Capítulo 31

177 39 16
                                    


La tortura se había acabado.

Oficialmente había terminado la escuela secundaria.

Nada me supo mejor que entrar a la oficina de la Garibaldi y escuchar de su propia boca que me felicitaba y que me deseaba lo mejor para mi futuro. Después de años de hacernos la vida imposible, al fin podía mirar a esta señora con un poco de cariño y despedirme de ella para siempre.

Esa misma noche en el gimnasio se festejaba la cena de egreso, y no quiero mentirles. De no ser porque existían fotografías que registraban mi asistencia, bien podría haberles dicho que ni había existido, porque no tenía ni un solo recuerdo.

Solo sé que me había puesto uno de mis vestidos ajustados negros y que desde temprano en casa, habíamos estado brindando para festejar.

Grego había sido el único sobrio del grupo, el que nos había llevado y traído en auto, y hasta Jaz, la más inocente de todo quinto año, se había emborrachado tan fuerte que habíamos tenido que sacarla cargando.

Su novio, Felipe, que había estado muy preocupado por su bienestar, se la había llevado a su departamento para que sus padres no la vieran en ese estado.

Y con Mila habíamos bailado hasta cansarnos, llenando nuestras redes sociales de fotos y videos haciendo el idiota.

Cada vez que las veía sentía vergüenza, pero también me reía porque estábamos ridículos, pero tan felices de largarnos de allí, que nuestros ojos brillaban.

Maldito tequila

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Maldito tequila.

Lo único que hubiera hecho esa noche más perfecta, era que Thiago hubiera estado presente, pero claro, estaba trabajando y no podía ni atreverse a pedir más permisos.

Me había llamado antes y sabía que había visto mis publicaciones porque se había cansado de escribirme para decirme que me veía hermosa. Sabía que él había sentido también no estar conmigo, pero ya nada me importaba.

Esta graduación era simbólica.

Era un simple trámite que teníamos que pasar. Un festejo de que habíamos terminado con la escuela y que pronto podíamos empezar a vivir la vida que cada uno quería.

Y con mi chico nos veríamos en unos días, de todas maneras.

Oficialmente la temporada terminaba al día siguiente, y en menos de tres días, lo tendría en casa para que empezáramos a prepararlo todo para mi mudanza.

Qué fuerte.

Por fin se hacía realidad.

Me iba con él a Córdoba.

Estaba feliz.



Thiago

3 - Perdón por las mariposas, tenías razónWhere stories live. Discover now