LXXXIX

4.9K 172 8
                                    

[Punto de Vista Judith]
Alex y yo caminamos en silencio hasta donde había aparcado el coche. Me monté en el asiento del copiloto y él hizo lo propio en el del conductor, segundos más tarde. Se quedó mirando al frente y apoyó con fuerza la cabeza en el respaldo, suspirando.
- Has besado a Rosa, ¿verdad? -Me miró con los ojos muy abiertos, con sorpresa al principio, aunque poco a poco esa expresión fue desapareciendo de su rostro-. Lo sabía -negué con la cabeza y me mordí los labios-. ¿Pero qué te pasa, Alex? ¿No ves con está con Niall?
- Lo sé.
- ¿Entonces?
- ¿La hace feliz? -Preguntó con seriedad.
- Pues sí -respondí al instante. ¿Estaba enfadada con él? Probablemente un poco-. Pero, en el caso de que no fuera así, eso no te incumbe. Ni debería importante tampoco, apenas la conoces.
- Me importa porque es una buena chica y no merece pasarlo mal. La primera vez que la vi estaba jodida por él. ¿O no? -Asentí de manera casi imperceptible recordando que así fue-. No merece eso.
- Rosa es feliz con Niall. Él es bueno para ella.
- No lo es.
Resoplé y retiré mi mirada de él.
- No es asunto tuyo.
- A Rosa le gusto -soltó de repente, provocando una carcajada por mi parte.
- Rosa quiere a Niall.
- Pero yo le gusto.
Contuve la respiración unos instantes. A eso era a lo que me refería cuando trataba de hacer una descripción de mi amigo y de nuestras discusiones. Era un estúpido cabezota que no se daba cuenta cuándo debía deternerse. Y me sacaba de quicio.
- Alex, no. Olvídate de ella. Y hazlo sobre todo por ti, porque pierdes el tiempo.
- No lo hago.
- ¡Pero Alex! Que tiene novio. No-vio -separé las sílabas con un evidente tono de mosqueo-. Y ni siquiera la conoces, ¿por qué tienes que estar tan empeñado?
- Porque tiene todo lo que busco. Y porque yo le gusto. Y porque él no va a saber hacerla feliz a largo plazo.
- Eres un cabezota insoportable.
- No te enfades conmigo...
- ¡Claro que me enfado! La vas a meter en un buen lío. ¿Es eso lo que quieres? Y todo por una estupidez. Mira, haz lo que quieras. Conmigo no cuentes para saber más de todo esto.
- Judith...
Abrí la puerta del coche y corrí hasta el mío, tratando de evitar el frío londinense. Entré deprisa mientras notaba vibrar el móvil en mi pantalón; seguramente sería el idiota con la cabeza más dura que había conocido nunca.
Lo peor... Lo peor es que estaba segura de que acabaría provocando una nueva discusión entre Rosa y Niall.

