CVIII

3.8K 159 20
                                    

[Punto de Vista Louis]
Según teníamos entendido, Pharrell Williams había invitado a medio Londres a su fiesta de cumpleaños. Quería celebrar por todo lo alto su 41 cumpleaños y los chicos estaban encantados con esa noticia; al menos la mayoría. Liam se limitaba a decir que "nos acompañaría" y a mí tampoco me hacía excesiva gracia. No llevaba buenos días y eso era más que evidente. Ni siquiera sabía bien qué me estaba pasando.
Les dimos a las chicas las indicaciones necesarias para encontrarnos en la puerta de la gran mansión donde había decidido realizar una fiesta que, con toda probabilidad, se convertiría en una de las más sonadas del año. Judith y Rosa bajaron del taxi riendo, seguidas por Alba; el semblante de Ana mostraba más seriedad. Después hablaría con ella.
Sonreí al ver así a mi española. Estaba preciosa; su chaquetón negro sin abotonar dejaba entrever un vestido del mismo color, que tan bien se ajustaba a su figura. Sus ojos se posaron en mí cuando comenzó a andar y también ellos sonrieron. Era mía y, sin embargo, algo iba mal.
Algo iba mal en mí.
Puede que el miedo extremo que había tenido a perderla me hubiera perjudicado más de lo que pensaba: puede que ese miedo hubiera acarreado demasiadas preocupaciones de las que ya no podía desprenderme.
Y con preocupaciones continuas no era posible vivir bien.
- Lou -pasó una mano por mi pecho y me besó cuidadosamente en los labios.
La abracé de inmediato. Qué importaba si estaba bien o no, no podía estar sin ella.
Lo demás, el malestar, los malos días, se acabarían pasando.
¿No?
Más que una casa, aquello parecía un palacio. Un palacio abarrotado de gente. Aferré la mano de Judith y decidí ser el primero que comenzara a andar en busca de un buen sitio donde asentarnos.
- Esto es inmenso, ¿no? -Preguntó Judith, cerca de mi oído.
- No he estado nunca, pero tiene pinta de ello, sí.
- Cómo se las gasta Pharrell... -Sonrió.
- ¿Quieres conocerle? -Acaricié su mejilla y se mordió el labio. Claro que quería-. Luego os presento, ¿vale? Antes vamos a saludar nosotros.
- Claro -curvó sus labios de nuevo y me incliné para besarlos.
- ¡Chicos! -Elevé la voz-. Vamos a ver al jefe, ¿no?
Todos asintieron y emprendimos la marcha, sin saber bien hacia donde nos dirigíamos. Realmente allí había demasiada gente. Puede que en otro momento hubiera disfrutado de todo aquello, pero en ese preciso instante me agobiaba la presencia de tantas personas. Definitivamente, no me encontraba a gusto.
- Tommo.
Harry agarró con fuerza mi brazo y me hizo un movimiento con la cabeza hacia su derecha. Me detuve en seco, tratando de vislumbrar qué había llamado su atención. Al principio no supe verlo pero no tardé demasiado en inspirar aire con fuerza.
Nathalie. La misma chica con la que me habían relacionado en Estocolmo. ¿Qué hacía allí?
- Voy a hablar con Judith -le anuncié a Harry.
Asintió y no perdí más el tiempo.
Si Nathalie estaba allí, Judith debía saberlo.

[Punto de Vista Judith]
- Ni sé el tiempo que hacía que no me ponía tacones... -Nos contaba Alba con una sonrisa-. Pero si Zayn es mi acompañante hoy, no puedo por menos que venir guapa.
Todas reímos y observé de reojo cómo Ana agachaba la cabeza.
- Es curioso... -Murmuró-. Ni siquiera sé quién es mi acompañante hoy.
La tristeza en su voz se percibía a kilómetros.
- Louis -acaricié su brazo y me miró-, tu acompañante hoy es Louis, ¿vale? Ya sé que te gusta así que te le regalo -sonrió ampliamente y yo también lo hice al ver que mis palabras habían conseguido el efecto que quería-. Pero sólo hoy -levanté el dedo índice en señal amenazante y rió.
Sentí unas manos sobre mi cintura y me estremecí ante ese contacto. Me giré al instante y me encontré con el rostro preocupado de aquel a quien acababa de regalar a una amiga.
- Judi...
Me giré completamente hacia él y coloqué las manos en su pecho.
- ¿Qué pasa?
- Ven.
Cogió mi mano e hizo que nos alejáramos unos pocos pasos de donde se encontraban las chicas. Empezaba a preocuparme.
- Está aquí Nathalie.
Fruncí el ceño ante sus palabras. ¿Conocía a alguna chica llamada así? Oí cómo suspiraba y entonces aterrizó en mi cabeza: Nathalie, la de Estocolmo.
¿Había venido hasta aquí, un minuto después de marcharse, sólo para decirme que Nathalie estaba en la fiesta?
¿Qué le estaba pasando?
- Vale, Lou, pero... No pasa nada.
- Sólo quería que lo supieras.
Acarició mi pómulo con su mano derecha y agaché la cabeza. Últimamente no hacía más que preocuparse por cosas que no merecían la pena; últimamente no hacía más que preocuparse, demasiado, por todo lo que giraba en torno nuestro. ¿Por qué no podía disfrutar de lo que teníamos, cómo había hecho hasta hacía días atrás? ¿Por qué no podía sonreírme como siempre? ¿Qué le estaba pasando?
¿Dónde había quedado la persona más sonriente que había conocido en toda mi vida?
- Louis... -Comencé-. Se me encoge el corazón viéndote así, ¿sabes?
- ¿Así cómo?
- ¿¡Cómo!? -Soné demasiado brusca y pasé una mano por su pelo tratando de transmitirle calma-. Preocupado por todo -dije al fin-, pendiente de todo.
- Quiero que esto salga bien.
- ¡Va a salir bien! -¿Por qué era yo quién tenía que estar intentando convencer de eso?-. Siempre ha salido bien, incluso aunque alguna vez tengamos problemas. Estamos bien, ¿vale? Así que despreocúpate, olvídate de Nathalie, y de los rumores y...
- ¡Vale! -Me cortó, alejándose de mí-. Solamente quería que lo supieras.
Ignoró mis palabras y volteó la cabeza. Me aproximé de nuevo a él y coloqué una de mis manos sobre su rostro.
- ¿Por qué no podemos disfrutar de esto como siempre? -Susurré.
- ¿No disfrutas? -Me mostró una mueca.
- Claro que no, no quiero verte así.
- Estoy bien.
- No, no lo estás, llevas unos días...
Se inclinó con rapidez, interrumpiendo mis palabras, y dejó un fuerte beso en mis labios. Atrapé su cara con la misma velocidad, queriendo devolvérselo y demostrarle todo lo que significaba para mí. Se distanció cuando el beso terminó y nuestros ojos se encontraron.
- Voy a buscar a los chicos.
Me besó de nuevo y, sin darme tiempo a decir nada más, comenzó a caminar hacia el mismo lugar por donde se había ido con todos minutos antes. Me quedé clavada en el suelo, como si fuera incapaz de moverme.
Era yo la que provocaba que estuviera así, no encontraba otra explicación.
Él no era así. Nunca había sido así, y de repente...
- Judi -Rosa rozó mi brazo y la miré-, ¿va todo bien?
- ¿Ves a Louis bien? -Contesté de inmediato.
Obtuve su silencio como respuesta.
Todo el mundo era capaz de ver que no estaba bien.

[Punto de Vista Ana]
Me sentía estúpida hasta decir basta. Me sentía tonta hasta decir basta. Me sentía ridícula.
Me sentía ridícula tratando de acercarme a Liam mientras él ponía distancia entre nosotros.
Me sentía ridícula mientras no podía apartar mi mirada de él sabiendo que él evitaba a toda costa mirarme.
Me sentía ridícula mientras bebía sin parar tratando de reunir el valor suficiente para pedirle que se marchara conmigo.
Me sentía ridícula porque él ya me había explicado que era con Sophia con quien quería estar.
Pero, aun más, me sentía ridícula por haber permitido que nos acostáramos el día anterior. Por haber renunciado a mis principios con tal de volver a sentirle conmigo. Por haber permitido que hiciera conmigo lo que quisiera.
- Ana, quita esa cara -la voz grave de Harry me sacó de mis pensamientos y lo miré con dificultad. Empezaba a ver borroso-. Te lo digo en serio, ¿quieres que me enfade? Quita esa cara.
- Liam... -Pronuncié su nombre a trompicones-. Es su culpa...
- Ya sé que es por Liam, no soy tonto, no hay más que verte. ¿Por qué no te vas a casa? ¿Quieres que te acompañe?
Sonreí. El buenazo de Harry.
- ¿Por qué está haciendo esto? -Le pregunté.
- Tú también le importas, pero lo que tiene con Sophia... Creo que ninguno llegaremos a comprender nunca qué es exactamente lo que le une a ella.
- No la va a dejar, ¿verdad? -Me miró con disgusto-. Puede que sea hora de volver a España.

[Punto de Vista Louis]
La última conversación con Judith me había dejado muy mal sabor de boca; y de eso ya hacía una hora. Apenas habíamos vuelto a hablar y, la verdad, no quería. No quería darle vueltas al tema; no necesitaba que me dijera que no estaba bien, eso ya lo sabía yo. ¿Pero “quejarse” de que me preocupaba demasiado por las cosas? ¿¡Cómo no iba a preocuparme si cada día salían trescientos rumores nuevos que podían alejarme de ella!? Di un trago a mi bebida mientras oía la risa de Zayn a mi lado. Sabía que debería olvidarme de todo ello y unirme a su conversación pero no me veía capaz de ello.
- ¡Hey!
Advertí que una persona se colocaba a mi derecha y giré la cabeza, buscando reconocerla. Abrí los ojos por completo. Era Nathalie.
- Hola -saludé, amablemente.
- ¿Cómo estás?
- Eh... -Tartamudeé, confuso ante su repentino interés por mí-. Bien, ¿y tú?
- Bien, bien -sonrió-. Qué locura lo que dijeron de nosotros en Estocolmo, ¿no?
Ah, era eso.
- Sí, la verdad es que sí.
- ¿De dónde lo sacaron? Quiero decir... -Extendió sus manos con un gesto de confusión y rompió a reír-. ¡Se lo inventaron!
- Así es -reí yo también.
- Oye, quiero que sepas que... Que yo no dije nada, absolutamente nada.
- Lo sé, tranquila -le sonreí y bebí un pequeño sorbo, convencido de que la conversación había terminado.
No estaba de humor para hablar, y menos con una casi desconocida. Busqué a Judith con la mirada. Estaba a apenas cinco pasos de mí, hablando animada con Harry y Niall.
- ¿Esa chica a la que miras es tu novia? -La voz de Nathalie sonó de nuevo a mi lado y tuve que esforzarme para no sonar desagradable.
- Sí, es ella.
- Es muy guapa -dijo, prácticamente sin darme tiempo a terminar.
- Lo es.
- ¿Estás bien con ella? -La miré sin entender su pregunta. ¿Desde cuándo Nathalie y yo teníamos la confianza suficiente para que me preguntara algo así?-. Perdona, no quiero meterme en tu vida, pero... Te he visto alrededor de... Mmm... -Colocó un dedo en sus labios, mirando hacia la nada, y después sus ojos verdes volvieron a clavarse en mí-. Alrededor de unas cinco veces. Y de esas cinco, todo el mundo estaba riendo a tu alrededor. Y hoy, sin embargo, parece que eres tú quien necesita que le hagan reír...
Entreabrí la boca. ¿Qué podía decir? Había descrito mi situación por completo.
- ¿Necesitas algo? -Cuestionó, de nuevo.
- No, pero gracias -sonreí, esta vez sí, con agradecimiento-. No llevo un buen día, no sé si ha sido buena idea venir a una fiesta...
Mis ojos se posaron de nuevo en Judith.
- No es buena idea venir a una fiesta cuando en esa fiesta también está la persona que hace que no hayas tenido un buen día... -Observé cómo sus ojos también estaban puestos en Judith y a los dos segundos los dirigió hacia mí-. No sé qué te ha hecho, pero...
- No me ha hecho nada -dije, con rapidez.
- Pareces preocupado -insistió.
- Me preocupa que todo lo que me rodea le haga alejarse de mí, eso es todo. Me preocupa que se canse de mi mundo y se marche. Ella no ha hecho nada.
Fui sincero aunque no sabía bien por qué había dicho aquello.
Puede que necesitara desahogarme con alguien.
- ¿Seguro? -Fruncí los labios-. Tal vez... Tal vez ella tenga su parte de culpa.
- No -dije, tajante.
- ¿Por qué no? ¿Por qué quieres cargar tú con todo?
- ¿Por qué estamos hablando de esto? -Reí, incrédulo.
- Porque alguien como tú se merece ser feliz, y no te veo feliz.
- ¿Y te preocupa?
- Mmmm... Sí, para que voy a engañarte -sonrió. Me sorprendí a mí mismo haciendo lo mismo-. Pareces un buen chico, Louis, no te mereces que alguien te robe la sonrisa. Y no dudo de que ella también sea buena, pero... Mírate -me señaló-. Te hace estar angustiado, preocupado, disgustado... Ni siquiera sé cómo definir la expresión que tienes -me mostró una mueca-. Y esto no es sólo tu culpa. Quizá ella no es lo que esperabas, quizá no te da lo que esperabas que te iba a dar. Yo te veo decepcionado.
- Vale, vale, para -contesté con rapidez, ante sus últimas palabras-. No nos conocemos, deja de juzgarme. Y deja de juzgar a mi novia -recalqué las últimas palabras.
- ¡Perdona! -Exclamó-. Me he metido demasiado, sí, lo sé. Lo siento. Pero... De verdad, busca lo que te haga feliz. Porque te lo mereces -se acercó a mí y se inclinó para besarme en la comisura de los labios. Permanecí inmóvil-. Puede que ella no sea la chica adecuada -torció el gesto y, sin más, se perdió entre el resto de la gente.
Me enfadé. Me enfadé de verdad. Primero, porque ella no era nadie para hablar así de mi relación.
Segundo... En realidad, le había permitido hacerlo. ¿Por qué? ¿Por qué no la había detenido antes?
Y... ¿Por qué tenía la extraña sensación de que no se había equivocado demasiado?
Puede que esto no fuera simplemente culpa mía; si Judith no hubiera sido tan insegura desde un principio, si no hubiera dudado de esto, es probable que ahora yo no estuviera dudando.
¿Era ella la causante de que estuviera así? ¿Tenía la culpa de que no pudiera dejar de preocuparme por las cosas? ¿Tenía la culpa de que “no fuera el mismo”?
- ¿Qué ha sido eso? -Zayn señaló con la cabeza el lugar donde instantes antes había estado Nathalie y me encogí de hombros.
- No lo sé -admití.
De una cosa siempre había estado seguro: Judith era la chica adecuada.
Pero ahora... ¿Estaba dudando también de eso?

___________________________________

Gracias por todas las visitas, los votos y los comentarios

Quedan cuatro capítulos para el final... ¿Imagináis cómo puede acabar?

xxx

@LookAfterYou28

All their little things | Fan-fic de Louis Tomlinson y One DirectionKde žijí příběhy. Začni objevovat