52. Un odioso adolescente

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Kreacher y Jazmine hablan sobre la cena de ese día. Ella pide explícitamente que comer.

—Madrina, me regala cinco galeones —Fred llegó a interrumpir su plática apareciéndose de manera sorpresa pero ella ni se inmutó.

—No.

—Pero...

—Ya se que eres George, Fred no me dice madrina de esa forma así que largo —lo empujó fuera de su vista, de manera juguetona.

Jazmine nunca creció, se quedó en su adorables ciento sesenta centímetros y su rostro joven, pero aún así todos le tenían respeto porque podía hacer cosas maravillosas que hacían reír a Fred diciendo que su madrina era una maldita genio.

—Oh, vamos tía Mia, quiero un par de polvos nuevos y pensaba completar el dinero con lo que me des —hizo una cara de chulearía que hizo reír a Jazmine.

—No.

Salió de la cocina, rumbo a la habitación pero tan pronto miro a Harry bajar con el semblante serio, ella se congeló por lo que, Harry miro a sus amigos con confusión.

—¿Pasa algo, tía Mia? —Ron la llamó porque se suponía era más cercano a ella—, parece como si hubiera visto un muerto.

—He visto muchos —contestó con su inconfundible humor sarcástico, pero se arrepintió cuando Harry se tensó ante la palabra—, lo lamento.

—No pasa nada —la miro por un segundo y Jazmine sintió como si su cuerpo tuviera paz por un momento al recordar la manera en que Lily la veía.

—¿Tus padres son Lily y James, no? —el asintió bajando las escaleras dejándola con las palabras en la boca por lo que ella apretó sus labios, un poco disgustada.

Ron y Hermione me dieron una mirada de disculpa pero ella solo hizo como si no importara y siguió su curso.

»Kreacher, lleva waffles a mi habitación.

—Si me querida ama.

Al mal tiempo, unos waffles en compañía de un gran libro de la biblioteca de los Black. En sus años en el colegio, cuando James sufrió una despartición, ella deseo leer aquellos libros y ahora que prácticamente era su casa, se tomaba el tiempo.

Los waffles porque le recordaban mucho a Reg, quien siempre le ponía crema batida, chocolate y fresas, junto al refresco de cola.

Quizá haya pasado el tiempo, pero esas pequeñas cosas le recordaban el amor que le tenía al amor de su vida.

—Querida, esta la cena lista —Molly apareció en su puerta, como toda una madre. Ella le recordaba a la suya pero en pelirroja y ciertamente aunque ella tuviera treinta y seis, se sentía como una chiquilla—, baja antes de que Ron se acaba las piezas de pollo.

—No tengo hambre, acabo de comer —agitó el plato que tenía en el regazo para mostrarle.

—¿De nuevo waffles? —Jazmine asintió—, vas a enfermarte con tanta azúcar.

—Bueno, una muerte dolorosa con todo lo que hice es mejor ¿No crees? —quiso burlarse pero Molly la miro mal—, bajaré a acompañarlos, siempre es un gusto molestar a Hermione con Ron.

—Hermione no se esmera en ocultarlo.

—Justo como yo, ni siquiera parece que tengo esta edad —ella apretó una sonrisa, pero al ver que Molly se acercaba a ella mordió su labio.

—Te hicieron crecer desde que tenías catorce, ser como eres ahora no importa porque aún así peleas como la gran mujer que eres —la pelirroja la abrazo como toda una madre—, bajemos, Arthur no come si no estoy.

The way i loved you - Regulus Black Donde viven las historias. Descúbrelo ahora