Mate Del Alpha.

CAPÍTULO 100 |✔

||ALYSA||

— ¿Sabes cómo están los cachorros y Jonathan? —pregunto cuando sube al auto.

— Están bien —ríe— sabes que Doth y los chicos los adoran y cuidan muy bien de ellos.

— Lo sé, pero la distancia puede afectarlos ya que son muy apegados a mí —suspiro y recargo mi mejilla contra el vidrio de la ventana.

— Te extrañan, ellos notan tu ausencia, pero están bien, Doth sabe cómo manejar eso, le dije como —me sonríe y devuelve su vista hacia la carretera.

— ¿Cómo? —pregunto curiosa.

— Doth puede transformarse en ti —responde— si ella hace eso los cachorros notarán menos tu ausencia, el aroma no lo puede cambiar, pero si ellos la ven como tú se inquietarán menos.

— ¿Y si les da hambre? No estoy ahí para darles pecho y no quiero que mis hijos mueran de hambre —solo lo escucho reír y respiro hondo ignorando mis ganas por gritar.

— Pensé en todo cariño, no tienes porque preocuparte.

¿Sólo eso? ¿Sólo va a responder eso y ya?

— ¿Ahora me dirás que mientras Doth toma mi apariencia también puede darles pecho? —rio y niega con la cabeza.

— Anne me dio algunos consejos la última vez que vino —sonríe y me mira por unos segundos— Tenemos reservas de leche en casa para cuando no estás o estás dormida y los cachorros tienen hambre.

— ¿Qué? ¿Cómo es eso posible? —pregunto de inmediato.

— Cuando tus pechos están llenos comienza a salir leche y para que no se desperdicie la guardamos, por eso te he dicho que vacíes tus pechos si vas a dormir —ríe.

— ¿Quien te ayuda con tus enfermos planes? —pregunto y rueda los ojos.

— No tiene nada de enfermo —bufa— muchas mujeres hacen eso cuando la leche sale involuntariamente.

— No respondiste mi pregunta.

— Me ayuda Caroline, la encargada de la cocina, ella es experta en embarazos, lactancia y cuidado de cachorros —responde— ella aconsejó a mamá durante su embarazo y cuando me daba pecho, es muy buena.

— Bien, ¿por qué no me lo habías dicho antes? Yo no te escondo nada pero tú pareces tener miles de secretos —cruzo mis brazos molesta y detiene el auto.

— ¿Vas a molestarte conmigo? No quería decírtelo porque no sabía cómo lo tomarías —sonríe y posa su mano en mi muslo acariciando— Sólo pienso en nuestros cachorros, quiero que ellos estén bien, pero si te molesta dejare de hacerlo.

— Me molesta que hagas cosas a mis espaldas, cada vez que yo haré algo te lo digo —reprocho y siento como su mano va subiendo.

— Bien, prometo que de ahora en adelante te diré cada cosa, pero debes prometer que no vas a estar molesta conmigo ¿tenemos un trato? —sonríe y asiento.

— Lo prometo, espero que cumplas con tu palabra —murmuro.

— Cumpliré con mi palabra —afirma y desabrocha el cinturón de seguridad teniendo más libertad para tomarme por la nuca y besarme.

Su lengua acaricia la mía y delinea mis labios mientras que su mano libre se adentra en mi vestido.

— Prometo hacer todo lo que tú me pidas mi Luna —ronronea y muerde mi labio suavemente.

[...]

— Llegamos a casa mi Luna —sonríe y me abrazo a su brazo.