Alysa viajaba con el propósito de salir del estrés de la ciudad, mas nunca se imagino que su vida terminaría siendo una locura.
- Mía -gruño aquel extraño y la acorralo contra el árbol.
- Aléjate, estas demente.
#1 en Hombres Lobo -21 Abril
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Ini...
Por el momento todo va según de acuerdo a lo planeado, logré convencer a Evan de que estaba ansiosa por regresar a Sotego para ver a Kane y a Doth, así que él decidió llevarnos de regreso.
Acabo de presentar mi renuncia y de despedirme de mis amigos, solo dije que tenía que irme por asuntos familiares privados y lo creyeron.
—¿Tienes todo? —pregunta Evan al subir mi maleta en el auto.
—Si —respondo y me abre la puerta de copiloto— gracias.
Por azares del destino Josh a esta hora esta en el trabajo, así no tendría porque explicar que hace Evan aquí cuando se supone que voy con mi familia.
—Espero que esta vez puedas sentirte cómoda en nuestro hogar —dice al entrar al auto.
Ese lugar nunca será un hogar, mucho menos nuestro.
—Yo también, solo quiero arreglar las cosas entre nosotros y tener una mejor convivencia.
—¿De verdad? —la sorpresa y emoción que derraman sus palabras me hacen sentir un poco de remordimiento así que solo asiento y mantengo mi vista en la carretera.
—No te imaginas lo feliz que me haces.
El te hizo un daño peor, solo recuerda eso.
—Doth estará muy contenta de verte, todos han extrañado tu presencia en casa —giro mi rostro para verlo y una sonrisa adorna su rostro.
Ahora es cuando comienzo a sentirme la villana de la historia y a cuestionarme si esta bien lo que estoy haciendo...
—¿Tu gente no me odia? —pregunto y una risa escapa de sus labios.
—No lo sé, tuve que decir al consejo que te encontrabas arreglando asuntos familiares y eso llego a oídos de la manada, tal vez ellos también creen lo mismo.
—Eso espero, no quisiera regresar y ser odiada por todos lados —miento y siento como toma mi mano entrelazándola con la suya.
—No lo permitiré, te protegeré Alysa.
—Gracias Evan, sé que estaré segura contigo.
Ambos nos sonreímos mutuamente y solo deseo que esto ya acabe.
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Al ver como nos adentramos cada vez más en el bosque busco contener mis nervios, justo ahora a mi cerebro le da por trabajar dándome mil maneras en como todo podría salir mal y como podría terminar muerta en manos del psicópata a mi lado.
—¿Te encuentras bien? El ritmo de tu corazón no es normal.
—Solo estoy nerviosa, a mi mente le gusta torturarme con escenarios nada agradables de mi recibimiento —respondo y toma de mi mano.
