Capítulo 128: Rendirse

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En la noche Pei Cheng no pudo dormir, estaba dando vueltas y se quedó dormido hasta la medianoche, pero se despertó asustado antes de su hora. Tuvo una pesadilla, de cuando fue incriminado y asesinado en su vida anterior.

Después de despertar, se vistió y desayunó para luego ir al campo de peleas. Al ver que todo era normal como siempre, quiso irse pero de pronto alguien creó problemas.

Es la primera vez que alguien viene hacerlo, no es que nunca haya sucedido una pelea antes, pero lo de ahora es una conspiración. Porque los delincuentes sin decir nada, entraron directamente a romper cosas y a golpear con palos, todo el patio de peleas estuvo en caos por un tiempo.

Los guardias, aunque fueron a detener a los delincuentes en cuanto empezaron a hacer destrozos, eran pocos y los criminales eran muchos por lo que no pudieron detenerlos a todos y se hizo el caos.

Pei Cheng miró a los alborotadores que sólo querían destruir el lugar. Sabía que se trataba de alguien más detrás de ellos que deliberadamente los envió. Frunció los labios y tomó un cuchillo de un mayordomo que era para defensa personal. Con fuerza lo levantó y asestó un corte en una mesa madera.

El sonido del corte con el gran cuchillo se oyó por todo el patio y la gente se quedó en silencio por un momento. Pei Cheng levantó la voz y dijo al mayordomo: "Detengan a todos los alborotadores y llévenlos a la puerta para mostrarlos a la gente". Al principio los guardias no sabían qué hacer con estos rufianes, que sólo rompían cosas pero no lastimaban a la gente.

Después de todo, estaban en el negocio y había muchas personas adineradas en el lugar, por lo que esperaron a que Pei Cheng dijera algo. Inmediatamente ataron a los delincuentes y los arrojaron a la puerta, dando vueltas alrededor de ellos. Al principio los alborotadores no tenían miedo, porque habían sido convencidos por la persona que los contrató, de que no les pasaría nada.

Pero ahora que han sido atados y arrojados, se asustaron un poco. Sin embargo, uno de ellos dijo: "Pei Cheng, ¿eres una tortuga? Parece que tienes la cabeza encogida. Quieres hacer negocios sin una tarifa de protección, ¿estás mal de la cabeza? Vete de aquí".

El mayordomo al lado de Pei Cheng, al escuchar esas palabras se enfureció al instante, se acercó de un salto y pateó al rufián varias veces por insultar a Pei Cheng. El delincuente gritó de dolor y se retorció en el suelo, con las manos atadas, no le importaba su imagen y empezó a llorar.

Pei Cheng no había planeado fingir ser una tortuga. Salió detrás de la multitud, se agachó en el suelo y mirando al rufián dijo: "Crees que soy una tortuga con la cabeza encogida, pero que eres tú, ¿un bichito que sólo puede gritar?" La cara del rufián cambió drásticamente.

Pei Cheng vio su apariencia ridícula y dijo sin ningún escrúpulo, "No sé quién te hizo venir aquí para causar problemas, pero recuerda, tú eres el que toma el dinero, tú eres quien recibe el castigo. Sólo estoy mostrando al desafortunado fantasma al público".

Después de eso y sin esperar a que el delincuente reaccionara, Pei Cheng se puso de pie y lo miró. Se podía ver su disgusto y aversión en sus ojos. Le dijo al mayordomo: "Averigüen quién los contrató, si no pueden hacerlos hablar, busquen la forma de que lo hagan".

Alguien de entre la multitud murmuró: "Este hombre sólo ha cometido un pequeño incidente. En cuanto al comerciante Pei, debe abrir la puerta para hacer negocios, no para atraer enemigos. Si hace esto, será condenado por los dioses".

Pei Cheng sonrió, "Si puedo ser condenado también por los dioses en defensa propia, ¿no serían enviados este grupo de personas que vienen deliberadamente a causar problemas al infierno por Dios?" Se escuchaban ruidos pero nadie dijo algo más.

Pei Cheng continuó: "Abrí la puerta para hacer negocios. Si quieres entrar y jugar, te doy la bienvenida. Pero si alguien está ansioso y quiere pelear, no me culpes por ser demasiado agresivo". Miró a la multitud, y nadie se atrevió a decir nada. Es sólo que algunas personas no pueden entender los métodos "viciosos" de Pei Cheng y no pueden evitar murmurar en voz baja.

Pei Cheng ya no siguió discutiendo con estas personas. Miró al mayordomo que se había enojado sólo porque el delincuente lo insultó y se conmovió. Pensaba que debido a que él no trabaja realmente en el lugar ni hacía nada, las personas que trabajaban ahí no lo querían.

