The Male Wife

Capítulo 41: Todos enojados

Pei Cheng fue el primero en alejarse de los brazos de Jiang Sanye. Tosió dos veces y habló para romper la vergüenza: "Sanye ... Sanye, ¿qué haces aquí ahora?" Como funcionario es lógico que siempre esté ocupado con documentos en la oficina del gobierno, por lo que no regresa a la casa tan seguido.

Jiang Sanye dio un paso atrás y también estaba apenado: "Regresé porque que olvidé unas cosas. ¿Por qué está la segunda cuñada aquí solo?" Pei Cheng no dijo la verdad, se dio la vuelta hacia el jardín y mirando el suelo vacío dijo despacio: "Es invierno y no hay flores". Jiang Sanye no tenía idea de nada y habló despreocupado: "En el verano próximo volverá a florecer". La expresión de Pei Cheng fue de asombro y dijo: "¿Volverá a florecer en la primavera?"

Al no saber la doble intención de las preguntas de Pei Cheng, Jiang Sanye se echó a reír y respondió: "La flores en el patio delantero se sembraron hace unos años y florecerán todos los años. Así que si no pasa nada, deberá florecer el próximo año". Pei Cheng quería saber más: "¿De dónde trajeron las flores?" Para Jiang Sanye era una conversación normal, así que contestaba todo lo que sabía. Pero para Pei Cheng es una prueba para confirmar una sospecha.

Jiang Sanye continuó explicando: "Fue hace tres años, fueron traídas de la capital imperial. Esta flor crece muy rápido y como trajeron de más, las tome y las entregué a cada jardín. Recuerdo que también estaban en la Casa Oeste. ¿Por qué la segunda cuñada está interesada en esta flor?" Pei Cheng dijo: "Bueno, creo que ... es especial". Jiang Sanye no tiene sospechas sobre él y le dice: "Si te gusta, deja que los sirvientes pongan algunas en el patio de atrás".

Después de eso, Jiang Sanye no esperó a que respondiera, estaba ocupado y tenía que volver: "Me están esperando en el Yamen, así que me iré primero". Rápidamente caminó por el patio delantero y se dirigió a la puerta. Pei Cheng miró la espalda de Jiang Sanye, hizo un mohín y regresó pensativo a la Casa Este. Algo está cambiando en la mente de Pei Cheng. Esa noche, después que terminó de cenar, corrió de inmediato a ver a Jiang Rinzhi. Pero no había nadie, Pei Cheng estaba un poco sorprendido.

El sirviente le explicó enseguida: "El segundo maestro acaba de salir, me temo que no volverá por un tiempo. ¿La señora tiene prisa? Si no hay prisa, por favor espere". Pei Cheng parecía decepcionado, pero no mucho. Se sentó en una silla y el sirviente le sirvió una taza de té caliente. Entonces preguntó: "¿Adónde fue el segundo maestro?" El sirviente dijo: "Parece que alguien de la primera señora vino a buscarlo" Y pensando que estaba preocupado por la salud de Jiang Rinzhi trató de tranquilizarlo: "El segundo maestro tomó su medicina antes de irse señora, no se preocupe por eso".

Pei Cheng pensó, "cómo vas a saber mis preocupaciones" pero con la cara asintió y dijo: "El segundo maestro todavía está enfermo y hace mucho viento por la noche. Si hay algún asunto urgente no debe apresurarse ahora". El sirviente siguió persuadiendo: "Señora, no se preocupe. El segundo maestro se llevó una capa para no congelarse". Pei Cheng agitó la mano, haciendo señas al sirviente para que dejara de hablar: "Sal y espera, yo esperaré al segundo maestro aquí".

El sirviente hizo una reverencia y salió. Pei Cheng cerró la puerta y caminó hacia la estantería, con las manos en la espalda miraba y finalmente le llamó la atención un sello de un libro verde. Sacó el libro y después de hojearlo casualmente, descubrió que el contenido de este libro era un poco oscuro. Frunció el ceño y volvió a poner el libro en su lugar, sintiéndose un poco deprimido.

Aunque ha estado leyendo libros a lo largo de los años, la mayoría son libros de cuentos y el contenido es fácil de entender. No pensaba que se hubiera perdido de nada en el pasado, pero ahora, después de ver los libros que lee su esposo todos los días, sintió una irritabilidad indescriptible. Se oyeron ruidos afuera, se abrió la puerta y se escucharon pasos. Jiang Rinzhi se quitó la capa de los hombros, se sentó en una silla y mirando a Pei Cheng bebiendo té, dijo: "¿Por qué está aquí la señora?".