📜Capítulo 23. Sensibilidad a la Luz

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— es suficiente, no hablemos más de Gellert Grindelwald, es un vejestorio y su descendiente seguro no será tan popular como lo soy yo y si es necesario yo mismo me enfrentaría a la Gellert Grindelwald de este tiempo, dicen que es una bruja muy fea —

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— es suficiente, no hablemos más de Gellert Grindelwald, es un vejestorio y su descendiente seguro no será tan popular como lo soy yo y si es necesario yo mismo me enfrentaría a la Gellert Grindelwald de este tiempo, dicen que es una bruja muy fea —

— nadie nunca la ha visto, Albus, los Grindelwald la tienen encerrada por lo mismo —replicó Scorpius— además, no sabemos cuál lado de los rumores es real —

Entrando por la puerta principal de Ollivanders, Ariana decidió prestar atención en especial, ahora tendría su varita, como siempre había querido, pero aún eso no quitaba el sentido de pesimismo, de pronto sentía que todos hablaban de ella, cosas malas, siempre malas.

Ollivanders era una tienda de varitas mágicas fundada en 382 a. C. Ubicada en Diagon Alley South Side en Londres, Inglaterra, era propiedad de la familia Ollivander, ampliamente reconocida como la mejor fabricante de varitas en Gran Bretaña. Garrick Ollivander era un mago mestizo propietario de Ollivanders en el callejón Diagon durante la mayor parte del siglo XX. Ollivander era ampliamente considerado el mejor fabricante de varitas del mundo, y muchos magos y brujas le compraban sus varitas.

Garrick Ollivander era un anciano con ojos plateados pálidos y piel blanca, a menudo se veía con dificultades para caminar, la vejez de pronto era un prospecto que lo atacaba de repente. Ollivander era un hombre inteligente, con una memoria perfecta cuando se trataba de su trabajo; recordaba los detalles de cada varita que alguna vez vendió. Parecía estar más feliz cuanto más difícil era el desafío de encontrar exactamente la varita adecuada para un cliente difícil. Usaba una cinta métrica mágica para ayudar a evaluar a los clientes por su varita.

El tintineo sobre la cabeza de Ariana sonó cuando los tres chicos entraron en la tienda en silencio. El sonido retumbó hasta los oídos de Ollivander quién recientemente estaba haciendo el inventario de las varitas que había confeccionado, pero su atención se vio reservada al tintineo cuando sintió la presencia de Albus Potter y de Scorpius Malfoy, ambos a quiénes le había confeccionado una varita y a las cuales era imposible que tuvieran algún desperfecto.

Pero entre los montones de cajas de varitas llenas de polvo y alienadas en estantes, el señor Ollivander apareció curioso con la visita, y desde una perspectiva baja vio a una chica nueva, peculiar y con mechones de cabello blanco sobre su abundante melena negra, con lentes oscuros en el recinto y curiosamente curiosa.

— señor Potter y señor Malfoy, que sorpresa verlos aquí —era poco más que un vejestorio y caminaba a paso lento para llegar al mostrador y servir correctamente— ¿Sus varitas tienen algún desperfecto? —

Scorpius enseguida negó el hecho y expresó— hemos ayudado a esta chica a venir a la tienda, dice que comprara su primera varita —

De inmediato Ollivander puso sus ojos en Ariana, sus ojos pálidos expresamente encontraron extraño el uso de lentes oscuros de Ariana y frunció su ceño hacia ella, como si fuera un dragón viendo un intruso— pero ¿Qué cosa tan terrible debes ver para que tengas que tener eso puesto? —

Ariana bajo su mirada avergonzada y respondió— lo siento es que no me adapto a la luz —reconoció muy vagamente.

Y tanto Ollivander como Albus y Scorpius miraron alrededor y notaron la oscuridad eterna que mostraba Ollivanders, Albus ánimo entonces que Ariana se quitará los lentes— no hace tanta luz aquí dentro, Ariana, aquí confiada te puedes quitar los lentes —

Ollivander asintió— durante un tiempo tuve la misma sensibilidad, pero es mejor acostumbrar la vista a las imperfecciones del mundo que ocultarla y deteriorarla —aconsejo Ollivander con mucha seriedad.

Ariana hizo un amagó con sus labios en negación rotunda, pero Ollivander frunció su ceño hacia ella por ser tan testaruda, Scorpius pronto dijo— tranquila, puedes estar segura que aquí tus ojos no serán dañados —

— en realidad no es tanto el dañar mis ojos —masculló Ariana apenada— es por algo más personal —admitió con pesimismo— fue por la misma razón que les pregunté sobre los Grindelwald —

— no lo entiendo, ¿Qué tiene que ver el legado Grindelwald con que utilices lentes? —expuso de inmediato Albus.

— no lo entiendo, ¿Qué tiene que ver el legado Grindelwald con que utilices lentes? —expuso de inmediato Albus

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Ariana Grindelwald Y El Legado MalditoWhere stories live. Discover now