[Punto de vista Jud]
Intentaba ponerme otra copa cuando noté a alguien detrás de mí. Me giré ligeramente y vi a Louis sonriente, así que le devolví la sonrisa. Se colocó a mi lado y se cruzó de brazos.
- ¿Qué le has hecho a mi amigo?
Le miré con los ojos muy abiertos.
- Pero qué dices. Yo no he hecho nada -le dije con brusquedad.
La verdad es que el alcohol me estaba afectando.
Rió a carcajadas.
- No me hables así que ya lo sé, tonta -me rozó el brazo y se inclinó hacia mí-. Pero algo has hecho para que te mire como te mira.
- ¿Y cómo me mira? -Pregunté bajito, sin estar segura de querer conocer la respuesta.
- Como tú le miras a él... -Ladeó la cabeza-. Parecido.
- Lou...
- Ven -me abrazó con fuerza y me aferré a él como nunca me hubiera imaginado haciéndolo.
- No quiero irme...
- Lo sé.
Me separé de él y agaché la cabeza.
- ¿Y qué pasa con Zayn? Él me...
- Te ha besado -susurró y asentí, con algo de miedo-. Pasa que está un poco confundido, pero estará bien.
Tragué saliva al caer en ello.
- Estará bien cuando me vaya...
Me di cuenta de la verdad de esa frase. Yo le hacía sentirse mal. Yo le hacía sentirse confundido. Yo le hacía hacer cosas que no estaban bien.
- ¡No! -Exclamó-. Estará triste cuando te vayas, créeme.
- Pero se acabarán los problemas.
- No creo que te vea como un problema, él... -Se calló de pronto y miró por encima de mi hombro. Me giré para comprobar que Zayn se acercaba a nosotros-. Luego seguimos hablando, si quieres.
Me dio un beso en la mejilla y empujó a Zayn al pasar por su lado.
- ¿Te pasa algo? ¿Estás bien? -Zayn se agachó ligeramente como solía hacer para que nuestros ojos se encontraran con facilidad. Todo lo que pude hacer es asentir, pero él negó con la cabeza-. Ven conmigo.
Cogió mi mano y salimos del salón. Caminó unos cuantos pasos hasta que llegamos al final de un pasillo y se detuvo, girándose para colocarse frente a mí. Supe que estaba inspeccionando mi cara, que seguramente tendría un aspecto pésimo después de todo el alcohol que llevaba en vena.
Mi corazón, en cambio, ya no estaba en una situación pésima, no... Simplemente se había detenido. En el momento en que los labios de Zayn habían rozado los míos, justo ahí.
- Jud... ¿Es por lo de antes?
- ¿Tú estás bien? -Pregunté, dándome cuenta que era lo único que quería saber.
- Yo... -Rió y me miró con una sonrisa en sus labios-. Me siento raro, nunca me había pasado algo así. Pero no estoy mal.
- Pero es que yo no quiero ni que sientas raro. No por mi culpa, no porque...
- Jud -sostuvo mis hombros y me miró fijamente-. Aquí la que importa eres tú.
Lo poco que me quedaba de corazón se me encogió.
- No.
- Sí.
- No.
- Ya te digo yo que sí. Siento... Siento haberlo hecho, pero lo siento por ti, no por mí. No me arrepiento. Estoy bien. Y lo volvería a hacer.
Entreabrí la boca sin darme cuenta, pensando en volverlo a hacer, y supe que su mirada se había dirigido a ella. Pasó la lengua por sus labios y se acercó a mí.
Ya había hecho eso antes y sabía cómo iba a acabar.
Cogió mi cara con una de sus manos mientras nuestros labios chocaban de nuevo y me eché hacia atrás, apoyándome en la pared. Coloqué mis manos en su espalda, empujándole hacia mí, deseando por enésima vez que ese momento no se acabara nunca.
- Jud... -Dijo, al separarse-. Yo sólo quiero que tú estés bien.
En esos momentos no sabía cómo estaba. La cabeza me daba vueltas, y no era el alcohol. Era la emoción, la euforia del momento, la incredulidad que me producía todo lo que estaba pasando. Y el dolor de saber que eso no conducía a ninguna parte.
En cualquier caso, seguía pensando que no podía ser verdad.
Me descubrí a mí misma pellizcándome el brazo izquierdo.
Aunque, ¿para qué? Si eso era un sueño no quería despertarme.
- Dime qué piensas.
- No sé. Nada. No sé. No puedo creerme todo esto.
Rió a carcajadas y me abrazó con fuerza, mientras entrelazaba una de sus manos con las mías.
- No sabes lo especial que eres para mí. Ni te lo imaginas.
- Pero... ¿Por qué? ¿Por qué yo? No he hecho nada.
Nos separó y clavó sus preciosos ojos, que brillaban, en mí.
- Your hand fits in mine like it's made just for me...-Tararéo sonriente. Elevó nuestras manos unidas y agaché la cabeza intentando contener las lágrimas-. No lo sé, Jud, pero lo eres. Y... No quiero pararme a pensar mucho en ello, en lo que podría pasar contigo, en lo que... Podríamos ser -le miré de nuevo-. Yo quiero a Perrie, lo hago, pero tú... Si te quedaras más tiempo, probablemente me volvería loco. Evito pensar en todo esto, y por eso probablemente sólo puedo pensar en que no quiero que te vayas.
Sollocé durante unos instantes pero supe que no podría aguantarlo más. Rompí a llorar y me estrechó entre sus brazos mientras me besaba con suavidad el pelo.
¿De verdad todo eso era real?
¿De verdad tenía que acabarse?

