice—. Si sabes, por algo te gusta ¿No?

—Es solo que no quiero equivocarme, es decir, podría comprarle una dulcería entera pero no quiero causarle diabetes o que se queje porque quiero hacerle engordar ¡Pero obvio no quiero eso! —chilló, por lo bajo, esperando que sus amigos que caminan detrás de ellos no escuchen.

—Solo, no le mandes a los enanos a cantarle, son horribles.

—Sobre eso... creo que la han asustado en el desayuno —cerro los ojos ante la imagen tan humillante.

—Bien, iré a la biblioteca, creo que idearé algo ¡Y no me molesten! —gruño en lo alto, para seguir su camino esperando a que a los 4 le quedara claro.

—Bien, pero estaré cerca.

—Si estás cerca, le diré a Lily que fuiste tu el que mando a los enanos y créeme, no le va a gustar saberlo —amenazó, empezando a caminar lejos de ellos.

La verdadera razón de porque quería deshacerse de ellos era porque vería a Regulus en punto de las 3 pm, en el jardín delantero y tener su primer cita.

Si bien, corría demasiados riesgos, ella no se perdería una tarde -un tanto romántica- con Regulus, quien viéndolo de cerca, se veía extremadamente guapo.

Llevaba su típico traje completamente de negro, que parecía llevarlo siempre y con él cuál se veía elegante. En su frente habían unos cuantos rulos que caían pero parecían tan exquisitos.

Jazmine se encogió en su lugar cuando Regulus la miro y al instante este sonrió, con tanta ilusión y ternura que la chica Potter sintió su corazón apretarse.

—Buenas tardes, señorita —beso su mano al instante, haciendo que ella sonriera—. Me encanta tu vestido, aunque me gustaría que fuera verde.

—El rojo es mi color.

The way i loved you - Regulus Black Where stories live. Discover now