24. Proyecto Jazmine Potter

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Regulus y Avery hicieron absolutamente nada.

Empezó a desesperarse de no saber que hacer, por lo que su mente empezó divagar.

Se vió así misma yendo a su habitación, por lo que, supo que iba a estudiar. Así que todavía le quedaban varias horas para que por fin se fuera a dormir.

Sabiendo eso, pudo infiltrarse a la sala común de Slytherin. No solía visitar otras salas comunes, así que quedó pasmada de ver que el lugar era lúgubre y frío.

Se abrazó así misma, antes de tomar un uniforme de la casa que había encontrado y poniéndose el gorro, empezó a caminar hacía la habitación de Regulus.

Al entrar, se dió cuenta que la cama de en medio era la más arreglada. La de un costado parecía que un mapache se había revolcado en ella y la del otro costado, era como si alguien hubiera tenido una lucha en ella.

Regulus era muy ordenado, así que dedujo que era de ella y más cuando al sentarse en la cama y sentir el material caliente, también pudo notar su característico olor a perfume mezclado con pociones.

Siempre le gustaba ese olor.

Curiosa miró una foto de él en un partido de Quidditch, donde sonreía y alzaba la mano con victoria.

—Muy egocéntrico de tu parte —murmuró con cierta burla, al dejar la foto en su lugar para luego tomar otra.

En ella, había un Regulus de pequeño junto a un Sirius muy orgulloso de tener su primera varita, mientras su madre tenía cara de estar orgullosa. Probablemente era la foto más extraña que había visto, porque Wallburga Black jamás se sentiría orgullosa de nada.

Dejo el cuadro de nuevo en su lugar, viendo esta vez que el cajón que tenía la mesa de noche estaba entre abierta, por lo que, abrió esta con cuidado.

Pero no fue suficiente inteligente pues justo cuando abrió el cajón e ingreso su mano a aquel lugar para revisar que había dentro, una sustancia entro por sus fosas nasales.

«Mierda» murmuró una vez que sintió su nariz empezar a escurrir sangre, por lo que, llevo su mano al rostro para controlar la hemorragia, pero algo peor vino.

El corazón de Jazmine se aceleró cuando escucho la cerradura de la puerta, como si una mano se hubiera posicionado en ella. La chica solo pudo cerrar el cajón de golpe y tirarse al suelo, para rodar debajo de la cama de Regulus.

Asustada, se hizo bolita viendo varios pies andar por el lugar y reconoció por su voz a Avery y Regulus, quienes parecían enojados.

—Estoy tan cansado de Rosier, solo hace que el señor oscuro nos mande a hacer lo peor —exclamó Avery, ya sentado sobre su cama, dispuesto a dormir.

—Ve el lado bueno, no confía en él pero en nosotros sí —a pesar que Jazmine no lo veía podía percibir el cansancio en las palabras de Regulus, quien regresaba del baño, ya con la pijama puesta.

—Han abierto tu cajón —comentó Avery, viendo la sangre que había en el piso, con cierta gracia—, ese hechizo es maravilloso.

—Estoy tan seguro que fue Rosier, le gusta tomar mi libro de pociones —bramó, abriendo su cajón— Aenean —murmuró, haciendo que el cajón hechizado no le hiciera nada.

—Pociones, tu materia favorita —comentó con sarcasmo el castaño, mientras se arropaba— ¿Haz hablado con ella?

Regulus solo lo miró con desconfianza, sin saber si contarle sobre la vida amorosa que tenía. Le resultaba muy complejo expresarse con otras personas. Con la única con quien había sido fácil la comunicación, lo tenía durmiendo hasta tarde.

The way i loved you - Regulus Black Where stories live. Discover now