LXXXVIII

4.1K 171 2
                                    

[Punto de Vista Rosa]
Empezaba a ver borroso. Sabía que Harry y Alex estaban a mi lado, hablando, pero hacía rato que no distinguía bien sus figuras. No me encontraba nada bien.
Tenía que plantearme dejar de beber tanto.
- Voy al baño -dije cuando ya no pude más.
Apoyé el vaso en la mesa y Harry me cogió de la mano antes de que empezara a andar.
- ¿Estás bien? Tienes mala cara.
- Sí. No. Sí -resoplé-. Me da vueltas todo realmente, pero se me pasará. Sólo necesito un poco de agua fría.
- ¿Te acompaño? -Me miró preocupado y sonreí.
- Estoy bien.
- Te acompaño yo -la voz de Alex sonó a mis espaldas y sentí su mano al final de mi espalda-. No te vayas a marear, Rosita, ¿después qué haríamos sin ti? Vamos, anda.
Asentí sin oponer resistencia. En esos momentos no podía enterarme de nada, lo único que quería era un chorro de agua fría resbalando por mi cara. Iba a meter la cabeza debajo del grifo, lo tenía claro. Incluso aunque eso supusiera perder mi flequillo.
Me giré ligeramente antes de salir del salón, buscando a Niall con la mirada. Cuando volví a mirar al frente, sentí de nuevo el mareo en mí.
- Se os ve bien -comentó Alex, a mi derecha.
Decidí no mirarle por lo que pudiera pasar: otro breve mareo de esos que me estaban dando y caería redonda al suelo.
- Eh... Sí...
- ¿Llevais mucho tiempo?
Me abrió la puerta del baño y corrí, literalmente, al grifo. Lo abrí y me metí debajo. De verdad me sentía incapaz de hacer otra cosa que no fuera esa.
- Uf... -Resoplé una vez que corté el agua y me apoyé en el lavabo.
- ¿Estás mejor?
- Estaré mejor en unos minutos. Sólo necesito algo de reposo.
- Has bebido demasiado.
- He perdido la cuenta... -Me pasé la cara por las manos y después dirigí mi mirada hacia él. Estaba en frente de mí, con los brazos cruzados.
- No has contestado a mi pregunta.
Fruncí el ceño. ¿De qué hablaba?
- ¿Eh?
- Te he preguntado si llevas mucho tiempo con Niall.
Ah, sí, es verdad.
- Mmm... Bueno, no mucho, supongo.
-¿Y qué tal?
- Bien, es un buen chico -suspiré, tratando de controlar las naúseas que me estaban viniendo.
Esa sensación horrible no se me pasaba.
- ¿Sólo bien?
Observé cómo se acercaba a mí y cerré los ojos.
De verdad, estaba mareadísima.
- ¿Tenéis problemas?
Abrí los ojos de nuevo y los clavé en él. ¿Qué hacía recibiendo un interrogatorio en mi estado? Sólo quería echar todo lo que había bebido.
- Como todas las parejas... -Contesté tratando de no parecer una maleducada.
- No todas. No hay por qué tener problemas siempre -avanzó otro paso hacia mí y se quedó demasiado cerca. ¿Qué estaba haciendo?-. Rosa, no tienes por qué tener problemas.
- Eh...
Estaba completamente alucinada. ¿Qué estaba pasando?
- No dudo que sea un buen chico, ¿pero sabrá hacerte feliz a la larga?
- Eh...
- ¿Qué pasará cuando se vaya tantos meses fuera? ¿Podrás con todos los rumores? ¿Serás capaz de aguantar todo? Puede ser un buen chico, pero eso no significa que pueda darte una buena relación.
- Para el carro -alcé la mano y le miré torciendo el gesto-. No estamos en misa, no necesito un sermón, ¿a qué viene todo esto?
- Yo sí puedo darte una buena relación.
Dejé caer el brazo por pura incredulidad y le miré sin entender nada.
¿Lo peor? Que Judith llevaba razón.
- Eh... -Traté de contestar pero realmente no sabía bien qué decir.
Según como me encontraba, una conversación así era mucho más de lo que podía soportar.
Decidió acabar con ella. Salvó la distancia entre nosotros y, cogiéndome el rostro, me besó con fuerza. Deslizó sus manos hasta mis caderas, juntándome aún más a él, y movió sus labios sobre los míos sin olvidar esa fuerza del primer instante, pero con ternura, con mucha ternura.
Realmente no quería seguir con eso, pero no veía forma alguna de apartarme.
Moví la cara apenas unos milímetros, los suficientes para que entendiera que debía detenerse.
- Yo te gusto -dijo, sin más, todavía con su rostro pegado al mío-. Lo sé. Y tú, Rosa... Tú tienes algo que hace que me esté volviendo loco.
Una náusea aún más grande que las demás vino a mí.
Apoyé las manos en su pecho y le eché hacia atrás.
- Mejor vete.
- Soy mejor para ti de lo que él va a ser nunca.
- Puede, ya si eso te llamo cuando lo compruebe. Ahora, si me dejas... Por favor...
- Rosa...
- Alex, de verdad, necesito unos minutos de intimidad. Cierra la puerta cuando salgas.
Traté de hacerme la digna sabiendo que no iba a aguantar mucho más tiempo.
- Está bien. Hablaremos de esto.
Asentí para no tener que pronunciar una palabra más y en unos segundos estaba sola en el baño.
Corrí hasta la taza del váter.
De verdad iba a dejar de beber.

