All their little things | Fan-fic de Louis Tomlinson y One Direction

IX

[Punto de Vista Judith]

Me levanté a la mañana siguiente con varios mensajes en el móvil. Unos cuantos de Max y uno solo de Louis. En cuanto pude abrir los ojos del todo leí el del chico de los ojos azules, porque los de Max podían esperar.

“Ya que hoy no podré verte, al menos espero que pases un gran día. No me eches mucho de menos.. ;)”.

Sonreí ampliamente.

Max me pedía quedar por la noche y acepté a regañadientes. Desde lo del otro día apenas había hablado con él y no es que me apeteciera en exceso, sobre todo porque sabía qué rumbo iba a tomar la conversación y prefería evitarla.

Tuve que decirme una y mil veces a mí misma que era mi novio y que no podía estar eternamente enfadada con él. Así que acepté la invitación de cenar en su casa.

Sorprendentemente, todo fue de maravilla. Incluso escuchó con atención y sin malos gestos todo lo que le conté de Louis. Hasta pude ver alguna que otra sonrisa cuando le hablé de algún momento divertido. Ese era el Max que me gustaba, con el que se podía hablar, con el que se podía estar. El que era cariñoso, agradable, atento y divertido.

Esa noche me sentí muy bien con él, fue uno de esos momentos en los que entendía por qué seguía con él pese a todo lo malo.

[Punto de Vista Louis]

Por extraño que pareciera, un día sin ver a Judith se me hizo muy raro. ¡Apenas la conocía! ¿Qué me estaba pasando? Al menos, me mantuve constantemente ocupado. La gira empezaba a acercarse y al menos tenía que empezar a ponerme en forma.

Por la noche, Zayn y yo salimos a cenar. Me contó, preocupado, que las cosas con Perrie marchaban algo regular, porque la distancia empezaba a afectarles. Pero le aseguré, completamente convencido, que eso no duraría mucho. Se querían. Se querían de verdad. Sólo era un mal momento.

Después de la cena se encontró con un par de amigos y aproveché el momento para llamar a Judith. Habíamos estado mandándonos mensajes todo el día pero lo que quería decirle era mejor hacerlo por teléfono. Además, era una buena excusa para escuchar su voz.

- ¿Lou? -Preguntó al descolgar el teléfono.

- ¿Lou? -Contesté divertido.

- ¿Qué pasa?

- Nunca me habías llamado Lou -reí.

- De acuerdo, Louis William Tomlinson.

Reí.

- Te llamo para preguntarte si quieres quedar mañana, por la tarde. ¿Tienes que trabajar?

- No, he estado hoy en el bar. Así que genial, vale. ¿A qué hora?

- ¿A las seis?

- ¿Tienes algo pensado?

- Sí, voy a llevarte a un sitio.

- Uhh, que intriga, el chico de los misterios -rió-. Vale, pues a las seis te veo en mi casa.

- ¿Estás con Malcolm in the middle?

Oí su risa disimulada al otro lado del teléfono.

- Sí, mañana te mataré por esto.

Zayn se acercó a mí y me interrogó con la mirada.

- Venga, rubia, y después... ¿Qué harías sin mí? Piénsalo.

La colgué de inmediato, con una sonrisa en los labios.