[Punto de Vista Rosa]
Después de tumbarme en la cama de Harry durante un buen rato, con Niall al lado, parecía que el mareo iba desapareciendo en mí. Sabía que no podía durar mucho más tiempo teniendo en cuenta que lo había echado todo. Todo.
Niall me acariciaba el pelo mientras estaba apoyada en su pecho y le oía respirar con tranquilidad. Me alegraba saber que no estaba incómodo por estar donde estábamos... Al fin y al cabo, yo esa habitación la había pisado muchas veces ya... Con Harry.
Sacudí la cabeza alejando esos pensamientos de mí. No echaba de menos esos momentos, pero me ruborizaba pensar en ellos. Harry era Harry. Fin.
Por otro lado... ¿Qué narices había pasado con Alex? Era gracioso porque ni siquiera recordaba bien qué me había dicho. Cosas malas, eso seguro, porque sentía serios impulsos de correr hasta donde estuviera y romperle la nariz de un puñetazo. Estaba violenta, desde luego. Pero porque sabía que no me había hablado bien de Niall. Y eso no, eso sí que no.
Y, aun por encima, me había besado. ¿Y qué tenía que hacer yo ahora? ¿Contárselo a Niall? No quería otra discusión más, no quería más problemas ahora que volvíamos a estar bien. ¿Pero cómo iba a ocultárselo...?
Sí, sí. Tenía que ocultárselo. Total, no tenía importancia. Para mí no, desde luego. Había sido un beso no deseado.
Y no iba a permitir que un beso no deseado estropeara lo mío con Niall.
- ¿Estás mejor?
- Mmm... Sí.
- ¿Quieres que nos vayamos?
- Vale.
Me incorporé poco a poco, respirando profundamente, evitando que las naúseas volvieran a mí. Cuando parecía controlado, caminamos hasta el salón con todos.
En apenas cinco minutos, estábamos dentro de un taxi. Las ganas de llegar a su casa y descansar aumentaban por momentos.
Me quité el abrigo y me tumbé en su cama, sabiendo que sólo un milagro podría moverme de allí en esos momentos. Se me cerraban los ojos y seguía teniendo la tripa algo revuelta.
Reparé en Niall, que estaba quitándose la camisa en esos momentos. Estaba demasiado callado.
- ¿Tú estás bien? -Pregunté.
Me miró con media sonrisa.
- Sí, ¿por qué?
- Estás muy callado...
- No quiero molestarte si no te encuentras bien.
- Tú nunca molestas.
Amplió la sonrisa y se desabrochó el botón de su pantalón. Con ese simple gesto, mi deseo palpitó.
- Es una pena que te encuentres mal, la verdad.
- ¿Por qué?
- Porque desde que has aparecido por la puerta, tan preciosa, en lo único en lo que he pensado ha sido en quitarte la ropa -me dijo con toda la naturalidad del mundo. Se deshizo de sus pantalones y se encogió de hombros, mirándome-. Otro día.
Me incorporé al instante.
El milagro había ocurrido. Se llamaba Niall.
Caminé hasta él y rodeé su cuello con mis manos mientras le besaba con fuerza, haciendo incluso que se tambaleara. Sentí su sonrisa bajo mis labios pero la ignoré.
Si él me deseaba, ignoraba todo lo demás. Incluso el cansancio y los mareos habían desaparecido en mí.
Si él me deseaba, todo lo demás desaparecía.
Porque yo le deseaba aún más.
Me desnudó en apenas cinco minutos y me giró para apoyarme en la pared, pegándose él a mí, recorriendo mi cuello con intensos besos mientras sus manos no dejaban un solo lugar sin rozar de mi piel. Subió con delicadeza una de mis piernas hasta colocarla a la altura de sus caderas y se juntó más a mí.
- Mira lo que provocas en mí, eres... -Rió y acercó su erección a mi centro del deseo, sin llegar a hundirse en mí. Gemí, y le pedí con la mirada que lo hiciera, pero se dedicó a juguetear.
- Niall...
- Dime lo que quieres.
- A ti...
- ¿Dónde? -Exhibió una sonrisa cargada de picardía y dejé escapar otro gemido cuando noté de nuevo su contacto en mí.
- Niall... -Bajé las manos hasta el final de su espalda y le empujé hacia mí.
- Tranquila, princesa. No voy a hacer que sufras mucho más tiempo.
Entró en mí con una simple embestida y grité con fuerza mientras mordía el lóbulo de mi oreja. Enredé las dos piernas en su cintura y comenzó a moverse con lentitud sobre mí, mientras acariciaba mis pechos con una mano, sin dejar de clavar sus ojos azules en los míos. Busqué sus labios y me los ofreció al instante, fundiéndonos en un beso lleno de intensidad, sin interrumpir sus delirantes movimientos.
- Rosa, me vuelves loco...
Apoyó su cabeza en mi cuello y, sintiendo su respiración sobre mí, alcancé el éxtasis.

[Punto de Vista Zayn]
Sabía que Jud cogía el avión a las doce de la mañana, así que procuré estar bajo su casa a eso de las nueve y media. Casualidades de la vida, cuando me disponía a entrar en el portal, Judi salía de él.
- ¡¡Zayn!! -Me abrazó con fuerza y sonreí-. Me voy a la entrevista, ¡deseame suerte!
- No la vas a necesitar, te van a coger.
- ¡Pero deseámela!
Reí.
- Suerte, tonta -nos abrazamos de nuevo y salió corriendo.
Me detuve un rato mirándola. Desde luego, era la chica perfecta para Tommo. Tan alborotadora y terremoto como él.
Subí las escaleras despacio, preguntándome si debía estar allí o no. En teoría, Jud y yo nos habíamos despedido la noche anterior, pero ya desde un principio supe que no tendría bastante con eso. Quería volverla a ver, tantas veces como pudiera.
Lo que no sabía es si ella quería volver a verme a mí. Parecía bastante afectada después de... Todo lo que había pasado. Después de besarnos. Varias veces.
Llamé a la puerta, indeciso todavía, y me abrió una adormilada Alba.
- Ay, Albi, qué mal te sienta madrugar, estás horrible.
- Encima con cachondeo. Si no me hubierais retenido ayer...
- Pero si eres tú, ¡que te va la fiesta más que a nadie! -Me empujó y entramos en el salón, donde estaban Jud y Ana-. Hola -saludé con la mano.
Jud levantó la cabeza al instante y me miró extrañada.
- Qué pasa, Malik -me contestó Ana, con desgana. Otra que no sabía madrugar.
- Vengo a despedirme de vuestra amiga.
- ¡¡Ah!! -Ana se levantó de un golpe y caminó hasta Alba-. Pues os dejamos solos.
En menos de cinco segundos, estaban fuera del salón. Me acerqué hasta Jud, que sostenía uno de los jerseys que la había regalado en la mano.
- Me lo voy a poner hoy -dijo, sin más.
- Me alegra mucho que te guste.
- Es tuyo. Claro que me gusta.
Acabé con los pocos pasos que nos separaban y la abracé de nuevo. No me sentía capaz de hacer otra cosa.
- En media hora tengo que salir hacia el aeropuerto y no paro de preguntarme por qué no puedo quedarme...
Nos separé y la cogí el rostro.
- Vamos a volver a vernos.
Negó.
- ¿Cuándo?
- Pronto.
- No, Zayn. No es así. Y no quiero que me lo digas, no quiero que me hagas falsas esperanzas para nada. No quiero porque me duele. Y porque voy a llegar a Barcelona, y voy a estar mal. No quiero esperanzas. Ya no más.
- No son esperanzas, es una realidad. Vamos a volver a vernos.
- Me he fundido los pocos ahorros que tenía estando aquí, no voy a poder volver en mu...
- ¿Quién ha dicho que tengas que volver? -Pregunté, cortándola-. Te prometí que iría a verte allí, ¿no te acuerdas? Y tú me prometiste que me enseñarías Barcelona -desvió su mirada hacia otro lado-. ¿Qué pasa?
- Que no lo vas a hacer, no quiero que lo digas.
- Claro que lo voy a hacer.
- No lo vas a hacer.
- Te lo prometí.
- Ya. Claro.
- Jud...
- ¿Y qué pasa con Perrie? Se enfada si salen fotos nuestras, ¿crees que no se enfadará si vienes a verme? -Hizo una pausa-. Para, Zayn, no quiero que me digas estas cosas.
- Me da igual que se enfade.
- No te da igual. Y a mí tampoco. No quiero esto más. Ha sido increíble, ha sido mucho más que increíble, pero... Se acabó, es así, y no quiero pensarlo más, ni quiero soñar con que vuelva a...
La callé de la única manera que me veía capaz. Besándola de nuevo.
- No me importa lo que pienses. Ni lo que piense el resto del mundo. Voy a volver a verte. Y ya está -rocé de nuevo sus labios y observé cómo mantenía los ojos cerrados-. Me gustaría que me creyeras, pero si no es así tampoco me importa demasiado. Porque voy a demostrártelo. No sé qué me está pasando, no sé si esto está cambiando algo de mi vida de verdad, sólo sé que quiero tenerte cerca. Y si tienes que irte, haré lo posible para que la distancia no sea muy grande -suspiré y nos miramos unos segundos-. ¿Te ayudo con algo?