[Punto de Vista Zayn]
- Acompáñame a por otra botella de ron -cogí a Jud de la mano y la saqué del salón.
- Harry ha dicho que no saquemos más, que ya vamos todos bastante...
- Chsss, nunca es bastante. Sé dónde las guardan.
La escuché reírse a mi lado.
- Te veo descontrolado.
- ¡Es tu última noche! No tienes que olvidarla nunca.
- Si sigues dándome de beber mañana no me acordaré...
- Me encargaré de recordártelo entonces.
- Además, tengo que madrugar, y...
- ¡¡Deja de protestar!! O te pondré un bozal.
- No soy un perro.
- No, eres una chica protestona.
La guiñé un ojo y me detuve ante un armario. Lo abrí con cuidado y apareció ante mí todo un arsenal de bebida.
- Sois unos alcohólicos.
- Tú has contribuido a que esta bebida disminuyera, así que no deberías hablar muy alto...
Busqué el ron entre todas las botellas y la sostuve con una mano mientras con la otra volvía a cerrar las pequeñas puertas del mueble.
- Zayn, de verdad voy bastante mal, yo no quiero beber más...
Puso cara de pena y deposité la botella en un lugar seguro para poder cogerla la cara y mirarla fijamente a los ojos.
- Si haces eso, mañana a estas horas estarás arrepintiéndote de ello.
- ¡Deja de recordarme que tengo que irme! No quiero.
- Yo tampoco -me miró con tristeza en sus ojos y me acerqué más a ella-. De verdad no quiero. Pero sé que volveremos a vernos.
- Prométemelo...
Sonreí y observé cómo ella también curvaba sus labios. Y ahí me detuve, en ellos. Nunca había reparado tanto en cómo dibujaba sus sonrisas; nunca antes los había tenido ante mí de esa manera.
No sé cuánto tiempo llevaba deseando hacerlo, probablemente desde el segundo día, pero en esos momentos fui consciente de verdad de todo.
Ella era realmente muy especial para mí.
No pude, ni quise, rechazarlo más.
Me incliné hacia ella sin soltar su rostro y observé cómo cerraba los ojos. Yo también lo hice; ante todo, para poder disfrutar con plena consciencia de lo que iba a hacer.
La besé con delicadeza, apenas rozándola, dejando que la lentitud se apoderada de nosotros y que no acabara nunca ese momento. Apoyó tímidamente sus manos en mis brazos y le di intensidad al beso.
Tuve que recordarme a mí mismo varias veces que lo que estaba haciendo no estaba bien para lograr apartarme; por mucho que lo deseara, no estaba bien.
Sus ojos brillaban cuando me alejé de ella y sólo pude decirla lo que quería oír.
- Te lo prometo.

[Punto de Vista Niall]
- Oye, deberías ir a buscar a Rosa... -Harry apoyó su mano en mi hombro y le miré sobresaltado-. Hace un rato se ha ido al baño, no se encontraba muy bien.
- ¿Por qué no me lo has dicho antes?
- Porque tan poco estaba tan tan mal -puso los ojos en blanco-. Pero vete a ver, por si acaso.
- Vale, Hazza, gracias -le di unos golpecitos en el pecho y caminé hasta allí-. Rosa... -Llamé a la puerta.
- ¡¡No entres!!
- ¿Cómo que no? Voy a entrar.
- ¡¡No!!
Abrí la puerta y la encontré sentada junto a la taza del váter. Cerré de inmediato y caminé con rapidez hacia ella, agachándome para colocarme a su altura.
- ¿¡Qué te pasa!? ¿Necesitas algo?
- Ya no, el alcohol ya ha desaparecido de mi cuerpo. Ahora sólo quiero reponerme -la acaricié las mejillas, aliviado cuando comprobé que tenían un buen color, su color habitual-. No te preocupes, Ni, estoy bien.
- ¿Por qué no me has avisado?
- Pensaba que se me pasaría con un poco de agua fría, despejándome. Además, no quiero que me veas así...
- Pero, Rosa, yo quiero estar a tu lado en cualquier situación. No seas boba, no vuelvas a decir eso -me incliné hacia ella pero contrajo los labios y negó con la cabeza. Suspiré, la cogí la cara con fuerza y la besé pese a sus intentos de que no fuera así-. ¿Quieres que nos vayamos a casa?
- Es el último día de Jud... Mejor nos quedamos otro rato. Ya estoy mejor, de verdad.
- Como quieras, pero si te encuentras mal... -Asintió-. Ven, anda.
Cogí su cintura y nos incorporamos a la vez. La abracé, apoyando mi cabeza en la suya, dándola un suave beso en el pelo.
- Cualquier cosa que necesites, dímelo, ¿vale? Cualquier cosa. Siempre -se revolvió en mis brazos y colocó sus manos en mi espalda-. Siempre.

