En total tuve cinco clases ese día; cuando yo ya había terminado a Kanan le quedaba todavía una clase más, decidí esperarla para irnos juntas. Parte de mí estaba aliviada de que los muebles aún no llegaran pero otra parte estaba ansiosa de comenzar a vivir con ella. Así que la esperaría de ahora en más para ir juntas a casa... Es extraño decir eso, aún si sólo lo digo en mi mente.

Saqué mi celular y marqué su número en cuanto la vi caminar por uno de los pasillos del campus, no iba sola, estaba acompañada por una chica de cabello castaño, era atractiva, me pregunto si Kanan también pensara lo mismo de ella.

—"Hola" —escuché su voz decir, desde donde estaba pude ver como se había compuesto una sonrisa en su boca, tan tierna, pensé.

—"¿Has terminado ya todas tus clases?" —sabía que ya habían finalizado pero la pregunta era más bien para saber si tenía planes de hacer algo más, no habíamos quedado en ir juntas después de clases así que era mejor averiguarlo de una sutil manera.

—"Sí, recién salí del aula, ¿Qué hay de ti?"

—"Terminé hace poco más de una hora, así que decidí dar una vuelta por los alrededores, es un campus muy agradable pero creo que estoy perdida". —mentí.

Había sido una mentira inocente, al menos para mí, la reacción que tuvo valió la pena.

—"¿En qué parte estás? Dime e iré inmediatamente por ti". —decía preocupada, Kanan, en serio eres adorable.

—"No es necesario, creo que me las arreglaré por mí misma". —no podía decirle que había mentido, eso me causaría cierta vergüenza.

—"Mari..." —no le di tiempo de decir nada más, me despedí de ella, le dije que no se preocupara y colgué.

—Eres una personita muy traviesa y juguetona. —Volteé a mis espaldas para ver quien era la persona que había dicho eso, aunque por el tono de voz lo había descubierto incluso antes de verla. — Mira que decirle que estás perdida cuando estás a solo unos metros de distancia de ella, y para acabar la estás observando y divirtiéndote con sus reacciones.

—¡Vaya! Me has atrapado. —guiñé mi ojo derecho y saqué un poco la lengua haciendo una divertida mueca.

Resopló y movió su cabeza hacia los lados.

—Me sorprende mucho la cercanía que demuestran, han sido sólo unos cuantos días pero cualquiera que las viera pensaría que llevan toda una vida estando juntas. —comentó y yo sonreí ante lo que había dicho. —Debo disculparme contigo, al principio creí que era todo una actuación, pero luego me di cuenta de que nadie es tan buena actriz.

—Kanan es una persona muy honesta y directa. Gracias a ello he podido sentirme a gusto a su lado sin necesidad de aparentar, debo deducir que debido a su relación sabes bajo qué circunstancias nos conocimos, pero dejando a un lado esa razón, creo que ella y yo podemos llegar a ser muy buenas amigas. —declaré, quería que estuviera consciente de que yo por nada del mundo fingiría ante ellas.

—O quizá algo más. —dijo en un quedo susurro que apenas y pude distinguir, luego de eso sonrió, aunque para ser sincera no logré entender qué había querido decir con eso. —Incluso tu cara de confusión es hermosa. —agasajó mi rostro, "hermosa", a pesar de que había logrado ruborizar mis mejillas, no tenía ese mismo sentimiento de cuando lo decía Kanan. Qué inusual, me pregunto a qué se deberá. Tal vez sea la forma en la que lo dicen, el tono de voz, pero en especial la mirada... —Si sigues haciendo ese tipo de gestos frente a mí, no te sorprenda que llegue a enamorarme.

—Me veo con la obligación de recordarte que estoy comprometida... Con tu mejor amiga. —repuse sagazmente.

—Lo tengo muy presente, como también tengo presente tus increíbles dotes femeninos, por no mencionar también ese vivaz carácter que posees. —resaltó la palabra "increíbles", y más que sentirme alagada o apenada, me causaba gracia lo que decía, como si estuviese leyendo un libreto de alguna obra, o como si hubiese sacado esa línea de alguna película.

—Eres buena hablando, debo admitir, pero no he de ser yo la afortunada merecedora de tan elocuentes e insólitas palabras. Me temo que alguien más ya está en ese puesto, ¿no es verdad? —quizá me equivocaba, pero casi podía asegurar de que no era así.

—Veo además tienes un excelente don de la observación, estimada Mari. —había acertado.

—Y, ¿Quién es la afortunada?

—Eso es... Un secreto. —me dijo misteriosa. —Pero si de algo te sirve, no es Kanan. —aclaró.

No niego que su nombre se pasó por mi mente, y la verdad agradecía que me hubiese evitado el tener que debatir mentalmente en si podía ser posible o no.

—¿No has pensado en confesarle tus sentimientos? —Espero que no me tache de entrometida, pero no puedo imaginar a alguien que rechazara a una persona como Dia.

—Es complicado. —contestó. —Para eso primero tendría que hablarle, dudo que acepte una confesión de mi parte, seguro pensará que tengo segundas intenciones.

—¿No le hablas? —mi curiosidad aumentó, era como uno de esos casos que pasan en las novelas de romance juveniles.

—Pues... Una vez estornudé y me dijo salud, por ende yo le dije gracias. —la audaz Dia de buenas palabras se había esfumado, y en su lugar había aparecido una cándida e inocente versión de ella. —Ya te he entretenido demasiado y hay una cierta impaciente persona esperándote.

—No ha sido nada, me agradó conversar contigo, y sobre esa persona...

—El amor es una trampa muy peligrosa, Mari, estoy embelesada y completamente enamorada de su apariencia, existen dos variables posibles si yo le hablo; que su personalidad sea tan cautivadora y terminé perdidamente enamorada de ella, o también que termine llevándome una total decepción y el amor que ahora siento hacia su belleza se esfume.

—No lo sabrás si no lo intentas.

—En cualquiera de las dos opciones yo salgo perdiendo. —hablábamos mientras bajábamos por las escaleras y nos acercábamos a Kanan.—Me encontré a esta chica linda, debes tener cuidado de no perderla o alguien más podría encontrarla, no todas las personas son tan consideradas como yo, podrían ya no devolvértela. —habló de nuevo dirigiéndose a Kanan.

—Debo alegrarme y agradecer de que hayas sido tú, entonces. —repuso, Kanan.

—Ni tanto, la verdad es que dude mucho en si traerla de vuelta o llevarla lejos de ti. —dijo, Dia. —La próxima vez no sé si...

—No habrá próxima vez. —la cortó Kanan.

Dia se limitó a sonreír, la verdad, por un momento llegué a pensar que estaban hablando en serio.












×

ContratoWhere stories live. Discover now