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              Bruce odiaba ser observado y Beth lo sabía mejor que nadie. Sostenía su mano mientras cruzaban el centro comercial, tratando de evadir las miradas curiosas. Usaba el gorro de su chaqueta y mantenía la cabeza baja siendo guiado casi en su totalidad por ella.



Se sintió aliviado cuando llegaron a la fachada que frecuentaban de vez en cuando: el arcade de Gótica. Había una extensa variedad videojuegos con los que se podían acumular puntos y cambiarlos por premios exhibidos al final del gran local, cerca de la tienda de snacks. Era un lugar cerrado y oscuro, iluminado más que nada por luces neones y pantallas de las máquinas. No era muy concurrido y menos a las once de la mañana.



Beth mantenía los lentes oscuros en su cabello y Bruce colgando en el cuello de su playera al no ser necesarios. Habían tenido una breve parada en una cafetería para desayunar, estando listos para perderse en el mundo de luces púrpuras, azules y rosadas.



—¿Por dónde quieres empezar?—le preguntó mirándole.



Ella parecía perdida en la cantidad de pantallas de colores. Le sonrió antes de empezar a caminar por la alfombra de curioso patrón hasta llegar a la máquina que más usaban. Era un juego de combate al estilo Street Fighter que sacaba lo más competitivo de ambos. Beth solía jugarlo todo el tiempo con su hermano, obteniendo el récord más alto registrado bajo el nombre de "b. skywalker".



Algunas veces la ternura de ver a Bruce empeñarse tanto era mayor a sus ganas de derrotarlo y le dejaba ganar sin decirle nada. Como en su quinta partida donde el puntaje favoreció a su novio luego de una mala racha. La sonrisa triunfante casi infantil al ver el resultado fue más que suficiente para que Beth se olvidara de todo; tenía esos ojos de enamorada observando la adorable reacción. Era como si en cualquier instante corazones de caricatura salieran a su alrededor.



—¿Ves eso? ¡Te gané!—exclamó emocionado.



—Presumido—dijo rodando los ojos sonriendo.



—Puedo hacerlo de nuevo.



—¿Eso crees?—se cruzó de brazos girándose hacia él, enarcando una ceja.



—No creo—imitó su gesto para tenerle de frente—estoy seguro.



—Wow...sí que eres arrogante, Wayne.



—Sólo digo las cosas como son—avanzó un paso, quedando a escasos centímetros—Walker.



Su sonrisa de lado no podía faltar con aquel comentario. Beth no sabía si era la manera en qué le desafiaba, las luces que resaltaban sus facciones o que le llamara por su apellido pero no pudo resistir a atraerle de ambas orillas de su chaqueta y besarle poniéndose de puntillas. Él simplemente se dejó llevar poniendo ambas manos en su cintura, terminando de acercarla.



No eran mucho de afecto físico en público pero en aquel momento pareció no importarles, probablemente porque el lugar estaba vacío. La castaña alejó lentamente sus labios de los de Bruce para apreciar su rostro; el cabello oscuro caía sobre su frente, mismo que acomodó hacia un lado para tener una mejor vista de sus ojos claros. Era uno de esos momentos en los que se sentía la persona más afortunada, todo lo que tuvo que pasar valió la pena porque lo tenía a él. Pisó con firmeza el suelo sonriéndole.



—Muy bien, continuemos—dijo como si nada volviendo a los botones.



Bruce soltó una risita apenas saliendo del trance de su gesto.



—Eso es trampa.



—¿Qué cosa?—frunció el ceño fingiendo confusión.



—Lo que hiciste. Ahora no podré concentrarme.



—Ups—se encogió de hombros—no volverá a pasar. Lo siento.



—Si, bueno, a veces ganar no lo es todo.



Ella sonrió negando y girándose de nuevo soltó un suspiro. Llevó sus manos a los anchos hombros de Bruce apoyándose ligeramente cuando...



—No puede ser, ¿B Skywalker?—habló una voz masculina.



Un chico algo más bajo que Bruce apareció a su lado; usaba una sudadera gris, su cabello era oscuro y ondulado.



—¡Cookie Koala!—exclamó ella lanzándose a sus brazos.



Parecían conocerse de mucho tiempo como para que Beth le abrazara. En los últimos dos años Bruce nunca le había visto hacer lo mismo con alguien que no fuera él, sólo en cumpleaños pero trataba de evitarlos a toda cosa. Les observó en silencio.



—No lo creo, ¡mírate!—continuo, ahora alejándose y retrocediendo un poco a su lugar.



—Es lo que hacen ocho años en Blüdhaven—bromeó sonriendo—pero hey, tú también luces muy bien.



Bruce tensó la mandíbula ¿de verdad iban a actuar como si no estuviera allí? Aclaró su garganta mirando hacia su alrededor. La chica notó su intención, así que algo divertida tomó la palabra.



—Bueno, basta de halagos—entrelazó su mano con la de él, tomándole un poco por sorpresa—quiero presentarte a Bruce. El Han Solo de mi Leia. Aunque a veces los roles pueden cambiar.



—Wow. Si que debes ser importante como para usar esa comparación ¿eh?—ella sonrió sintiendo sus mejillas arder—me llamo Christian. Beth y yo crecimos juntos hasta que mi padre tuvo la brillante idea de separarse de mi madre arrastrándome con él fuera de Gótica. Pero ¡hey! Me dio mucho gusto verte de nuevo. Deberíamos quedar un día de estos para ponernos al tanto.



—Seguro—respondió chocando los cinco.



—Nos vemos, Han Solo—hizo la seña de amor y paz mirándole mientras se alejaba.



O no—murmuró viéndole perderse en los pasillos conformados por máquinas. Beth soltó una risita—¿qué?



—Christian es como mi hermano, no te preocupes—se encogió de hombros—además, tú mismo lo escuchaste. Eres importante.



Levantó sus manos juntas recalcando su punto. Bruce no dijo nada pero la pequeña sonrisa hablaba por él.



—Ahora, ¿qué decías de hacerme perder? Me estaba gustando nuestra pequeña rivalidad.



—En realidad nos habíamos quedado en la parte donde me besabas.



—¿De verdad?



—Ajá.



Tomó su rostro con ambas manos encorvándose un poco para volver a tener ese contacto, tomando el control de la situación. Beth llevó su agarre al brazo de Bruce. Amaba cuando hacía eso de tomarle tan decidido.



Me encantas—murmuró ella cerca de sus labios.



Lo sé—respondió en el mismo tono.

afterglow     ⸺     bruce wayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora