Capítulo 8

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Kanan.

Tras haber estado casi toda la mañana juntas, yo quería seguir pasando el tiempo con ella, aún había muchas cosas que quería saber y me daba curiosidad preguntarle, conocerla más. Me alegró el hecho de que haya aceptado mi invitación. Fuimos a un restaurante tipo buffet, donde comimos de todo un poco, nuestra conversación fue trivial, nos dijimos nuestras comidas favoritas, así como también las que menos nos gustaban. Aunque habíamos concordado en varias ocasiones, en otras, éramos polos totalmente opuestos separados por una gran muralla china.

—¿Cuál es tu tipo ideal? —le pregunté muy casualmente, me intrigaba hasta mis entrañas saberlo.

—Umm. —pensó unos segundos antes de responder. —Físicamente, alguien que tenga la espalda sensible. —En ese momento estaba tomando agua, así que casi me ahogo al escucharla.

Tosí un poco, tratando de calmarme.

Sonrió.

—En realidad no tengo un tipo ideal, pero creo que esa persona solo tendría que ser auténtica. —me dijo. —Y creo que tendría que tener unos lindos ojos.

—¡Oh! Creo que soy totalmente tu tipo, soy auténtica y en la mañana me dijiste que tenía lindos ojos, en especial mi mirada. —recordé lo que pasó entonces, la verdad no supe por qué había dicho eso, sólo lo dije...

—¿Y cuál es tu tipo? —me preguntó, sacándome de mis pensamientos.

—Una persona con linda sonrisa. —contesté sin dudar. —Me gusta mucho ver sonreír a las personas, pero, aunque suene algo cursi, siempre he creído que la persona de la que me enamore, tendrá ese brillo especial en su mirada y su sonrisa será resplandeciente, así como la tuya.

Se ruborizó, tal vez estaba siendo muy directa con ella, tal vez si seguía así terminaría por incomodarla, pero es que no podía evitarlo, es como si mis labios se movieran solos sin mi permiso.

—Tu sonrisa es hermosa. —y aquí voy otra vez. —Siento si te incómodo al decirte esto, pero me es difícil contener mis pensamientos. Pero realmente creo que eres muy hermosa.

—No me incomodas, sólo... No estoy acostumbrada a que me digan hermosa más de cinco veces el mismo día. —repuso risueña.

—¿Las estás contando? Creo que han sido menos de cinco.

—Era un decir, no las estoy contando. —Sus mejillas tenían un tenue pero visible rubor, y no había momento en el que yo no estuviera sonriendo.

—¿Segura... hermosa Mari?

—¡Tú, realmente...! —exclamó.

Agachó ligeramente su cabeza, podía escuchar su respiración acelerada. Creo que debo dejarla tranquila por un tiempo.

Una vez habiendo terminado de comer nos dirigimos a mi departamento, la invité a pasar muy cortésmente, le dije que tomara asiento y se pusiera cómoda mientras que yo iba por algo de beber, nada de alcohol, quiero aclarar.

Como toda persona en un lugar desconocido, vi como miraba discretamente la habitación, y también las fotos que había en ella.

El decorado era simple, estilo minimalista con un poco de estilo clásico. Era demasiado espacioso para una persona, y lo suficiente para dos. La verdad es que no me tomó mucho elegir el lugar, lo único que me importaba es que estuviera cerca de la universidad. Ahora que lo pienso, la residencia donde viviremos está aún más cerca de ésta. Me entró curiosidad y le pregunté a qué universidad asistía y cual fue mi sorpresa cuando dijo el nombre de la misma en la que yo estaba estudiando.

ContratoWhere stories live. Discover now