Pero se sorprendió al ver que estás personas estaban dispuestas a ayudarlo, aunque también se daba cuenta que era debido a Jiang Rinzhi. Aún así, todavía se sintió conmovido por el acto del mayordomo que acababa de protegerlo.

Le dijo al mayordomo: "Tengo que hacer algo, así que me iré ahora. Este asunto lo dejo en tus manos. Si realmente no le pueden sacar nada a esta gente, simplemente llévalos a la prisión y que ahí se encarguen de ellos". El mayordomo asintió y entrecerrando los ojos miró al rufián que todavía estaba en el suelo.

De hecho, Pei Cheng se fue temprano hoy, porque iba a ver a alguien más y esa persona era Jiang Sanye. Abriendo la puerta del restaurante, entró y dejó que Dong Lai, quien lo acompañaba, se quedara en la puerta. Fingió no ver la preocupación en el rostro de Dong Lai y caminó hacia una mesa.

En la mesa, sólo estaba Jiang Sanye. Tenía la cabeza inclinada y estaba bebiendo. Pei Cheng se detuvo y pudo darse cuenta de que Jiang Sanye estaba de malhumor. Pero no le dio importancia y sólo se sentó frente a Jiang Sanye. Lo miró y luego vio un tazón de fideos frente a él.

Jiang Sanye dejó el vaso de vino y lo miró fijamente, pero cuando Pei Cheng volvió a mirarlo, volteó la vista hacia otro lado, mirando el tazón de fideos que por cierto, era el único tazón que había sobre la mesa. Dijo: "Recuerdo que te gustan los fideos. El maestro de cocina de este restaurante es un experto en amasar fideos, los fideos son fuertes y la sopa es deliciosa. Debes probarla".

A Pei Cheng ciertamente le gustan, y se refleja en que su desayuno diario son fideos, incluso Jiang Sanye lo sabe muy bien. Pero Pei Cheng rechazó la amabilidad de Jiang Sanye y lo evitó deliberadamente, "He comido ya un tazón de fideos antes de salir esta mañana. Ya sabes, sólo como fideos una vez al día".

Jiang Sanye dijo: "Pero ordené esto especialmente para ti". Pei Cheng sonrió un poco y contestó: "Hablando de eso, el segundo maestro en el desayuno también intenta complacerme y me acompaña a comer fideos. Como sabes, siempre ha tenido mala salud y no es bueno para él comer demasiados fideos, pero él no hace caso".

Al escuchar eso, Jiang Sanye se veía triste, "Él te trata bien, ¿tú estás bien?" Pei Cheng respondió con una sonrisa: "Por supuesto que es bueno. Pero me has pedido que viniera, ¿era sólo para decirme estas cosas?" Jiang Sanye reprimió una mirada de disgusto en su rostro. Miró a Pei Cheng muy serio y dijo: "Me casaré con Mo Jinqi el octavo día del próximo mes. Te estoy buscando hoy porque espero que ..."

Pei Cheng lo interrumpió, no tenía la menor intención de irse con él. Por lo que no le daría esperanzas a Sanye, eso sería bueno para todos. "¿Quieres que te bendiga, o quieres que el segundo maestro vaya ese día para bendecirte?" Sin embargo, Jiang Sanye escuchó otro significado en las palabras de Pei Cheng.

Había una sonrisa amarga en su rostro, pero más que eso fue un alivio al darse por vencido. Aunque en su rostro había una sonrisa, lloraba a Pei Cheng. Después de un rato dijo: "Quiero que tú y el segundo hermano vayan el día de mi boda. Todos somos una familia incluso si estamos separados. Seguimos siendo familia, como lo dijiste y tienes razón".

Pei Cheng y Jiang Sanye se miraron y ambos dijeron "Sí". Jiang Sanye bajó la vista y ya no siguió bebiendo vino. De pronto, Pei Cheng dijo: "Sanye, quiero preguntarte algo". Él volvió a tomar el vaso de vino y se lo bebió todo, luego asintió. En este momento sólo hay frustración en las emociones de Jiang Sanye.

Pei Cheng frunció los labios y preguntó: "¿Por qué te casas tan de repente?". Jiang Sanye se sirve más vino y le da una mirada casual a Pei Cheng, "Es normal que un hombre comience una familia y un negocio". Pei Cheng resopló y lo miró, dándose cuenta de que la expresión de Jiang Sanye era rígida y sin emoción.

Parece que el motivo por el cuál Jiang Sanye se casa con Mo Jinqi no es tan simple. Al menos, no ve la alegría de un futuro novio que está a punto de casarse con su novia.

The Male WifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora