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—☁️—



               Bruce dejó las bolsas en el suelo al llegar a los pies de las escaleras que llevaban a su habitación. Alfred les recibió con una sonrisa sin levantarse del comedor donde leía un libro junto a una taza de té, usaba sus lentes especiales para la actividad.



—Veo que les fue bien.



—Si, pero estoy muy cansada—se quejó Beth subiendo uno de los escalones—¿cómo es que caminas tanto por las noches sin hacerlo?



—Te acostumbras—Bruce se encogió de hombros.



—Por algo tú eres el de la capa y yo te espero aquí—los dos hombres rieron ante su comentario—como sea, iré a darme un baño y vuelvo.



Se puso de puntillas para besar la mejilla de su novio y finalmente tomar el mayor número de bolsas que pudo antes de subir por las escaleras de piedra. Alfred esperó a perderla de vista antes de poder hablar.



—¿Porqué esa expresión en su rostro?



—Por nada.



—La señorita Walker ya no puede escucharnos.



Bruce miró a las escaleras vacías una vez más antes de devolverle la atención a Alfred y tensando la mandíbula se acercó a paso tranquilo hacia la mesa. ¿Debería contarle? Era una situación algo personal y delicada. No obstante, pudo escaparse de la situación gracias a la aparición de Dory por el pasillo detrás de ambos.



—¿Señor Wayne? Le buscan.



El mencionado reconoció la silueta junto a ella haciéndole tensarse aún más; Alfred viajó la mirada de uno a otro tratando de unir los hilos.



—Dory—le llamó mientras se levantaba de la silla.



El silencio se mantuvo hasta que el par abandonó el lugar. Paul caminó unos pasos más pero sin llegar lo suficiente cerca a Bruce, quien notó al instante que parecía tenerle miedo.



—Beth está ocupada—dijo cruzándose de brazos al recargarse con la mesa—y tampoco es que quiera verlo.



—En realidad venía a hablar contigo.



—No hay nada que debamos hablar.



—¿Le dijiste?—Bruce negó con la mirada fija en él. Suspiró de alivio, cosa que no fue del agrado del castaño—Faith tampoco lo sabe aún, Y si hay algo que pueda hacer para que permanezca así por lo menos un tiempo en lo que encuentro la manera de decirlo-



—¿Trata de sobornarme?—sonrió incrédulo—¿a mí?



—Si, es tonto ahora que lo pienso bien...



—No hará falta. No le diré.



—Gracias, de verdad—dijo bajando la mirada por un momento.



—No es por usted. Es por Beth. Creo que suficiente ha tenido que sufrir teniéndolo como padre y se merece una mejor explicación, una que yo no puedo darle—bajó los brazos—Dory le acompañará de regreso a la puerta.



Sin decir nada más caminó por donde anteriormente Beth lo había hecho. Estaba molesto por la audacia que tuvo Paul al ir a buscarle pero también se daba crédito por el autocontrol que tuvo en su momento. Siempre trató de agradarle porque bueno, era el padre de su novia, aunque eso no significaba que a él le agradara.



Entró a la habitación y se recostó en medio de la cama tras quitarse la chaqueta. Miraba el techo grisáceo repitiendo la conversación de unos momentos antes, analizando de nuevo cada palabra. Divagó tanto en el tema que ni siquiera escuchó la puerta del baño abrirse o a Beth deteniéndose a su lado, observándole curiosa.




Su cabello estaba húmedo y recién cepillado, usaba un pantalón de pijama color gris junto a una de las playeras de Bruce. Él señaló con la mirada el espacio vacío a su lado, cosa que entendió al recostarse justo allí.



—¿Estás bien?—preguntó unos segundos después mirando su perfil—te noto algo extraño.



—Es el caso en el que trabajo. 



—¿Seguro? Porque estás así desde hace rato...¿gasté mucho? ¿acaso...?



—No, no es nada de eso—movió la cabeza para encontrarse con su mirada—de hecho, me divertí mucho hoy. Aunque mi rostro no diga lo mismo.



Ella soltó una risita ante el chiste. Bruce no era muy expresivo, lo que no significaba que no supiera leerle. Consideraba un arte el aprender a reconocer los pequeños detalles de Bruce Wayne, uno que llevaba dos años perfeccionando y no le molestaba en lo absoluto continuar por mil más.



—Yo también me divertí—giró por completo su cuerpo quedando de lado—y me gusta tu rostro tal cual es.



—¿Aunque la mayoría del tiempo parezca que odie todo?



—Sobretodo cuando parece que odias todo. Porque sé que en realidad no lo haces.



—¿No?—ella negó. Bruce también giró un poco.



—Creo que eres la persona que más amor das a los demás—frunció un poco el ceño—aunque no te des cuenta.



—No te entiendo.



—Eventualmente lo harás, Brucie Bruce—llevó la mano a su mejilla acariciándole.



Él amaba cuando hacía eso. Tocarle con delicadeza y cariño. Antes de Beth, el único contacto físico que conocía era el violento. Comprendió que ser vulnerable frente a alguien no siempre era sinónimo de debilidad.



Suspiró tranquilamente perdiéndose en el café de sus ojos y lo brillantes que lucían bajo la tenue luz de la lámpara en el buró. Estaba anocheciendo lo que significaba que tenía que irse en cualquier momento. Uno que llegó más temprano que tarde cuando logró distinguir esa mítica señal por la ventana a las espaldas de Beth.



—Ya tienes que irte, ¿verdad?—preguntó al notar el cambio de atención.



Bruce asintió. Esperó unos antes de levantarse para depositar un corto beso cerca de la comisura de sus labios, provocándole una sonrisa tonta a la chica.



—Volveré lo más pronto posible—dijo mientras dejaba la cama.



—Aquí estaré—sin dejar de mirarle se sentó sobre sus piernas.



No sabía explicarlo pero esas dos simples palabras fueron suficientes para hacerle sentir mil veces más invencible. Le dio una sonrisa en camino a la puerta.

afterglow     ⸺     bruce wayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora