LXXII

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[Punto de Vista Judith]
Estaba de espaldas a Louis cuando abrí los ojos, rezando porque no hubiera demasiada luz en la habitación. El chico de los ojos azules me tenía abrazada a él con uno de sus brazos y su respiración me decía que estaba despierto. Así que me di la vuelta con una sonrisa, quedándonos frente a frente.
- Buenos días -acaricié su rostro y me aproximé para darle un suave beso.
- Buenos días, pequeña.
Subí la mano hasta su frente, por donde caía su alborotado pelo, y sumergí mis dedos en él.
- ¿Llevas mucho despierto? -Pregunté, todavía con la voz algo tomada. Normalmente cuando me despertaba estaba bastante rato sin poder hablar en condiciones.
- No mucho, tranquila. De todas formas, me gusta verte dormir -reí durante un par de segundos y nos miramos fijamente-. Me gusta todo de ti, en realidad.
- Todo no -puse los ojos en blanco.
- Sí, sí, hasta lo que no me gusta... Me gusta -exhibió una de esas sonrisas que tanto adoraba y se acercó a mí, inclinando la cabeza ligeramente, para besarme-. Am I asleep, am I awake, or somewhere in between? -Comenzó a tararear-. I can't believe that you are here and lying next to me... -Besó mi cuello con delicadeza y trasladó sus labios a mi oído-. Or did I dream that we were perfectly entwined... Like branches on a tree, or twigs caught on a vine? -Volvió a buscar mis ojos y sonreí, instándole a que continuara. Tenía la voz más preciosa del mundo y esa siempre había sido una de mis canciones preferidas-. Like all those days and weeks and months I tried to steal a kiss... -Me mostró una sonrisa torcida y después me dio un breve beso-. And all those sleepless nights and daydreams where I pictured this... I'm just the underdog who finally got the girl... -Se le quebró la voz y me miró con los ojos brillantes. Sabía que los míos también brillaban-. And I am not ashamed to tell it to the world... Truly, madly, deeply, I am... Foolishly, completely fallin'... And somehow you caved all my walls in... So, baby, say you'll always keep me.... Truly, madly, crazy deeply in love... With you... In love... With you...
Le cogí la cara cuando comprendí que había acabado y nos besamos con fuerza.
- ¿Qué me dices? -Preguntó poco después.
- Ha sido precioso... Como todo lo que haces.
- Todo no -me imitó.
- Hasta lo que no es precioso me parece precioso...
Rió.
- Pero quiero que me digas algo...
Le miré sin comprender.
- ¿El que?
Carraspeó.
- So, baby, say you'll always keep me truly, madly, crazy, deeply in love with you... -Cantó de nuevo provocando mi risa-. Dímelo... -Se tumbó completamente sobre mí y me besó de nuevo-. Judi...
- ¿Qué quieres que te diga? -Me mordí los labios.
- Dime que siempre me vas a tener así... Dime que siempre vamos a estar así.
Suspiré.
- Siempre vamos a estar así -dije en un susurro.
Y realmente me creía esas palabras. Al menos, deseaba con todas mis fuerzas que se hicieran realidad.

[Punto de Vista Ana]
Poco antes de comer apareció Judith en casa, así que ya estábamos todas. Habíamos decidido preparar unos macarrones y sentarnos en el sofá -sí, en el sofá- a comer hasta reventar y a vaguear durante todo el día. Dos horas después nos sentimos algo mal por esa decisión y pensamos en salir a cenar, las cinco juntas, sin chicos de por medio. Y si el tiempo nos lo permitía, a dar un paseo por esa maravillosa ciudad de la que habíamos visto más bien poco.
Bueno, habíamos visto a cinco Dioses. Eso debería contar. Y habíamos pasado tiempo con ellos, más tiempo del que nunca hubiéramos imaginado.
Por supuesto, la mayor parte del rato nuestra conversación giró en torno a ellos. Hablamos de todos y cada uno de ellos largo y tendido. A Judi le salían corazones de la cabeza al hablar de su Louis; lo mismo pasaba con Rosa y Niall. Y yo sabía que no me libraba de ello al hablar de Liam.
La noche anterior había sido diferente. Primero, porque no estaba borracho. Segundo, porque había sido más que un aquí te pillo aquí te mato. Después hablamos durante un buen rato. Esa mañana se había despertado a mi lado, y eso era otra novedad. Me había traído a casa charlando animádamente.
Estaba contenta. Ahora sí me gustaba cómo estaban yendo las cosas.
- Venga, vamos a hacer algo... -Dijo Rosa, apoyada en el hombro de Jud.
- Dormir... -Contestó ella.
- No, de eso nada -Judi se incorporó-. Habéis venido a Londres para algo.
- A ver a Zayn... Y a dormir -insistió Jud.
- ¡¡Que no!!
- Que sí, que yo he venido a ver a Zayn.
- Venga, a dar un paseito y luego ya veremos dónde cenar -Judi se levantó de un salto y todas la miramos. Diría que alguien le estaba pegando la hiperactividad pero en realidad ella siempre había sido muy así-. ¡¡Vamos!!
Sorprendentemente, a eso de las seis estábamos todas preparadas. Entré en la habitación de Rosa por última vez, donde tenía mis cosas, a coger mi bolso. Lo abrí para meter el móvil y me detuve en seco, mirándolo con cara de pocos amigos.
- ¿Alguna ha visto mi cartera? -Deduje que, con las voces que estaban dando, ninguna me había oído, así que salí al pasillo-. ¿¡Alguna ha visto mi cartera!?
- ¡¡No!! -Respondieron al unísono.
- Qué bien, pues la he perdido -caminé hasta el sofá, me senté y volqué todo lo que tenía en el bolso-. Sí, sí. La he perdido.
- ¿Cómo vas a perderla, tía? Si no has salido de casa.
- Ayer estuve en una fiesta, eh -volví a meter las cosas y resoplé.
- Pero no sacaste la cartera para nada. Además, si alguien la hubiera visto te la hubiera devuelto, no creo que ninguno de los invitados necesite para sobrevivir esos tristes quince euros que llevabas... -Dijo Judi, riendo.
- Excepto nosotras -concluyó Rosa.
- Excepto nosotras -repitió Judi-. Y nosotras no hemos sido, así que...
- En casa de Liam -dije, de pronto, abriendo mucho los ojos-. Creo recordar que al llegar a su habitación tiré el bolso en el suelo. Se me pudo haber caído ahí...
- Llámale -dijo Alba. Negué con la cabeza-. Llámale... ¡Que le llames!
- Llámale -Jud me empujó y chisté.
- Voy, pesadas...
Saqué el móvil con toda la lentitud del mundo. Sabía que las estaba poniendo nerviosas pero me daba igual. Más nerviosa que yo no estaba nadie.
Que sí, que Liam y yo ya teníamos confianza y ya no se me hacía tan difícil hablarle y decirle cuatro palabras seguidas con coherencia. Pero seguía siendo Liam. Y me imponía, obviamente.
- ¿Liam? -Pregunté cuando descolgó.
- "Dime, Ana".
Madre mía qué voz.
- ¿Puedes mirar si me he dejado mi cartera en tu habitación?
- "Sí, claro, espera un segundo..." -Permaneció callado y oí cómo caminaba y su respiración al otro lado. Mi corazón comenzó a latir con fuerza-. "Sí, está aquí, estaba en el suelo. ¿Quieres que te la llevé?"
Su propuesta me tentó lo mismo que me hizo temblar.
- Eh.... Si quieres voy a recogerla yo. En un rato.
Miré a las chicas en busca de su aprobación y asintieron las cuatro a la vez.
- "Vale, por mí genial. Estamos Zayn y yo tumbados en el sofá sin hacer nada, así que si quieres quedarte a tomar algo estamos encantados".
Sonreí. Estaba encantado de que me quedara con él.
Y con Zayn.
Y con él.
- Eh... Sí, sí, vale. En un rato te veo. Gracias, Liam.
- "No hay de que, guapa. Ahora nos vemos".
Colgó y chillé. Literalmente.
- ¡¡¡No hay de que, guapa!!! ¡¡¡Ha dicho eso!!!
Todas las demás rieron.
- Qué boba eres -dijo Judith, poniéndose el abrigo-. ¿Vamos en busca de tu Batman, entonces?
- Sí, por favor.
- Pero nada de quedarnos -dijo Rosa-. Hemos dicho tarde de chicas.
- Y así será -dije, completamente convencida.
En media hora Liam me abrió la puerta de su casa sonriente y sentí que buscaba a las chicas con la mirada.
- ¿Has venido sola?
- Están en el coche, esperándome. Habíamos quedado en ir a dar una vuelta por Londres y en cenar en algún sitio, las cinco.
- Ah, es decir, que nos excluís -me miró con el ceño fruncido y reí.
- Eso nunca.
- Ya.
Entramos en el salón y Zayn dirigió su mirada hacia mí.
- Vas happening, Ana.
- Hola, Zayn. ¿Qué tal?
- En la gloria. No he hecho nada en todo el día.
- Que vago.
- Como tú -y me guiñó un ojo y Liam rozó suavemente mi brazo.
- Ven, anda.
Entramos en su habitación y caminó hasta la mesa, donde tenía apoyada la cartera. La levantó y me la mostró, agitándola.
- Tienes que venir hasta aquí a por ella -iba a comenzar a andar pero se me adelantó-. Primero cierra la puerta.
Hice exactamente lo que me pidió. Pero en lugar de obtener la cartera obtuve... Sus besos. En seguida sus manos rodearon mis caderas haciéndome chocar contra él y aferré su rostro para no perderme nada de esa lengua que no me dejaba respirar. Nos separamos al cabo de un par de minutos, con la respiración agitada.
- Están esperándome... -Conseguí decir.
Introdujo su mano en el bolsillo y me tendió su móvil.
- Llámalas. Después te llevaré donde haga falta, pero ahora... Ahora creo que no voy a dejarte ir.

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¡Feliz Navidad! :D

Gracias a todas las que comentáis y votáis. Especialmente a SofiiHakunaMatata (22 isn't old :DDD) y a Nerea909 :))

@LookAfterYou28

All their little things | Fan-fic de Louis Tomlinson y One DirectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora