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—¿Seguro que no está pausada? Porque llevo una hora viendo lo mismo, ni un perro pasa—se quejó Beth, mientras bebía su frappé con ayuda de la pajilla.



El par revisaba las pruebas en búsqueda de algo que les llevara con el responsable del incidente en el circo. No le fue difícil entrar en el sistema de cámaras de las calles cercanas a donde se ubicaba la carpa, verlas era lo complicado. La chica se había ofrecido a ayudarle mientras él se encargaba de analizar las pistas encontradas.



—Puedes aumentar la velocidad, aquí—dijo acercándose a ella frente al monitor y moviendo el mouse directo a ese pequeño recuadro de la esquina.



—¿Porqué no me dijiste eso desde el principio?



—No preguntaste—se encogió de hombros.



—¿Sabes qué? No importa. No puedo enojarme contigo.



Bruce sonrió a medias sin poder evitar pensar en el tema de su padre. Nunca le había guardado un secreto a Beth, siempre terminaba contándole todo tarde o temprano y le estaba matando por dentro. En especial porque terminaría herida de cualquier manera. Su celular sobre la mesa comenzó a sonar distrayéndole de sus pensamientos. Era el mismo hombre con el que habló por la mañana. Dejó de lado los papeles para contestar.



—Señor Parish...—saludó, Beth giraba un poco en su silla con los ojos en la pantalla, inquieta—¿de verdad? Eso es excelente...si, trataré...muchas gracias.



Colgó el celular tras la breve conversación.



—Ofrecí pagar el funeral de los Grayson—continuó, con la mirada en el celular que sostenía—al parecer los miembros del circo aceptaron el apoyo y les gustaría que estuviera allí, mañana...¿irías conmigo?



Asintió mirándole. Pensaba en las palabras que le diría al respecto pero fue en ese escaso segundo que la imagen en su pantalla cambió, teniendo una especie de corte. La hora en la esquina inferior era diferente por mucho.



—Tú también viste eso, ¿verdad?—señaló con un dedo.



—Si...—movió su silla más cerca—las obtuve directamente del sistema, es casi imposible que estén manipuladas. Se necesita mucho para poder hacerlo.



—Entonces fue alguien con influencia. Y conocimiento en esto.



—Bueno, eso hace más corta la lista de sospechosos—se llevó la mano a la barbilla pensativo.



—¿Quiénes son tus sospechosos?—él dio click a algo, haciendo que más de una docena de rostros aparecieran enfrente suyo—oh, wow...espera, ¿quién es la imitación barata de mi Draco Malfoy con tinte de farmacia?



Bruce entrecerró los ojos dirigiéndolos a las fotografías en búsqueda del descrito por ella, encontrándolo casi al centro.



—Jay Light. Es quien cobra las cuotas para Zucco, creo que debería descartarlo. ¿Porqué?



—Creo que lo he visto en algún lado.



—¿A él?—asintió sabiendo que le miraba—¿segura?



—Si, pero no sé dónde—suspiró analizando los rasgos del sospechoso—cómo odio no recordar cosas.



—Hey—giró la cabeza en su dirección—está bien. Gracias por ayudarme.



Sonrió como respuesta y decidida a descubrirlo.



El trabajo de detective aunque le interesaba mucho a Beth, también le llegaba a ser pesado. Bruce podía —y lo había hecho— pasar horas frente al monitor, hojeando archivos y recopilando información con la policía lo cual le parecía fascinante y causaba inmensa admiración. Pero por más que le gustaba pasar tiempo ayudándole tenía que aceptar que no era para ella.



Es por eso que casi dos horas después decidió subir a hacer otra cosa, prefería no distraerle si no hacía nada productivo. Tenía la televisión encendida en el canal local esperando la transmisión de su programa favorito: Ghosfacers, donde supuestos especialistas en lo paranormal hacían investigaciones en lugares embrujados. Algunas veces Bruce llegó a verlo con ella notando al instante que todo se trataba de actuaciones y edición mal hecha, pero no decía nada para no arruinarle su emoción en el momento.



Al mismo tiempo se pintaba las uñas sentada en el suelo entre la pequeña mesa y el sofá. También sostenía el celular con su hombro escuchando a su madre quien le contaba sobre la celebración de navidad de ese año.



—Tu abuela y yo nos encargaremos de la cena entonces—dijo Faith—¿Bruce nos acompañará este año?



—No lo sé—sumergió la pequeña brocha en la pintura negra—su trabajo no tiene horarios ni días estables. Le preguntaré a Alfred pero él tampoco le pone mucha atención a la fecha.



—Entonces sólo sería una persona de tu parte, ¿verdad?



—Por el momento. ¿Evan vendrá?



—Si, sabes que no se pierde el pastel de la abuela por nada.



Beth sonrió recordando a su hermano menor la navidad pasada, lleno de chocolate cuál niño pequeño mientras peleaba con Maury, uno de sus primos más pequeños sobre Dragon Ball Z.



Acompáñenos esta noche para mantenerse al tanto del crimen que ha estado en boca de todos desde anoche—levantó la mirada al televisor encontrándose con las imágenes del lugar acordonado por la policía, dejando de ponerle atención a Faith. Entonces fue reemplazada por un video de la función. El mismo que vio en la mañana—la tragedia del circo Haly...



Sus ojos se abrieron de par en par quedándose inmóvil, con la brocha llena de pintura a escasos milímetros de su uña.



—Mamá, te llamo luego—respondió mientras se levantaba de golpe devolviendo la tapa de la pintura a su paso y colgando.



Movía frenéticamente su pie contra el suelo del ascensor que le llevaba a lo más bajo de la propiedad Wayne.



—¡Brucie Bruce!—exclamó en cuanto las puertas se abrieron.



Él se encontraba preparando su traje para salir esa noche cerca de las refacciones de su auto, planeaba darse otra vuelta por la escena del crimen. No se rendiría tan fácilmente.



—¿Qué pasa?—se dio media vuelta para verle.



Beth tenía seguido aquellos pequeños brotes de energía —en especial cuando algo le emocionaba— sin darse cuenta, cosa que no le molestaba en lo absoluto e incluso llegaban a ser contagiosos. El problema era que nunca lograba adivinar lo que estaba por decir cuando sucedía.



—¡Draco!—soltó estando enfrente suyo—ya sé dónde lo vi—giró el celular que traía en la mano de manera horizontal para mostrarle el video que encontró en redes sociales—quizá el tipo sólo estaba allí para ver a los tigres, no lo juzgo, pero, dijiste que cobraba para Zucco ¿no?



—Y el circo está dentro de su zona—pasó la atención del celular al rostro de Beth—con razón Haly actuaba extraño cuando lo interrogué. Eres asombrosa.



Se encorvó un poco para besar su mejilla tomándole desprevenida antes de tomar su mochila. Sonrió quedándose allí, sin saber si fue efecto del beso o del halago, mientras Bruce encendía la motocicleta causando ese característico sonido al arrancar.

afterglow     ⸺     bruce wayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora