Capítulo 28

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Mari.

Cuando terminé de desayunar, Kanan ya estaba lista para irnos, nos despedimos de mi madre, quien nos deseo un excelente y maravilloso día.

Subimos a la camioneta, iba a tomar el asiento de piloto pero Kanan insistió en que la dejara conducir a ella "Yo te llevaré a donde quieras, baby", fue lo que dijo, era la primera vez que me decía de esa manera, fue... gracioso. Así fue como terminé volviendo a mi usual asiento de copiloto. Hubiera sido mejor si yo condujera, debido a que yo conozco más los alrededores, pero no me quejo, verla conducir, era bastante atractivo. Quise insertar la dirección en el GPS pero ella dijo que no lo había configurado, vaya excusa, la camioneta es nueva, se supone que ya viene preparada con todas las configuraciones, hasta la persona que nos la vendió lo mencionó muy claramente, suspiré, entonces recordé lo que me había dicho en una ocasión "Prefiero escuchar las instrucciones de tu dulce voz a las del GPS", eso hizo que me ruborizara, sonreí de solo recordar eso.

—¿Qué es eso que te hace sonreír tan ampliamente? —preguntó con la vista hacia en frente.

—Tienes una increíble vista periférica. —comenté, no parecía haber apartado su mirada de la calle así que me sorprendió un poco que supiera que estaba sonriendo.

—No evadas mi pregunta.

—No lo hacía, sólo fue un comentario extra. —expliqué. —Recordé algo, sólo eso.

—Debió ser un buen recuerdo.

—Uno de muchos tantos. —repuse, riendo quedamente. —En la siguiente da vuelta a la izquierda.

—Muy bien. —obedeció mis ordenes, me sentía realmente bien diciéndole, da vuelta aquí, sigue por allá, y ella siguiendo al pie de la letra lo que decía, fue gratificante.

Nuestra primer parada fue una tienda de ropa, yo hablaba muy en serio cuando le dije lo de querer blusas de pareja, y ya que ella había agregado lo demás, también lo compraríamos.

Caminamos hasta el apartado donde tenían las blusas.

—Mira compremos estas. —le mostré dos blusas.

—Me niego rotundamente. —dijo de inmediato.

—¿Por qué? —pregunté con cara inocente.

—Porque sé perfectamente cual me tocaría a mí. —me miró aparentemente ofendida, más que hacerme sentir mal, su mirada me daba risa.

—Al menos hay que probárnoslas. —le pedí, implorándole.

—... No tengo opción ¿cierto?

Terminó aceptando muy a regañadientes.

Entramos por separado a una cabina de probador. Yo salí antes que ella, lo cual era muy inusual, normalmente soy yo quien la hace esperar a ella, era una simple blusa, aunque creo saber la verdadera razón por la que no ha salido.

—¿Por qué la demora? —pregunté, burlándome.

—Cambiemos de blusas y sabrás la respuesta.

—Sal ya, Kanan. —exclamé levemente.

Nos colocamos frente al espejo, no pude contener una enorme carcajada, me reía desde los pulmones, tanto que podía dolerme el estómago. Una de las blusas tenía escrito: "I'm with fool" y la otra decía "Guess I'm fool".

—Es bueno que te diviertas, me gusta escuchar tu risa. —dijo, hilarante.

—Hay que comprarlas. —supliqué.

—Pero por su claro que no. —se mantuvo firme en su decisión durante los siguientes cinco minutos. Yo seguí insistiendo he insistiendo, comenzó a vacilar cuando le dije que esas sólo las usaríamos en casa, y al final accedió.

ContratoWhere stories live. Discover now