[Punto de Vista Judith]
- Que no, Liam, que hoy no me lías.
- ¡No seas cagona! ¿Qué daño puede hacerte un chupito?
- Pues igual un chupito sólo, sin más, no me hace mucho daño. Pero teniendo en cuenta que me habéis obligado a beber, que llevo cuatro copas, y que tengo que levantarme pronto porque tengo una entrevista verdaderamente importante... Igual ahí sí hace daño.
Me miró con seriedad.
- Cagona.
- Déjala -me defendió Ana, abrazándome.
- Eso, déjame.
- Es la única que sigue mi ritmo, es lógico que la eche de menos -le sacó la lengua a Ana y sonreí. Se les veía tan bien...
- Judi -Alex apareció a nuestra izquierda y le miré. No tenía buena cara-. ¿A qué hora querías irte?
- Pues... Dentro de poco, ¿por qué?
- Creo que me iré contigo.
Iba a preguntarle pero algo me dijo que estaba pasando algo y que no era momento ni lugar para hablarlo. Más que nada, porque estaba completamente segura de que se trataba de Rosa.
Ana se alejó de mí entendiendo la expresión de Alex y se llevó a Liam. Apoyé una mano en el hombro de mi amigo.
- ¿Estás bien?
- Sí, sólo... Cuando nos vayamos, ¿podemos hablar?
- Claro. ¿Quieres que nos vayamos ya?
Suspiró.
- Cuanto antes mejor.
- Dame cinco minutos -dije, sin pensármelo dos veces. Si Alex me necesitaba, me tendría, así de simple. Era mi amigo de toda la vida-. Voy a despedirme de los chicos.
Caminé, primero, hasta Jud, que hablaba con Harry.
- Me voy, ¿vale?
- ¿¡Ya!? -Jud exhibió un puchero.
Reí.
- Sí, ven un momento -la cogí la mano y nos alejamos un poco-. Creo que ha pasado algo con Alex y... Rosa.
- ¿¡Qué!?
- Sí. No me ha dicho nada, pero le conozco, y estoy casi segura de que ha sido eso. Necesita hablar, así que...
- Vale, sí, no te preocupes.
- Ojala pueda acompañarte mañana al aeropuerto. Si termino pronto la entrevista voy corriendo a casa, ¿vale?
- Ojala puedas, porque yo también necesito hablar -la miré con el ceño fruncido-. Zayn me ha besado -susurró.
Abrí los ojos como platos, todo lo que pude, y contuve las ganas de gritar.
- ¿Que? ¿Zayn? ¿Besar? ¿Te ha besado? ¿Zayn?
- Chs... Mañana hablamos -asentí, tragando saliva.
No estaba sorprendida por el hecho de que Zayn quisiera besar a Jud, estaba sorprendida por el hecho de que se atreviera a hacerlo.
- Madre mía, Jud.
- Lo sé.
- ¡Madre mía!
- Lo sé, lo sé, lo sé. Te prometo que ya no tengo corazón, o sea, ha desaparecido. Se lo ha llevado él con ese beso.
- Madre mía... Madre mía.
- Venga, vete, anda. Mañana hablamos.
- Vale... Madre mía. Hasta mañana, rompecorazones.
Nos dimos un fuerte abrazo y decidí retirar de mi mente lo que acababa de contarme y dedicarme a despedirme de todos. Dejé a Louis para el final, sabiendo que la despedida iba a ser más bien... Complicada.
- ¿Con él? -Preguntó, con una mueca en la cara, después de explicarle que no me iba sola.
- Sí, dice que está cansado y como yo también quiero irme pronto... -miró hacia otro lado, un gesto que repetía mucho cuando algo le mosqueaba-. Louis, por favor... Por favor, no hagas esto -cogí sus manos y dirigió su mirada a mí de nuevo-. Por favor, confía en mí. Por favor. Por favor -dije por cuarta vez-. No tienes nada de que preocuparte, hazme caso. Confía en mí.
Estaba repitiendo una y otra vez las mismas cosas, pero podía leer en sus ojos la desconfianza creciente y una punzada de nervios no dejaba de recorrer mi estómago.
No quería que no confiara en mí. Ahora sabía cómo se sentía cuando yo no confiaba en él, y era... Horrible.
- ¿Me das un beso? -Pregunté, casi con miedo. Se inclinó hacia mí y pasé mis brazos por su cuello para tenerle aún más cerca-. ¿Te enfadas conmigo?
- No...
- ¿De verdad?
- De verdad.
- ¿Confías en mí?
- Sí.
Suspiré.
- ¿Puedes sonreír? Por favor, Lou, no va a pasar nada, sólo me importas tú. ¿Dónde está toda la seguridad que tenías en ti mismo?
- Se perdió con tus miedos -contestó al instante.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo y bajé la cabeza.
- Vamos a hablar -susurré, cogiendo su mano de nuevo y queriendo alejarnos de allí. No había nada que me importara más que él, y no iba a dejar las cosas así.
Permaneció inmóvil y le miré sin comprender.
- Vete si quieres irte, Judi.
- No voy a irme así. No voy a irme viéndote así. Soy capaz de quedarme toda la noche sólo para verte bien, pero ten en cuenta que si pierdo el trabajo en Empire sólo tú eres el culpable... -Traté de bromear y sonrió ligeramente-. Louis sólo me importas tú. No hay ningún otro chico más. Confía en mí.
Pasó sus manos por mi cintura, inesperadamente, y me abrazó con mucha fuerza, muchísima.
- Confío en ti -dijo en mi oído, haciendo que sonriera. Me elevó ligeramente por los aires y, cuando me dejó de nuevo en el suelo, estaba sonriendo él también.
- Mañana tenemos que hablar, ¿recuerdas?
- No podría olvidarlo.
- No lo hagas -acaricié sus mejillas y le besé en los labios de nuevo-. Soy tuya -dije clavando mis ojos en los suyos-. Hasta mañana, Lou.
- Hasta mañana, pequeña -me abrazó de nuevo y suspiré aliviada.
Apenas podía creerme todo lo que significaba para mí. En tan poco tiempo.

______________________

@LookAfterYou28

All their little things | Fan-fic de Louis Tomlinson y One DirectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora