Ariana Grindelwald nació con un defecto físico y no puede evitar ser juzgada por todos los magos y brujas incluyendo al ministerio de magia que es el gran régimen que existe en el mundo mágico, vive con su madre Lie, su tía Mell y su abuelo Elio Gri...
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— es…gigantesco… —Ariana estaba tan impresionada por el tamaño del libro de Herbología que Hogwarts requería.
Y Benjamín trataba de volver a descifrar si realmente era el que requerían con el listado que la carta traía adjunta, pero verifica una y otra vez que el libro realmente era el que necesitaba, era el libro de Herbología escrito por Miranda Goshawk. Cubría temas relacionados a la Herbología, enumerando varias plantas y quienes las cultivaban, como un mago de Nepal que cultivaba árboles resistentes a la gravedad en la década de 1990.
— En Durmstrang solo la profesora tiene el libro de Herbología y realmente no recuerdo que sea así de gigantesco —mascullaba Benjamín asombrado.
Ariana estaba perturbada al saber que tendría que llevar el enorme libro que estaba sobre la mesa especial de Herbología, a su alrededor había cientos y cientos de niños y jóvenes en busca de sus libros requeridos para Hogwarts, la mayoría de los jóvenes aspirantes a brujas y magos provenientes de Inglaterra, Galos o la mismísima Escocia eran aspirantes y eran aprobados en Hogwarts para ser estudiantes en sus planteles.
Y un joven en especial se acercó por detrás entre los jóvenes Grindelwald, Ariana se asustó por el acercamiento pero Benjamín la atrajo con su mano para evitar que el niño la pisará— ¿señor puede darme un libro de Herbogía? lo necesito para ir a la escuela —el pequeño entusiasmado tenía apenas once años y había recibido como muchos la carta de Hogwarts, el entusiasmo no cabía en sus zapatos, Benjamín dibujó una media sonrisa y asintió al niño tomando el libro por la cuerda que lo rodeaba y se lo dio, claramente el peso del libro pudo más que el pequeño de once pero aún así llevo el libro a arrastras por el suelo hacia su madre— mamá, mamá encontré el libro de herbogía —la inocencia desbordaba en él y los momentos torpes se veían a flor de piel como niño.
Era la primera vez que Ariana salía al mundo y convive con tantas personas, en la mansión Grindelwald solo estaban su madre, su tía, su abuelo y ella, era una mansión enorme, era tan grande que eran capaz de vivir toda la familia Wesley y de sobra. Pero frente a que era una emoción y una nueva experiencia, Benjamín creyó conveniente que Ariana utilizará gafas oscuras para ocultar sus ojos, uno de los inventos favoritos de Benjamín en los muggles, le hacía tener estilo y además lucir “cool” como bien decían.
Ariana llevaba gafas oscuras en cualquier lugar, así no sería mal vista o constantemente sería el foco de atención durante la compra de sus libros y todo lo requerido para Hogwarts.
En los últimos años de la vida en el mundo, tanto el muggle como el mágico las cosas se habían estado entrelazando poco a poco, aunque nadie lo creyera, tal vez los estilos de ropa muggle influyen en los mágicos y pronto las adaptaciones se mostraban iguales, aunque los muggles fueran ciegos del hecho de que existía el mundo mágico a excepción de algunos cuantos que sabían y mantenían en silencio el secreto.
— Bien, tomemos uno —apresuró Ariana tratando de bajar el libro de la mesa, pero Benjamín la detuvo.
— te quebrarás como un Bowtruckle cargando una piedra, mejor déjame ayudarte —Benjamín tomó el libro y lo bajo de la correo que lo rodeaba y siguió leyendo la lista de libros— Elaboración de pociones avanzadas —