[Punto de Vista Jud]
Cuando Zayn me dio el que, supuestamente, era nuestro último abrazo, algo dentro de mí me dijo que no debía pensar de esa manera. Que realmente íbamos a volver a vernos.
¿De qué servía todo eso? ¿Cómo acabaría todo entre nosotros? ¿Qué quería de mí, aparte de tenerme cerca como había dicho? ¿Estaríamos bien los dos?
Mi cabeza estaba llena de preguntas que no parecían tener respuesta.
Pero ahora sabía que volvería a verle. Y eso era lo único que me importaba.
- Más pronto de lo que piensas... -Susurró en mi oído sin soltarme-. Escríbeme cuando llegues, ¿vale? -Dejé escapar una lágrima y asentí-. Te voy a echar de menos, pero eso ya lo sabes.
Sollocé y me limpié los ojos.
- Puede que algún día me atreva a decirte todo lo que significas para mí -le dije de carrerilla, abrazándome a él de nuevo. Apoyó su cabeza en la mía y sentí cómo suspiraba-. Cuídate, ¿vale?
- Y tú.
Apretó con fuerza mi mano y salió de casa.
Rompí a llorar de nuevo mientras Ana me abrazaba por detrás.
Todas ellas, incluida Judith, recién salida de su entrevista, me acompañaron al aeropuerto. Nos fundimos en un abrazo entre lágrimas y me separé de ellas doliéndome el corazón como nunca lo había hecho.
Pero feliz. Feliz porque habían sido unos días maravillosos. Con ellas. Y con ellos.
Y con Zayn.
Feliz porque jamás podría olvidar todo aquello.
Y feliz porque, ahora sí, estaba segura de que no se había acabado.

_________

Perdonad la tardanza, estoy con trabajos y exámenes en la universidad y no tengo tiempo para nada :(((

Gracias por el comentario MariaMars :) Yo también soy española :D

Y gracias, como siempre, a Nerea :)))

@LookAfterYou28

All their little things | Fan-fic de Louis Tomlinson y One DirectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora