All their little things | Fan-fic de Louis Tomlinson y One Direction

LV

[Punto de Vista Rosa]

Jamás había visto a Ana tan nerviosa, y eso que la había visto muchas veces nerviosa. Jud estaba completamente callada, in another world, como solíamos decir. Las comían los nervios a las dos, estaba más que claro.

- ¿Hacemos un pase de modelos antes de salir de casa? –Propuso Judith, imagino que intentando liberar tensiones-. Venga, Ana, ¡c’mon, c’mon, and dance with me, baby! –Se sentó en el sofá y me senté junto a ella, esperando que nuestras tres amigas desfilaran para nosotras-. Con un vestido azul oscuro que no deja nada a la imaginación, aquí tenemos a… A-A-A… ¡¡Anaaaaa!! –Ana se paseó delante de nosotras. Llevaba EL escotazo.

- Con un simpático vestido blanco que la hace parecer una muñequita, está ante nosotros la guapísima Jud, ¡¡dispuesta a conquistar a todos los ingleses de este mundo!! –Jud hizo lo mismo que Ana mientras se reía.

- Y por último, con un impresionante vestido negro que la va a hacer deslumbrar… ¡¡Albaaa!!

- Ala, ya, vámonos –dijo Ana casi sin dar tiempo a terminar la frase-. De verdad estoy muy nerviosa.

- ¿No me digas? –Me burlé-. Si no se nota apenas…

Intercambié una mirada con Judith y sonrió. En realidad entendíamos sus nervios, pero no por ello dejaba de ser gracioso.

- Vosotras también estáis muy guapas, chicas –nos dijo Alba sonriente.

Judith había optado por una falda de tubo negra con una camiseta granate de encaje, y se había ondulado el pelo, igual que había hecho yo. En realidad, íbamos bastante parecidas. Yo también llevaba una falda de tubo y una blusa rosa palo muy bonita.

- ¡Venga, movimiento! –Gritó Judith mientras cogía su abrigo. Cada vez era más gritona. Alguien se lo estaba pegando...-. Yo me iré pronto, que mañana tengo que estudiar mucho, pero no me importa cogerme un taxi para volver.

- ¡De eso nada! –Contestó Alba-. Te traes el coche y ya nosotras nos apañamos. Si además, no creo que ninguna podamos conducir…

- Borrachilla… De todas formas, lo mismo hasta podemos dormir allí –dije como si no tuviera importancia.

- ¿¡QUÉ!? –Gritó Ana.

- ¿¡DÓNDE!? –La imitó Jud.

Reí. Tenían que acostumbrarse a ello…

Una vez que estuvimos frente a la puerta de casa de los chicos, sus nervios se multiplicaron por cien.

- No puedo, no puedo, no puedo –repetía Ana.

- Ni yo, ni yo, ni yo –la seguía Jud. Observé cómo tenía aferrada la mano de Judith, como si eso la diera algo de tranquilidad.

- Calma, chicas –dijo ésta con la más grande de las sonrisas-. Son geniales, de verdad…

- ¡¡Sí, eso ya lo sabemos!! –Chilló Ana, cortándola.

- En seguida os sentiréis cómodas. En serio, hacedme caso –se aproximó a la puerta y llamó.

- ¡¡¡NOOO!!! ¿Pero por qué llamas ya? Que todavía no me había mentalizado.

La di un codazo a Ana.

- Pues haber sido más rápida, no vamos a quedarnos aquí toda la noche.

- Uuuuh, me sé de una que tiene ganas de ver a alguien –Judith se giró y me guiñó un ojo.

- Yo me sé de dos –se lo devolví y rió.

La veía más animada que esta tarde y eso me alegraba mucho; no soportaba verla decaída.