Capítulo 6

191 41 2
                                    

*Lectores: Antes de empezar a leer el capítulo de esta semana, me gustaría dejarles por acá un anuncio: LA HISTORIA CAMBIA DE DÍA. Desde la próxima actualización, estaré subiendo los días LUNES. Así que atentos a más novedades. 

Como siempre, muchas gracias por leerme y apoyar mi trabajo, significa muchísimo para mí. Espero que sigan disfrutando de lo que queda de la Trilogía. 

Besos enormes 

N. S. Luna

(Les dejo 2 capítulos esta semana) 

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Thiago

A estas alturas, tendría que haberme imaginado que ir a esa fiesta con los de mi equipo y Bianca sería una mala idea, pero ya ven.

Estaba tan sobrepasado por nuestra discusión y me sentía tan impotente al verla tan angustiada por lo que nos estaba ocurriendo, que cuando dijo que para ella sería una distracción, que le vendría bien, que quería divertirse, me costó poco ceder.

Me costaba poco cuando se trataba de Bianca, vamos a ser sinceros.

Había poca –tal vez ninguna– cosa a la que podía negarme cuando estaba con ella, y tal vez no era lo más sensato, pero de eso nos daríamos cuenta mucho después...

Habíamos comido algo en el restaurante que me gustaba, estábamos de mejor ánimo. Por supuesto nos habíamos quedado algo cortados y tirantes desde la pelea, pero la noche estaba tan linda y en el lugar se comía tan rico, que nos había cambiado la cara.

No le había dado mucha importancia a que con su plato de comida quisiera tomarse una copa de vino. Era un corte de carne casi perfecto, y era la recomendación de la carta. Solo una copa, todos podían tomarse solo una copa, no pasaba nada.

Comimos postre, una especialidad del lugar que consistía en un crumble de manzana que se servía tibio, en contraste con la bocha de helado de crema fría. Era sencillo, pero efectivo. Estaba buenísimo.

Bianca me había confesado que hacía días que comía muy mal y que esa noche por primera vez en mucho tiempo estaba disfrutando de la comida. Conversamos de manera tranquila. Ella contándome sobre sus amigos, y las cosas que vivían en clases. Que el colegio no había cambiado, pero sus compañeros eran muy distintos a los nuestros y con cada uno parecía tener una anécdota divertida o algo para contar.

Me contó de la relación que Jaz estaba teniendo con uno de sus colegas en el estudio de Homero. Una que la tenía un poco preocupada, porque veía a su amiga muy inocente para el chico, y temía que saliera lastimada. Me gustó ver ese costado de Bianca.

No lo mostraba mucho, pero yo más que nadie sabía que estaba ahí.

Era una buena amiga, leal, protectora. Por mucho que quisiera negarlo o hacerse la dura, sabía que Jaz había roto todas las capas de caparazón con el que mi chica siempre se resguardaba de la gente, y le había llegado al corazón.

3 - Perdón por las mariposas, tenías razónWhere stories live. Discover now