Epílogo

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2 años después...

Les hago un resumen para ponernos al día porque si no, no creo que entiendan cómo habíamos llegado hasta aquí.

Grego había seguido jugando al fútbol y de a poco había hecho las paces con el hecho de ser el primer jugador abiertamente gay en la primera categoría del país. Primero y lamentablemente por un buen tiempo, el único. Tal vez por eso es que de a poco, se había metido más y más en la lucha y ahora era el embajador de algunas organizaciones de la comunidad que abrirían las puertas a muchos deportistas.

No había sido agradable, pero paulatinamente el apoyo de otros de sus colegas había sido lo determinante para que los partidos se volvieran por lo menos más respetuosos.

Yo no soportaba y quería liarme a golpes cuando iba a la cancha y escuchaba alguna de las cosas que le gritaban, pero mi amigo, Mila, me frenaba diciéndome que eso era lo que esos idiotas buscaban. Reacción. Y no lo valían.

¿Quién lo hubiera creído de él justamente? Que había tenido un historial de violencia bastante extenso, pero bueno, una prueba más de todo lo que era capaz de cambiarnos el amor.

Y hablando de Mila, mi mejor amigo. Estaba tan orgullosa de él.

En este tiempo, había seguido estudiando, y sí, puede que estuviera por la tercera carrera fallida, pero ya encontraría lo que quería hacer. Mientras tanto trabajaba en la peluquería y había publicado por su cuenta un poemario hermoso en una plataforma independiente.

Obviamente no había ganancias económicas ni nada parecido. Creo que ganaba más en cuatro horas como recepcionista en la peluquería canina, que lo que acumulaban las regalías de todos sus libros vendidos hasta el día de la fecha; pero eso no quitaba que todos estuviéramos emocionados por él.

Era su sueño y sabía de su talento. No tenía dudas de que iba a llegar muy lejos. Y sé que no puedo ser objetiva porque era mi alma gemela y me sabía cada palabra de memoria de ese bendito libro. No es por ser dramática, pero lloraba cada vez que veía la portada, era tan bueno...

Hasta Thiago había ido a la fiesta improvisada que había organizado para el lanzamiento. No se terminaban de tragar, y siempre se mirarían de reojo con algo de desconfianza, pero algunos hechos los habían acercado un poco.

El que le avisara que yo había vuelto para que nos reencontráramos era el más importante... Y después había otro hecho que ya les voy a contar, pero la cuestión es que ahora se toleraban, y eso era lo más importante. Ya habían llegado a la conclusión que ninguno podía faltarme, y eran los dos hombres de mi vida. Así de simple.

Ahora sabía que no los necesitaba para vivir, me tenía a mí misma, pero también era cierto que no podría ser feliz si me faltara cualquiera de los dos. Y no pensaba ponerme a elegir así que les tocaba llevarse bien.

Jaz y Felipe estaban estudiando y si seguían así, en pocos años se recibirían. Podía adivinar que en futuro de esos dos habría más de un éxito en las carreras brillantes que estaban haciendo, y además eran asquerosamente adorables, se querían muchísimo. Vivían juntos desde que Mila se había ido, después de decir que nunca más conviviría con ninguna de sus dos amigas, por mucho que nos adorara.

No me quiso dar más detalles, pero se notaba que el cambio había sido bueno para todos.

Nacha y Oscar, los padres Thiago, se reconciliaron para sorpresa de nadie y se trasladaron a Córdoba después de que él se retirara para aprovechar de una vida más simple. Se estaban dando una segunda oportunidad y si bien no amaba a mi suegro, me alegraba por ellos porque los veía bien. Estaban viviendo en una casa de enormes jardines en donde el pequeño Isidro sería mimado a montones por mis suegros...

3 - Perdón por las mariposas, tenías razónWhere stories live. Discover now