Ariana Grindelwald Y El Legado Maldito

📜 Capítulo 18. Ariana en el Callejón Diagon

Benjamín había estado haciendo lo mejor posible para ser el mejor mago de su tiempo y pronto esta meta se veía obstruida por la posibilidad de que Grindelwald Ariana fuera realmente lo que ellos esperaban— puedo ser el mejor de todos —Benjamín formaba puños con sus manos— soy un Grindelwald ¿qué más da el apellido delante o detrás? lo soy y es lo que importa ¿no? soy quién debe estar aquí, ella nunca les servirá —trataba de convencerse fervientemente de que realmente él podría ser el mejor de todos, aún si eso significaba cambiar al mundo mágico y gobernarlo, estaba seguro de que podría hacerlo— no permitan que por ser como Gellert le quite lo que realmente importa, la ambición y la libertad es el deseo que te lleva a hacer las cosas más allá de la realidad que vivimos ahora —complemento Benjamín— estaré dispuesto a llevarlos a la libertad —se volvió sobre sus pies y camino atravesando la puerta y saliendo del lugar, Liam Krall lo encontró en el camino y le hizo reverencia una vez desapareció, ciertamente le debía respeto por ser un Grindelwald, sabía perfectamente lo que uno de ellos era capaz de hacer.

Saliendo del callejón Knockturm de pronto la presión que ocasiona actuar a Benjamín tan ferozmente desaparecía y se convertía en un joven cortés que saludaba a quién sea que se le atravesará, coincidió casualmente con Ariana cuando salía de Sortilegios Weasley y suspiró con pesimismo cuando vio el montón de golosinas y posibles cosas que habría comprado en Weasley— ¿qué es todo eso? —apenas llegó con ella cuando la vio con caja y poción— ¿por qué tienes una poción para la tos? ¿chocolates? —

Ariana incómoda dejó la caja en la carreta y vio la poción, de pronto ahora tenía la etiqueta de poción para la tos y no poción de amor, una sonrisa apareció en sus labios cuando vio que era otra de las cartas de Weasley— estaba viendo Sortilegios Weasley —respondió Ariana.

Pero a Benjamín no pareció importarle mucho porque tomo la lista de útiles y nombra cada cosa— tenemos las tres túnicas, el sombrero, los guantes, una capa de invierno —Ariana asentía consecutivamente mientras veía de reojo si al menos alcanzaba a notar a Ellie por la calle principal, pero había salido tan rápido que no tuvo tiempo— el listado completo de libros, nos falta el caldero, la varita, el telescopio, la balanza de latón, la escoba y el vestido para el baile de invierno —Benjamín cerró el pergamino y miró la hora en el gran reloj— será mejor que nos apresuramos para llegar a la casa antes de la cena, hagamos algo, yo iré a buscar la escoba, el telescopio, el caldero y la balanza, mientras tú irás a por tu vestido de invierno y tu primera varita propia —los ojos de Ariana brillaron y un sentimiento de emoción la invadió a gran escala, por años había usado la varita prestada de su hermano, pero ahora podría tener una propia, Benjamín sabía cuanto ella quería su propia varita y por ello le dio el dinero en la bolsa mayormente a ella.

Ariana no pudo evitar no sonreír entre tantos pensamientos y fantasías que la abrumaban y pensar en que al final del día de hoy tendría todo lo que alguna vez hubiera soñado y deseado. Hasta cierto punto Ariana pensó que nunca practicaba la magia más allá de lo que Benjamín le enseñaba por diversión, pero ahora estaba segura y eso la hacía sentir inmensamente feliz ser aceptaba en lo que fue su sueño durante muchos años.

Quería pertenecer a una escuela, un orgullo, quería formar parte realmente de su mundo.

— ve a Ollivanders, está cruzando el banco Gringotts a la derecha, te encontrarás con Gambol and Japes, luego una tienda de segunda y justo a un lado está Ollivanders —indicó Benjamín— solo camina a la derecha del banco Gringotts y lo demás será relativamente fácil, nos encontraremos en el banco para devolver lo que no utilizamos y guardarlo, la próxima vez seguramente podrás hacerlo tú sola —Ariana asintió mientras Benjamín le quitaba el seguro al carro— bien, nos vemos —

— ¿Te llevarás el carro? —

— es mejor así —respondió Benjamín sin mirar— ve a buscar lo demás —y mientras se volvía a perder entre las personas, Ariana se sumió nuevamente entre las brujas y magos que habían ahí y su sentimiento era un embarga de tristeza y felicidad, porque tal vez Ellie ya no sería su amiga, pero pronto tendría su propia varita.

Así que poco después de que Benjamín recorrió el callejón Diagon, Ariana dio una última mirada al Weasley and Weasley y de alguna forma agradeció haber conocido al señor George Weasley por darle un nuevo consejo y quizás más adelante ser un  buen amigo.

Se encaminó por los callejones Diagon y a menudo chocaba con las personas porque tendía a ser muy torpe cuando se trataba de una multitud, veía a niños con lechuzas, a otros con una rata en el hombro, inclusive uno cargaba un pavo real muy peculiar, Ariana se preguntaba si Faigel sería admitido también en Hogwarts como ella y si sería posible que él pudiera salir a hacer sus vuelos matutinos, esperaba que fuera así y que realmente Faigel no tuviera que vivir por siempre en la jaula sino encontraría una forma de sacarlo a volar.