Capítulo 46

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Kanan.

La universidad estaba repleta de estudiantes, no entendía cómo podía haber tantas personas en un sábado por la mañana. Suspiré, tenía sueño, de ser por mí seguiría acostada y probablemente durmiendo, pero Mari insistió en que quería venir porque habría una presentación de no sé qué, cuando me lo dijo estaba más dormida que despierta.

—Hola, par de enamoradas sin remedio. —nos saludó Dia, quien se vino acercando a nosotras.

—Hola. —correspondemos a su saludo.

—. . . Incluso hablan al mismo tiempo, eso asusta. —se burlaba.

Nos pusimos a conversar sobre cosas sin importancia, eso hasta que un sujeto con un microfono en la mano, encima del gran escenario que estaba en el campus, comenzo a anunciar que el evento no tardaba en dar inicio. Supongo que ese mensaje sonó por los altavoces de todo el campus, pues las personas no tardaron en aglomerarse en el espacio que rodea el escenario.

—Hay que irnos hacia en frente o no disfrutaremos del espectáculo. —dijo mi pelinegra amiga, que empezó a abrise paso entre la gente.

No había tantas como en un concierto, pero sí era una cantidad notable.

—¿Qué se supone que va a haber? —pregunté, pues comencé a percatarme de que había un poco más de hombres que mujeres.

—Hoy juegan el equipo de americano y basquetbol de la universidad y para darles ánimos las porristas harán un performance previo a los juegos. —me respondió Dia.

Eso explicaba porqué había más asistencia de hombres, aunque bueno, también había bastantes mujeres, pero como dije, se podía ver una ligera diferencia.

Nuestro equipo de porristas era muy conocido y famoso en la ciudad por sus presentaciones que no solo se limitó a animar a los jugadores, fue a entretener a las personas en las gradas. Preparaban rutinas de baile muy bien elaboradas e incluso participaban en competencias y torneos, en los cuales, si no hubieran obtenido el triunfo, quedaran entre los cinco primeros, y cabe mencionar que las integrantes se hicieron notar por su tonificado y bien cuidado cuerpo. Y la gran mayoría eran amigas de Dia.

—En los días que estabas de viaje me hice amigas de ellas. —dijo Mari, probablemente intuyó que me preguntaba por qué había querido venir a verlas, y eso me los respondió, ya que se hizo amiga de ellas seguro que quería apoyarlas.

Asentí, sin poder decir nada más, eso debido a que la música había comenzado.

Una a una fueron entrando al escenario, haciendo un peculiar saludo característico de cada una de ellas.

El volumen de la música se fue elevando, mientras ellas se ponían en sus respectivas posiciones y se preparaban para comenzar su rutina de baile.

Sus movimientos estaban más que bien coordinados, y sus cuerpos se movían con naturalidad, ahora entendía porque eran tan aclamadas, contando esta ocasión, sólo las he visto tres veces. Pero de las dos anteriores ya hacía mucho tiempo, lo que pensé fue, han mejorado. Su coreografía era buena, al ritmo indicado de la música.

Tras terminarse la primera canción, supongo que es la líder, la que tomó el micrófono y agradeció a los presentes de estar ahí, y también les dedicó unas palabras de aliento a los jugadores diciendo "Den su esfuerzo mejor y acaben con ellos" refiriéndose al equipo contrario.
Bailaron otra canción y luego una de ellas dijo que la siguiente sería interpretada por las aprendices. Así que salieron del escenario y entraron las "principiantes". Bailaban bien, mantuvieron el ritmo, excepto por una que otra que se atrazaba por unos segundos, incluso una casi caía, afortunadamente recuperó el equilibrio a tiempo y se incorporó rápidamente a la rutina. Agradecieron, y se despidieron atentamente.

ContratoWhere stories live. Discover now