Capítulo 42

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Dia.

—Me veo obligada a decir que si tu mirada continúa viéndome de esa manera tan irresistible, no tendré más remedio que besarte. —le dije con tono hilarante a una cierta rubia que me encontré con la mirada espaciada, pero puesta en mí.

—Hazlo. —me desafió, su mirar pérdida seguía, es como si estuviera en modo automático, suspiré.

—No me tientes, parte de mí en serio quiere besarte. —admití, cosa que hizo que en sus ojos se reflejara el asombro mezclado con incredulidad.

—Vuestros labios no merecen ser profanados por los míos. —repuso con perspicacia.

Sonreí.

—No serían profanados, consagrados y bendecidos, más bien. —le corregi. —Cambiando el tema, ¿Por qué estás tan distraída? ¿Es acaso por el hecho de que Kanan no está aquí?

Negó con la cabeza. —Sólo serán unos días, Dia.

—Unos cuantos días pueden parecer años, incluso siglos si se está apartado de la persona de la cual se está enamorado. —le dije, a lo que me respondió con una media sonrisa.

—Cuéntame cómo vas tú; debes creer que soy una desconsiderada.

—Para nada, no creo eso de ti. —y no lo hacía, está enamorada, es comprensible que su atención se centre en Kanan, aunque eso a mí me hace un tanto difícil la comunicación con ambas, más cuando las veo juntas todas acarameladas, quiero decir, ¿Cómo acercárteles? No encuentras el momento y además te quedas con la impresión de que si les hablas estás interrumpiendo o entrometiéndote en su momento de lovey dovey. —Respondiendo a tu cuestión... No lo sé, le confesé que creo estar enamorada de ella, entonces me preguntó si sabía lo que era el amor; luego vino a mí diciendo que deberíamos intentarlo, pero... mintió.

—¿A qué te refieres con que mintió? — preguntó, consternada, traía un lindo gesto de confusión dibujado en su rostro.

—Ella no tiene intenciones de acercarse a mí, más bien creo que lo que busca es una manera de que yo la deje ir.

—Déjala ir, entonces. —me dijo con una impactante seriedad.

Sonreí. —Creo que ya hemos hablado sobre esto y ya te he dicho mis razones de porque no... —me interrumpió.

—Estás cambiando, Dia, por alguien que ni siquiera te mira. —sus palabras fueron dardos directos al blanco, lo sabía, sé que ella no siente nada por mí, pero no puedo sólo dejarla ir así sin reparo.

—Mari, las personas no podemos simplemente dejar ir las cosas cuando la situación está en nuestra contra, si lo hago, estoy segura que en un futuro cercano estaré reprochándome el no haberlo intentado. Si he de dejarla ir, será cuando crea que ya ha sido suficiente, cuando haya dado todo de mí por conquistarla. Hasta ahora no he hecho más que observarla, pero sólo con hacer eso no lograré nada, así que voy a intentarlo, después de todo de eso se trata la vida, de intentar. —me sonrió, tiene una sonrisa que te envuelve y reconforta, espero que Kanan sepa hacer esa sonrisa prevalecer en sus labios toda una vida.

—Entonces, cuenta conmigo para lo que necesites, voy a apoyarte, estoy ansiosa de conocer a la Dia feliz. —dijo, hilarante.

—¿Quieres decir que soy una desdichada ahora? —alcé mi ceja en espera por su respuesta.

—No, me refería a la felicidad que te hace sentir la persona que amas.

—Kanan tiene una maldita suerte de tenerte, más de que estés enamorada de ella. —pensé en voz alta y acaricié su mejilla.

ContratoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang