📜Capítulo 66. Las copas se vuelven a llenar

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Pero finalmente la noche cayó y todos los estudiantes regresaban a Hogwarts y otros entraban por primera vez

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Pero finalmente la noche cayó y todos los estudiantes regresaban a Hogwarts y otros entraban por primera vez. Y ciertamente nadie estaba preparado para todo lo que estaría por suceder.

Los reporteros entraban en la sala principal siendo custodiados por dos profesores, tan solo Peter Shaw y Rita Skeeter, conocidos y célebres en el mundo mágico, la noticia de que la descendiente de Gellert Grindelwald estaba en Hogwarts estremecía a cualquiera, pero llenaba de emoción a los reporteros que buscaban una gema preciosa en medio de tantas noticias novatas.

— parecen hadas inquietas —masculló la profesora Haywood para la profesora Sinistra, ambas custodiando en todo momento a los reporteros que iban tras de ellas, aunque Peter Shaw tenía una ligera inquietud y muchas preguntas para las profesoras sobre Ariana Grindelwald, pero tenían estrictamente prohibido decir algo de Grindelwald.

Rita Skeeter, guardaba silencio, ansiosa, guardando sus energías y preguntas a la cabeza de Hogwarts y en especial esperaba poder encontrar y entrevistar a Ariana Grindelwald, miraba el lugar como tantas veces y de un memorable suceso como la segunda guerra mágica, sacaba un repertorio que expresaría en su reportaje en los periódicos.

La directora Mcgonagall ansiosa, guiaba a los dos agentes encargados del ministerio para vigilar el encuentro de Ariana Grindelwald con todo Hogwarts y cómo se manejaba con la presencia de otros magos.

— debió haberlo informado al ministerio —replicó Hermione a la directora— no es seguro que Hogwarts se encuentre sin vigilancia del ministerio con una persona tan sospechosa como ella —siguiendo las reglas del ministerio como aspirante a ministra en su momento.

— señora Weasley o debería decir Granger, usted misma estuvo dentro del castillo por años y no recuerdo que se quejaba de algún incidente ocurrido aquí e ido a informar al ministerio —la directora se detuvo a las puertas del gran comedor y miró a ambos— yo los vi crecer, los cuide y protegí durante años e incluso los castigue por su desobediencia y valentía, sé proteger a mis estudiantes de malos ratos y situaciones de peligro, estoy segura de que todos los profesores en Hogwarts están capacitados para eventos desafortunados y si esto se llegará a salir de nuestras manos, créame que sus hijos no resultaran afectados por ello, nos encargaremos de protegerlos —atentó la directora en un tono estricto, Hermione, esposa de Ron Weasley, se quedó callada frente al repertorio de la directora, con su ceño fruncido y claramente siendo retada por la profesora como en los viejos tiempos, su compañero Harry Potter, asentía algo incómodo por la situación y guardaba silencio para evitar ser regañado tanto como a ella— además, es una joven pequeña y llena de curiosidad por el mundo, es mi deber como profesora enseñarle las buenas costumbres y los ejemplos correctos a seguir, sigue siendo una bruja con potencial como todos, solo hay que encaminarla correctamente, ha sido juzgada desde su nacimiento —reconoció la profesora con pena y tristeza— ¿cree eso justo? yo creo que merece una oportunidad —esto hizo reflexionar a ambos, antes de que la profesora abriera las puertas del comedor con magia sin recitar, dando paso al enorme comedor vacío con velas sobre las grandes mesas que pronto estarían repletas de estudiantes y deliciosa comida.

El señor Potter no pudo evitar sentir nostalgia y recordar cuantas cosas acontecieron en ese lugar y cuánto más recordaba y atesoraba en su corazón con mucho afecto.

— tómense la libertad de sentarse en los puestos elegidos por Hagrid para ustedes dos, extrañamente cerca de él —indicó la directora— pronto ingresarán los estudiantes de años superiores y los de primer año, tengan paciencia —aconsejo finalmente para recibir a los profesores que estaban por sentarse en sus asientos conforme llegaban.

— Harry, ¿Estás de acuerdo con ella? —

Harry realmente no tenía un efecto negativo de la situación, sabía cómo manejarse perfectamente en peligro y que Hogwarts siempre sería una especie de sorpresa— tan solo esperemos que sucede, Hermione, disfruta del vino, ya se llenará de nuevo —y tomando de la copa de vino que era lo único que podía entrar a su estómago, quiso con su amiga— ¿Quieres? —y Hermione resignada, tomó su copa y también tomó de ella.

Y a medida que la noche pasaba, los estudiantes de primer año ingresaban por primera vez al salón principal con la compañía y liderazgo del profesor Longbottom, quién estaba a cargo de los más pequeños, mientras los estudiantes más grandes se alistaban para ingresar al gran comedor.

En todo esto, la pequeña Grindelwald terminó siendo guiada por el celador de Hogwarts, el reconocido señor Filch.

Argus Filch es el vigilante y celador de Hogwarts. Es un hombre enojón, que odiaba a los estudiantes. Le gusta castigar y atrapar a los estudiantes, y se desanima cuando no lo lograba, esta obsesionado con atrapar a Peeves, pero nunca puede, ya que éste sólo obedecía al Barón Sanguinario el fantasma de la casa Slytherin.

En algún momento, Filch fue contratado por Albus Dumbledore como celador del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería junto con su gata, la Sra. Norris, por lo que todos lo odiaban y querían patear a su gata, mientras que a Filch le gustaba castigar y maltratar a los estudiantes.

— No se corren por los pasillos, está prohibido —recalcó Filch con una lámpara de mano y la señora Norris a su lado, mientras Grindelwald solo le seguía por detrás con miedo por su tono demandante y su mirada fusilante— no tendré compasión de ti, ni aunque me dieran todos los galeones del mundo entero, no me das miedo ¿Entiendes? —Su actitud defensiva y agresiva hacía sentir a Ariana acechada constantemente, aunque solo Filch estaba siendo lo que era, Filch.

— sí señor —

Tal vez no eran más que los nervios que la asediaban por él, pero también por lo que pronto sucedería, porque pronto estaría entre muchos estudiantes y tendría que estar en la casa que el sombrero seleccionador estaba destinando para ella.

Su pobre corazón no podía estar más asustado y acelerado que ahora, aunque intentaba ver el lado positivo de todo, se mentaliza que solo debía mirar al frente, a ningún otro lado más y que con suerte, tal vez el sombrero seleccionador la guiaría a la casa donde Scorpius y Albus estaban y así poder estar con ellos.

Su pobre corazón no podía estar más asustado y acelerado que ahora, aunque intentaba ver el lado positivo de todo, se mentaliza que solo debía mirar al frente, a ningún otro lado más y que con suerte, tal vez el sombrero seleccionador la guiaría a...

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Ariana Grindelwald Y El Legado MalditoWhere stories live. Discover now