The Male Wife

Capítulo 110: Oficialmente inaugurado

Patio Oeste.

Es raro que el tío Jiang entrara a la habitación de Hu Xiayun, entonces cuando lo hizo, Hu Xiayun estaba muy contenta. Pero cuando su esposo le siguió hablando de manera seria, ella pensó que era por algo que había hecho mal. El tío Jiang y Hu Xiayun han estado casados durante muchos años, pero no sabe lo que ella piensa o cómo piensa. Dijo enojado: "¿Has oído hablar de la apertura del campo de peleas de gallos en el norte de la ciudad?"

¿Cómo no podría saber eso Hu Xiayun? Pero ella no sabía qué tenía que ver ese campo de peleas con su esposo, "No sé si ese negocio pueda tener éxito. Además, aunque realmente tenga éxito, no obstaculizará el negocio de nuestra familia Jiang. ¿Por qué te preocupas?" El tío Jiang miró a Hu Xiayun con frialdad, pensando que esta mujer tiene el cabello largo pero poco conocimiento, "Creo que este campo de peleas de gallos definitivamente se convertirá en algo importante en Hwaseong en el futuro".

Hu Xiayun estaba un poco agraviada por la mirada enojada de su esposo, pero no sabe que sus palabras ofenden al tío Jiang, "Incluso si es importante, no necesito preocuparme por nada". Su esposo la miró con odio y dijo: "Hu Xiayun, deberías pensar en la verdadera razón por la que tu madre recuperó el derecho al patio trasero. Mira tu apariencia, ¿se ve como el de una esposa que puede manejar un patio trasero?" Hu Xiayun estaba más ofendida por esas palabras, "Ella simplemente no puede acostumbrarse a mi manera de hacer las cosas, de lo contrario, ¿por qué me quitó los derechos sobre el patio trasero? Esposo, mi madre ahora ignora cada vez más mis sentimientos. Incluso si no está satisfecha conmigo, no debería quitarme los derechos sobre el patio trasero, ¿Sabes que soy un hazmerreír en nuestro círculo de esposas adineradas en Hwaseong, sólo por la decisión de mi madre?"

El tío Jiang se frotó la frente con irritación, si la mente de Hu Xiayun pudiera cambiar algún día, tal vez no necesite preocuparse tanto, "Eres rebelde, si no aprendes a lidiar con calma las cosas, no recuperarás los derechos sobre el patio trasero. Incluso si mi madre es demasiado mayor para atenderlo, ¡No creo que deba dejarlo en tus manos!" Después de decir eso, el buen humor que tenía al principio se llenó de neblina, miró a su esposa con hostilidad y se levantó para irse.

Al ver esto, Hu Xiayun se levantó rápidamente de la silla y lo persiguió. El tío Jiang no tendrá relaciones sexuales con ella durante un mes. Si esto continúa teme que la anciana vuelva a estar enojada con ella. Lo agarró de la mano, pero su esposo estaba impaciente y no estaba dispuesto a cuidar de ella, así que la empujó, recuperó su mano y se fue sin más. Hu Xiayun miró fijamente la espalda de su esposo y se fue con lágrimas en los ojos.

No muy lejos, Jiang Qi'er, que había ido a ver a su madre, fue testigo una vez más de la pelea entre sus padres. Jiang Qi'er tenía casi siete años, aunque todavía ignoraba la relación entre adultos y no entendía nada, se mordió el labio inferior con lágrimas de miedo rodando por sus ojos. Hu Xiayun se paró en la esquina sin notar a su hijo, se agachó en el suelo y lloró por un rato.

Cuando una sirvienta se acercó para ayudarla, apartó la mano de la sirvienta con enojo y gritó: "Ve, llama a Chun Yi, ¡Y averigua con qué concubina se ha ido mi esposo!" Hu Xiayun se secó las lágrimas con fuerza, si ella no lo podía tener, nadie más podría, entonces llena de ira dijo: "Atrévete a seducir al esposo de Hu Xiayun y ve si no te mata". Al ver su apariencia viciosa, la sirvienta tragó saliva apresuradamente. Pensando que Hu Xiayun es tan feroz y que sólo un hombre puede abrazarla. Si ella fuera el tío Jiang, definitivamente no podría soportar a esta mujer.

¿Cómo iba a saber Hu Xiayun que incluso la sirvienta a su lado se estaba riendo de su incapacidad para retener al hombre, y que sólo estaba pensando en matar a la concubina que sedujo al tío Jiang, llena de celos y a punto de destruir toda su persona? Después que el tío Jiang dejó el patio de Hu Xiayun, no fue a la habitación de ninguna concubina, si no que regresó directamente a su patio.