Capítulo 15: El esbat

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—Entonces se puso a hostigar a mi hermano diciendo que era un vago, que era propio de alguien como él ser tan torpe en la magia corporal. Así que me levanté frente a todos y le dije a la profesora que si tan convencida estaba, que debería rajarme las tripas para ver si era una cuestión de motivación, pero que cuando mi hermano no pudiera salvarme y me muriera, más le valía dejarle en paz de una puta vez.

No sé si fue el alcohol o su forma de contarlo, pero aquella anécdota me hizo reír a carcajadas, haciendo que el vino bailara peligrosamente en el vaso y acabara salpicando mi ropa. Pero no me tomé ni la molestia de limpiarme, metida como estaba en la conversación no podía importarme menos.

—Así que eras un cafre en Wrightswood.

Él se llevó la mano al pecho, con un exagerado gesto de ofensa.

—¿Cómo te atreves? —se burló antes de darle otro generoso trago a su copa hasta vaciarla. Pero apenas la puso en la mesa se sirvió otra y rellenó la mía. Juraría que entre los dos habíamos vaciado ya una botella y no me atrevía a preguntar cuántas había comprado—. En realidad, no solía buscar problemas, pero siempre he odiado que la tomaran con Matty. Él nunca se defendía y eso me cabreaba aún más. Sabía que con los profesores tenía que tener cuidado, pero... aquel día me pudo la lengua.

Asentí con la cabeza mientras me llevaba la copa a los labios. Respetaba que fuera protector con su hermano, parecía algo lógico. Claro que yo era hija única y solo podía imaginarlo, pero suponía que era lo natural.

—¿A qué se refería la profesora con «alguien como él»?

Tardó unos segundos en contestar y al final sacudió la cabeza, evitando mi mirada.

—Ya sabes cómo eran esos esnobs con la gente de la Torre Sur.

Hasta con una botella de vino circulando por mi sangre podía notar, con total claridad, que estaba ocultando algo, que esa no era toda la verdad sino una respuesta vaga para eludir mi pregunta. Pero no le presioné. Por el momento.

—Sí... Eran unos completos gilipollas con Honey —mascullé malhumorada. Aunque yo nunca me había atrevido a interponerme entre ella y los profesores como había hecho él por su hermano. Todos agachábamos la cabeza y nos conformábamos con no recibir el mismo trato—. No os recuerdo en Wrightswood —tercié.

Aunque esa era, en realidad, una forma muy elegante de decir que no le recordaba a él. Dawlish era poco hablador y muy serio, habría pasado desapercibido. Pero alguien con el carisma de Eric habría sido el rey de la Torre Sur.

—Tal vez no coincidimos... Matty y yo fuimos al mismo tiempo. Él era prefecto.

Negué con la cabeza mientras me esforzaba por hacer memoria. Estaba bastante segura de que lo recordaría si así fuera.

—Tienes la misma edad que Honey y Nicole, ¿no? Matty y yo nos graduamos justo cuando entrasteis vosotros.

Sí, todos habíamos sido del mismo curso. Y Nicole lo habría sido si su padre no la hubiera ocultado. Según había averiguado, nació con dos días de diferencia respecto a su hermano.

—Seguro que Dawlish hacía la vista gorda cada vez que la liabas —le pinché para cambiar de tema. No me apetecía agriarme el humor pensando en la pelirroja esa noche.

—Todo lo contrario. Era más duro conmigo que con los demás precisamente porque no quería ser acusado de favoritismos. Era muy consciente de que estaban esperando a que cometiera el más mínimo error para quitarle el puesto.

Su ánimo pareció ensombrecerse con esa última aseveración, así que me di prisa por decir cualquier cosa para devolverle al presente en lugar de saciar mi curiosidad.

Palabra de Bruja IndomableWhere stories live. Discover now