13. El señor de traje.

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Las miradas estaban puestas sobre la pareja de jovenes, que llevaban entrelazados los brazos y que el azabache guiaba con una expresión un tanto orgullosa de tener a semejante mujer a su lado, mientras que la castaña, muere de nervios que son apaciguados cuando Regulus la mira por un momento y por primera vez delante de todos aquellas personas, sonríe.

—Estoy seguro que sienten envidia —comenta el Slytherin, ayudándola a sentarse y que su vestido no se arrugue, algo que agradece su compañera con la mirada.

—Espero no opacar a la novia —se burló.

Las sillas del lugar estaban acomodadas en filas y veían directamente al altar. Habían arreglos florares solo en tonos rojos y en medio había una pequeña mesa donde el padrino dé ceremonias los casaría.

Regulus compartió una última mirada con ella antes de que oficialmente la boda iniciara, dejando ver a Narcissa en un precioso vestido blanco, tal delicado y sutil, pero que gritaba elegancia en todo su cuerpo, Lucius por otro lado, iba en un traje completamente negro y su cabello brillaba por la gomina.

Narcissa siempre supo como engañar a los demás con sus verdaderos sentimientos, lo que tenía de bonita lo tenía de inteligente, porque ahora mismo se veía tan seria pero detrás de toda esa cortina, se podía ver su felicidad y Jazmine lo sabía.

Cuando la fiesta empezó, Regulus y Jazmine se sentaron en la última mesa, bebiendo y comiendo lo que más pudieran.

—Oh, no ¡Corre! —susurró el pelinegro, mientras empujaba a la chica que terminaba su segunda copa de hidromiel haciéndola derramar un tanto sobre la mesa, por lo que miro al chico con disgusto pero cambio su expresión a confundida cuando este volvió a empujarla.

—¿Pero por...

—Reg, no sabía que vendrías bien acompañada —Wallburga Black apareció frente a ellos, luciendo un vestido tan esponjado que Jazmine sintió incomodidad en su propio cuerpo, porque imaginaba que pesaba aquella prenda—. Señorita Potter, que gusto verla.

—Lo mismo digo, señora Black —su sonría titubeo un poco, poniéndose de pie y alzando su mano con cortesía, pero aquella mujer de ojos oscuros solo la inspeccionó de pies a cabeza.

La molestó tanto que, apretó su puño y luego tomó su copa casi llena y salió de ahí.

No dijo ninguna sola palabra, la sangre le hervía a más no poder y su cabeza estaba empezando a imaginar un montón de insultos. Odiaba esa sensación, porque al final era una bruja adulta y debía de respetarla, pero su actitud la había puesto de malas.

—¿Qué? —espetó una vez que regreso su mirada a la persona que la miraba.

Evan Rosier alzó sus manos, fingiendo inocencia mientras que daba pasos confiados a ella hasta jalar uno de sus cabellos suelto por lo que ella en respuesta lo miro de mala gana.

—Parece que a la pequeña Potter le han arruinado la diversión —murmuró suspicaz muy cerca de su rostro haciendo que ella alce las comisuras de sus labios, en una sonrisa vacía.

—¿Por qué no te largas, mejor? —gruñó y golpeo la mano del chico cuando trato de llevar otra mano a su rostro, haciendo que él ría—, tu madre te anda buscando, seguro no quiere que te vea conmigo.

—Para tu buena suerte, ha muerto el año pasado.

—Lo siento, yo...

—No te preocupes, era una viaje horrible —dió una risa nasal que puso los pelos de punta a la chica—. Me da gusto saber que ya sabes de que lado estar y saber que es el correcto.

—¿Disculpa? —Jazmine sintió que su cabeza se revolvía ante sus palabras, haciéndola fruncir el ceño.

—Oí el rumor de que, Regulus te ha convencido de estar de nuestra parte. Siendo sincero, me gusta saber que una bruja tan excepcional cómo tú este apoyando a mi Lord —golpeó su hombro con el suyo con gracia, como cuando niños.

The way i loved you - Regulus Black Where stories live. Discover now