-No lo sé. Necesito pensarlo- Harry asintió.

-¿El padre de Kenny sabe lo que está ocurriendo?- Nora lo miró detenidamente antes de contestar.

-Apenas y me he enterado yo-

-Entonces tal vez deberíamos…-

-Mira Harry, no sé que tanta confianza te tenga ya Kenny pero me imagino que ya te ha de haber contado…-

-En realidad no me ha dicho nada sobre él-

-Entonces no hurgues más en esto. Nos vemos después- Nora se dio la vuelta y se retiró. Harry pudo notar molestia en su voz pero lo que ella le había dicho lo hizo pensar si acaso Kenny le estaba ocultando algo. Él sacudió su cabeza para alejar esos pensamientos, lo que menos le importaba en ese momento era eso. Su esposa tenía razón, no valía la pena mencionar a personas como su padre.

(…)

-¿Y cómo amaneció la princesa éste día?-

-Agh!, Marino, deja de tratarme así que me das asco- Kenny lo observó molesta mientras él se acercaba a ella.

-Maldita sea, nada te parece-

-Te voy a atar como un maldito perro para ver si a ti también te parece-

-Agradece, que por mi te han atado a la pared en lugar de dejarte con las manos atadas a la espalda-

-Mi ángel- dijo ella con ironía

-A veces Sonia tiene razón, como maldita sea te voy a soportar-

-No podrás, así que mejor sácame de aquí-

-No- él le tomó la barbilla -porque después veo tu cuerpo de tentación y se me pasa- Kenny giró su rostro bruscamente para evitar su tacto.

Entonces Marino le desató los pies y la levantó.

-¿Dónde vamos?- preguntó cuando él comenzó a encaminarla.

-Sonia ya no soporta a tus hijos-

-¿Me llevarás con ellos?- preguntó esperanzada.

-Sí, pero créeme amorcito que esto no te saldrá barato-Marino bajó su mano y le apretó una nalga.

-¡Estúpido!- le gritó mientras lanzaba una patada hacia atrás sin atinarle.

-Llevo tiempo queriendo hacerlo-

-Será mejor que no lo vuelvas a intentar- solo se escuchó una carcajada por parte de él. Ambos subieron las escaleras y Marino la dirigió a una habitación que se encontraba en  la segunda planta. Kenny rápidamente reconoció los llantos y pudo observar como Sonia daba vueltas fuera. Parecía una leona.

-Más te vale que los calles Mendoza- le dijo mientras desataba sus muñecas.

-Más te vale a ti que no les hayas hecho nada o te arrepentirás-

-No estas en posición para amenazarme-

-No me va a importar eso-

-Cállate y entra antes de que me arrepienta- Kenny no dijo nada y se encaminó dentro- Y no te acostumbres a verlos ya que no lo harás todo el tiempo. Su desayuno está dentro, será mejor que lo aprovechen bien los tres porque no habrá repetición- Kenny le lanzó una mirada de odio antes de entrar y azotar la puerta en su cara. Sonia la cerró por fuera.

-Has sido benévola con la comida, ¿verdad?- preguntó Marino.

-Por supuesto- contestó ella sonriente mientras se daba la vuelta y se retiraba. Marino no estaba muy convencido.

En cuanto Kenny entró los niños se abalanzaron sobre ella. Los abrazó fuertemente mientras besaba repetitivamente sus pequeñas cabecitas.

-¿Cómo  están? ¿Les han hecho algo?- ellos negaron con la cabeza mientras se apretaban más a su cuerpo.

-Ya quiero irme- le dijo la niña. A Kenny se le partió el corazón al ver a sus hijos así. Rápidamente dio un vistazo a la habitación, por lo menos sus hijos no habían pasado una tan desagradable noche como ella. Era una habitación común; la cama, el tocador, la mesita y el baño. Por lo menos había un baño. Cualquiera diría que alguien estaba instalado allí antes de que los secuestraran. Un ruido la hizo regresar a la realidad. Kenny miró a sus hijos para identificar de dónde había venido aquel y pronto se dio cuenta que había sido el estómago de Darién.

Ella se levantó y guio a sus hijos a la cama, estos se subieron. Kenny dio un vistazo a la comida y ahogó un grito en su garganta mientras maldecía a Sonia en sus adentros. La comida a duras penas y alcanzaría para sus hijos. Ella los observó y acercó el plato de comida a ellos y comenzó a alimentarlos.

Darién tomó su comida entre sus diminutas manos y le ofreció mientras le sonreía, Kenny sólo le dio una pequeña mordida. Darcy repitió el gesto. Después tomó el único vaso que tenían y les ofreció agua, por lo menos con ella había sido un poco generosa ya que les había llevado una jarra llena. Kenny engañaría a su estómago con el líquido.

-Ya es hora de que te vayas- Kenny se sobresaltó cuando un hombre alto y moreno entró a la habitación sin ningún permiso. Los niños rápidamente se ocultaron tras de ella haciendo que se preocupara.

-¿A dónde?- preguntó.

-Eso no me informaron- le contestó bruscamente. Kenny se levantó y tranquilizó a sus hijos diciéndoles que después volvería. En cuanto ella salió de la habitación aquel hombre volvió a atarle las muñecas de una manera brusca y la llevó al antiguo lugar en el que había estado. La sentó sobre la colchoneta y le ató los pies.

-¿Por qué me has traído nuevamente aquí?- Sonia sólo la observó y sin pensárselo dos veces la golpeó en las piernas con una fusta para caballo.

-¿¡Pero qué te pasa!?- le gritó Kenny al momento que intentaba sobarse sin conseguirlo.

-He encontrado la manera perfecta para desahogarme- le dijo burlesca. A Kenny le tembló todo el cuerpo, aquella mujer estaba completamente loca.

Otro golpe fue puesto en su brazo seguido de varios más. Kenny dobló sus rodillas tratando de abrazar su cuerpo y cubrir su vientre. Sonia seguía golpeándola y sus lágrimas parecían no importarle.

***Hola chicas perdón por no subirles en tanto tiempo... por eso he decidido subirles varios en estos días.

10 votos y 7 comentarios y sigo ;) 

La gran mentira (Harry Styles y Kenny)  EDITANDOWhere stories live. Discover now