Ariana Grindelwald Y El Legado Maldito

📜 Capítulo 42. Ataque en el tren de Hogsmade

Merula fue la segunda en irse con una despedida y un movimiento de su capa oscura terminó por desaparecer en una esquina.

— tú puedes, Penny —y antes de que el delegado del profesor Flitwick se fuera, tomó a la profesora de pociones en Hogwarts de su hombro y la reconfortó— estaré atento por si debemos intervenir —se decía mucho que el delegado del profesor Flitwick, Ben Cooper durante sus tiempos como estudiante de Hogwarts, era tímido y temeroso, hijo de dos muggles, lo cúal resultaba particularmente extraño y para él aún más, pero la genealogía y los familiares son personas que ocultan mucha historia inclusive en la sangre. Aún así con el tiempo y luego de tantas aventuras lideradas por una de sus amigas más cercanas, el delegado de Flitwick logró demostrar que era un Gryffindor de verdad, pronto su adolescencia y adultez, el señor Copper logró tener reconocimientos a lo largo de su vida y carrera como auror, había vivido su vida, tenía familia, amistad, amor y una vida vivida tan plenamente que podía contarte infinidades de historias.

¿Su favorita? El Círculo de Khanna, una historia llena de heroísmo y valor, hasta el fin de los tiempos.

— no te preocupes, Copper. Cuidaré bien de Haywood —André Egwu por su parte había crecido y desarrollado nuevas estrategias como un Ravenclaw en su juventud, ahora era un modista y auror reconocido en Londres y gran parte de Escocia, inclusive la directora Mcgonagall durante sus primeros días como directora en Hogwarts, mandó para el nuevo año escolar a realizar ciertas modificaciones al modelo de vestimenta de los estudiantes en Hogwarts, dándole libertad a que podía ciertamente agregar un poco de color a sus unifromes y Egwu lo agradeció de inmediato, por la oportunidad.

Pero como todo el mundo mágico, el señor Copper sabía bien la relación indirecta que tenía el señor Egwu con Ariana Grindelwald y también sabía que los prejuicios contra las personas a veces podían rebasar la imaginación de alguien.

Con voz reflexiva el señor Copper aconsejó— Recuerda que es solo una joven aspirante a Hogwarts. Los rumores siempre pueden sobrepasar la realidad, sea quién sea —

— Tú encárgate de tus asuntos y yo de los míos, Copper —

— Será inocente, hasta que se demuestre lo contrario, Egwu —y dicho esto el delegado del profesor Flitwick desapareció con un movimiento de varita sin esperar respuesta del señor Egwu, pero sí dejando un sentimiento de incertidumbre en él.

La profesora Haywood entonces dio un suspiró antes de hablar nuevamente, sus nerviosa la estaban matando, casi parecía que necesitaría una pócima relajante luego de lo que sucedería, pero se le encargó no portar nada que la ayudara, ya que se suponía que ella sería una protegida.

— bien, será mejor que iniciemos ya —

— seré lo más sútil posible, Haywood —

— ¿Qué tiene de sutil que te petrifiquen? —

— … buen punto. Grita —

Y en cuanto la profesora Haywood dio sus primeros gritos de auxilios, la señal de que finalmente todos entraban en acción se concretó, Ariana quién residía en su vagón leyendo en su momento el libro de cuidado de animales en la sección de fénix, se asustó de inmediato, cuando a lo cercano escuchó a una mujer gritar con fuerza.

— ¡No por favor! ¡paré, paré! —y unos fuertes hechizos por consecuencia, Ariana se levantó de un respingo y miró a Faigel quién empezó a graznar de inmediato, Ariana se apresuró a guardar su libro en el maletín y abrir la puerta en busca de la mujer que parecía gritaba con tanto desespero, la voz la guío por el pasillo, pasando por tres compartimentos más, los cuales estaban completamente vacíos y aunque su corazón latía con tremenda potencia, Ariana no podía evitar no sentir la necesidad de ayudar a la mujer que gritaba— ¡AYUDA! —y al final del vagón, Ariana volvió a escuchar la voz, la cual provenía del otro lado de la puerta, en el siguiente vagón.

Ariana estaba horrorizada, pero por momentos sintió el temor de lo que fuera que estuviera sucediendo, pero eran más los gritos desesperantes de la mujer, que el miedo que ella tenía, corrió de inmediato atravesando el vagón y llegó pronto a una vagón amplio y sin compartimento y en cuanto abrió la puerta un hechizo atentó contra la mujer que suplicaba ayuda— Petrificus Totalus —Ariana se asustó de inmediato cuando vio como el mago lanzó la maldición de petrificación contra la mujer, obligandola a paralizarse por completo y sin oportunidad a defenderse. El mago miró con furia a Ariana y eso la asustó tanto como para paralizarse tan solo con su mirada y aunque solo se tratará de una prueba en cierta forma la actitud severa del delegado de la profesora Sinestra no era más que el remordimiento por su hermano desaparecido, así que dirigió su varita a Ariana y no dudó en lanzar un hechizo— Glacius —sin embargo, el instinto de Ariana fue despertado por el gritó de Faigel y de inmediato tomó su varita con fuerza antes de que el hechizo llegará a ella.

— Protego —pronunció de inmediato cuando una enorme esfera invisible la atrapó e hizo rebotar el hechizo hacia el oponente, quién de inmediato se hizo a un lado antes de que le diera. Los labios de Ariana temblaban al igual que sus manos, pero el encantamiento protector había funcionado.

El señor André Egwu entonces reprochó en su mente el hecho de la reacción de protección de Ariana, pero no lo detuvo para dirigir entonces su varita nuevamente a la profesora Haywood ahora petrificada y queriendo volver a lanzar otro hechizo hacia ella, enunció— Desmaius —pero Ariana corrió de inmediato para contrarrestar el hechizo.

Y protegiendo a la profesora Haywood, volvió a lanzar un encantamiento de protección— Protego —pero antes de que el hechizo rebotará, el señor Egwu hizo su desaparición del lugar y el hechizo cayó contra el suelo.

Ariana se volvió de inmediato a la profesora Haywood, desconocida a sus ojos y se preocupó por dejarla sola, pero la tocó y su corazón se contrajo cuando el frío del cuerpo paralizado tocó la yema de sus dedos.