📜 Capítulo 30. Un Nuevo Comienzo

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Ariana hacía media hora que había llegado a su casa y con ello el ocaso estaba a punto de desaparecer para dar paso a la luz de la noche, los lentes los había guardado en una caja especial que estaba junto a la caja de su varita

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Ariana hacía media hora que había llegado a su casa y con ello el ocaso estaba a punto de desaparecer para dar paso a la luz de la noche, los lentes los había guardado en una caja especial que estaba junto a la caja de su varita. Las demás cosas Benjamín las había arreglado a un lado de la enorme sala, cerca de la chimenea, para cuando Ariana tuviera que partir.

Estaba de más recalcar que Lie Grindelwald se sentía especialmente incómoda con toda la situación, sus hermanas estaban resignadas a aceptar que Ariana se fuera, al menos la casa mantendría un régimen correcto y siempre estarían a la defensiva para guardar una bestia.

A Ariana no le cabía la emoción y alardeaba con Faigel una y otra vez, mientras Benjamín se había ido de la mansión para asistir a sus clases especiales de las que ya te podrás imaginar.

— será un nuevo comienzo, Faigel —se sentaba en su cama y no paraba de sonreír de oreja a oreja— tú, yo y Hogwarts —Faigel correspondía con un graznido y Ariana lo aceptaba.

Pero sobre los árboles mientras Ariana reposaba sus pies de tanto caminar, por entre los árboles y en dirección al cuarto de Ariana, el lechuza grisáceo se asomaba con una carta escrita por la Directora Minerva Mcgonagall donde especificaba el día y tiempo que tendría que estar Ariana en Hogwarts para los exámenes previstos.

El lechuza irrumpió en el cuarto respetuosamente, posándose sobre el marco de la ventana y aleteando para llamar la atención de Ariana, de inmediato supo que se trataba de Hogwarts y fue enseguida al lechuza con una sonrisa implantada cuando el amigo alado dejo la carta sobre el marco y espero a que Ariana la tomará. Aunque lo que Ariana no sabía era que la lechuza era majestuosamente la directora de Hogwarts en cubierto, la directora Mcgonagall quién verifica el comportamiento y reacción de Ariana al recibir la carta.

— ¿Es de Hogwarts? —preguntó Ariana mientras le daba una vuelta a la carta y leía la entrada— es de la directora de Hogwarts —sonrió ampliamente sentándose sobre el marco de la ventana sin miedo a las alturas y a un lado del ave y leyó— Querida señora: Ariana Gellert Grindelwald Dumbledore —Ariana emocionada leyó la frase— esa soy yo —agregó a la lechuza— tenemos el placer de informarle de que dispone de cuatro días hábiles en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería para realizar sus exámenes de admisión.  Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Una vez acepte esta carta, sabremos de inmediato que está advertida del día y la hora para llegar al Colegio Hogwarts, el día 27 de Agosto —Ariana se levantó alarmada de su asiento y corrió al calendario más cercano que tenía y se sorprendió— ¡por toda la magia existente! es dentro de dos días, en luna llena —y volvió su mirada a la lechuza, pero esta ya había partido en vuelo, su misión estaba completada, Ariana siguió leyendo lo último de la carta— adjunto se encuentra el boleto de tren y la carta de referencia para el profesor Rubeus Hagrid quién le estará esperando en la estación de llegada para guiarla al Colegio Hogwarts. Muy cordialmente, Minerva McGonagall, Directora —

Ariana guardó la carta y corrió en busca de los libros para estudiar más de lo que ahora sabía, pronto sentía que si no tenía el suficiente conocimiento sería inválido para Hogwarts y ella no quería volver a su casa, quería ir a Hogwarts, quería salir, quería aprender, quería tener amigos y demostrar que era una bruja de verdad.

Guardó la carta, guardo el boleto dentro de la caja de su varita y la acarició recordando que ahora tenía una de verdad y que era tan especial como el primer día en que vino Faigel, no quería perder el derecho a tenerla, cuando el ministerio ya le había ejercido ese derecho.

Ariana estaba dispuesta ahora más que nada a desmentir lo que por mucho los demás decían de ella, esas historias perturbantes, esos rumores extravagantes que le hacían sentir horrible y como si se tratará de un ser abominable, por primera vez Ariana experimentó el repudio por parte de las demás personas y era algo en lo que su madre siempre tuvo razón, por ello la resguardaba en su alcoba, Ariana pensó que Lie la protegía del mundo cruel, pronto sintió que en realidad su madre solo quería ser cruel con ella para que se acostumbrará a la crueldad de los magos y brujas de afuera, que tal vez no era por resentimiento hacia ella, sino de resentimiento hacia los demás que juzgaban a los Grindelwald diciendo que eran un Legado de oscuridad plena, que por ello la ocultaba.

Ariana sintió la necesidad de demostrar que no era así, que los Grindelwald podían ser buenos magos y brujas, quería demostrar como Benjamín que los Grindelwald realmente podían ser excepcionales y muy buenos seres.

Con ese pensamiento, Ariana se dispuso a estudiar durante toda la noche con Faigel a su lado y una lámpara de mano.

Con ese pensamiento, Ariana se dispuso a estudiar durante toda la noche con Faigel a su lado y una lámpara de mano

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Ariana Grindelwald Y El Legado MalditoМесто, где живут истории. Откройте их для себя