The way i loved you - Regulus Black

47. Jazmine Black

Jazmine siempre se imaginó casarse en un bonito día soleado de primavera, donde el clima fuera perfecto para que su cabello no se arruine; luciendo un hermoso vestido blanco, que asemejara todo lo que ella era... una mujer libre, poderosa e inteligente, joven y llena de vida.

Se imaginó llegar al altar del brazo de su padre, que su madre llore al verla y que James la mire con orgullo.

Que todos sus amigas estén ahí, siendo sus damas de honor con un vestido rojo, como sus tacones y que sus amigos, por primera vez rompieran esa capa de machos al verla crecer y lloraran.

Imaginaba todo lleno de flores de mil colores. Que sus tíos volaran hasta su casa para abrazarla, que los amigos de sus padres le dieran los mejores regalos y que las tías chismosas del novio criticaran su forma tan inusual de bailarle a su esposo.

Todo era un sueño. Un sueño que no se volvería jamás una realidad, incluso cuando amaba con todo su corazón al novio.

Ella no tuvo ni voz ni voto en ninguna de las decisiones de la boda, menos Regulus. Ambos solo asentían a lo que Voldemort dijera y ordenara.

De pie, viéndose al frente de un espejo de cuerpo completo se sentía demasiado quebrada por dentro. Todo era oscuro, sin vida.

Su vestido era completamente negro, al igual que el velo. Era demasiado apretado y muy revelador de partes que ella no sabía que tenía pues el corte de corazón en el pecho hacían que sus senos resaltaran. Todo hubiera sido diferente si el vestido tuviera brillos, pero todas las tonalidades en negro que habían en el vestido eran mate, opaco.

—Me siento ridícula —murmuró la chica, en dirección de las hermanas que alguna vez fueron Black—, es...

—Pequeño —murmuro Narcissa quien la ayudaba a ajustar el corsé—, o tu eres demasiado pequeña.

—Es como una pequeña sanguijuela, todo se le resbala —Bellatrix murmuro, teniendo un poco de alegría en su voz, pues se imaginaba que si la chica Potter se casaba con su primo, su señor ya no la voltearía a ver—, quédate quieta, vas a romper los hilos si sigues moviéndote así.

Jazmine solo asintió de mala gana, tratando de no moverse.

—Señorita Potter —la voz de Dobby detrás de la puerta hizo que tres pares de ojos lo miraran poniéndolo altamente nervioso—, llegó otro paquete para usted.

—Tráelo, por favor —la chica, muy agradecida con el elfo pudo safarse de que Narcissa apretara más y la dejara sin respirar.

Dobby desapareció tan pronto Jazmine tomó la caja y la dejo en la cama. La menor de los Potter sintió que su corazón estallaba de emociones al ver que su apellido estaba en color dorado sobre la tapa de la caja.

"Querida Jazmine, papá, mamá y yo, te mandamos un regalo por tu hermosa boda. Espero lo disfrutes.

Psd: Lily te manda muchos abrazos"

Jazmine no quería llorar y que el maquillaje negro que tenía al rededor de los ojos se arruinara, así que respirando profundo tomó entre sus manos una hermosa foto, de unas vacaciones en Italia. Lo recordó como una de las mejores de su vida, pues solo era una niña con un par de dientes caídos.

También, dentro de la caja habían dos pequeñas cajas.

—Son bellísimos —aduló la rubia, mirándolos desde atrás del hombro de la chica—, que lindo detalle de tus padres mandar los anillos.

—Esperemos que mi señor no se enoje por ello —Bellatrix dijo sin interés, arrebatándole las cajas a Jazmine para verlos mejor—, que lindo, dicen tus iniciales en el de Regulus y el tuyo, las suyas.