Capítulo 30

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Las siguientes semanas habían sido una locura

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Las siguientes semanas habían sido una locura.

Grego de un día para el otro había tomado la mano de mi amigo en los pasillos de la escuela y muy a su modo, había "salido del closet", como si el tema nunca lo hubiera preocupado en lo más mínimo.

Mi amigo se había quedado tan impresionado, que sus normalmente enormes ojos, habían dado la sensación de salírsele de las cuencas, ojalá le hubiera sacado una foto. A Jaz, por supuesto, todo se le había hecho de lo más romántico y no paraba de decir la ideal pareja que hacían.

Los amigos del capitán del equipo de fútbol lejos de ser desagradables con él o hacer algún comentario desubicado, se habían mostrado como los buenos compañeros que eran, y habían recibido la noticia con tolerancia y camaradería.

Vamos, que todo había que decirlo y se apoyaban tanto entre ellos que si a alguien de la escuela se le ocurría decir algo en contra de Grego, solo tenían que mirarlo un poquito mal para saber que nadie podía meterse con uno de ellos.

No importaba la orientación sexual, seguían siendo en el fondo unos simios sin remedio.

Alana, su ex, bueno... la pobre lo había llevado más o menos al principio. Eran la primera pareja abiertamente gay en la escuela, y justamente uno de ellos hasta hacía nada, había sido su novio. Entiéndanla también, era una cría, reaccionaba como podía y por unos cuantos días les había estado enviando unas miradas envenenadas siempre que pasaba por su lado. Pero ya se le pasaría. En el fondo, seguía queriendo a Grego y con el tiempo, volverían a ser amigos. No tenía dudas de ello.

Y yo de a poco iba conociendo al chico y aunque no podía olvidarme de que en el pasado había sido un imbécil, ahora estaba con Mila, y tenía que llevarme bien con él si quería seguir cerca de mi amigo.

Thiago me miró con amor al verme salir de clases rodeada de mi grupo de amigos, ahora con un integrante nuevo.

Por mi salud mental, tenía que creer que la gente podía cambiar, si no, afrontémoslo, ni yo tenía esperanzas.

Tragué en seco, llena de culpabilidad y me abracé a su cintura.

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3 - Perdón por las mariposas, tenías razónWhere stories live. Discover now